Dentro de los consumidores de los productos libres de gluten hay personas que no saben si padecen o no la enfermedad celíaca. | Foto: Archivo particular

MEDICINA

El mito del gluten

En los últimos años, por moda o miedo, muchos han optado por retirar el gluten de sus dietas. ¿Es bueno hacerlo?

23 de febrero de 2016

De la noche a la mañana el gluten pasó a ser un enemigo público. Comer con el desayuno un pan o una taza de cereal se convirtió en una decisión de vida o muerte para algunos, ante el miedo infundado sobre este nutriente. Muchos lo han sacado de sus dietas en forma innecesaria por falta de información clara.

Para los que no saben, el gluten es una proteína con un bajo valor nutricional que está presente en el trigo, la avena, el centeno y la cebada. Se encuentra, por lo tanto, en muchos de los alimentos que la gente consume a diario: pan, tortas, cereales, pastas e incluso en la cerveza. La buena noticia es que no produce ningún daño, excepto en pacientes que sufren de enfermedad celíaca, que afecta al 1 % de la población mundial.

Este mal se caracteriza por la inflamación de las vellosidades del intestino. Cuando estas personas se exponen al gluten, el cuerpo empieza a producir anticuerpos que dañan sus paredes, lo que impide la absorción de otros nutrientes como vitaminas, que son indispensables para el normal funcionamiento del cuerpo. Por eso estos pacientes sufren de malnutrición, lo que los predispone a osteoporosis temprana o anemia.

Para ellos el único tratamiento que existe en la actualidad es una dieta libre de gluten. Debido a que muchos alimentos contienen trigo y otros cereales, la producción y la venta de estos productos sin gluten ha aumentado de manera exponencial. Se calcula que en el 2014 este nicho alcanzó 8,8 millones de dólares en EE. UU.

Lo más curioso de todo esto es que dentro de los consumidores de los productos libres de gluten hay personas que no saben si padecen o no la enfermedad celíaca. Les gustaba la dieta porque la asociaban a otros hábitos de vida saludable como la disminución del consumo de azúcar y grasas para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Empezaron a consumirla aunque no existían estudios que mostraran un beneficio en la población sana.

Prueba de la desinformación es que el 41 % de la población en Estados Unidos cree que la dieta libre de gluten es buena para todo, mientras que el 44 % la considera una moda y la hacen por simple diversión. Pero lo cierto es que el gluten no supone un riesgo para la gente que no sufre de enfermedad celíaca, según afirma el médico Alessio Fassano, director de Centro de Investigación de enfermedad Celíaca en Estados Unidos y autor del libro Libertad del Gluten.

Dejar de consumir gluten sin tener esa patología, por el contrario, puede producir una disminución de fibra, vitamina B, hierro y calcio, nutrientes de vital importancia para el organismo. Además, los productos libres de gluten necesitan de una manufactura especial que los hace especialmente costosos. Como si lo anterior fuera poco, en el proceso de reemplazar las proteínas que se pierden, la industria añade a estos productos grandes cantidades de grasa y carbohidratos y esto los hace altamente calóricos, lo que puede generar problemas de obesidad.

Fassano está seguro de que el número de pacientes diagnosticados con enfermedad celíaca va aumentar debido a que los métodos de evaluación han mejorado. En la actualidad se cuenta con marcadores sanguíneos y biopsias que aseguran el 100 % de certeza en el diagnóstico. La clínica de la que es director atiende más de 1.000 pacientes al año con esta condición.

La campaña contra el gluten no buscaba convertirse en una moda, lo que se quería lograr era mostrar a la gente la existencia de la enfermedad celíaca, ya que muchos casos no son diagnosticados por falta de conocimiento y sin esto, las personas que la padecen pueden tener consecuencias graves a mediano o largo plazo. Los síntomas de la enfermedad son claros: dolor abdominal, flatulencia, agruras, deposiciones diarreicas intermitentes y pérdida de peso. Estos padecimientos en muchas ocasiones se confunden con otras enfermedades, lo que puede generar un diagnóstico errado o que nunca se diagnostique apropiadamente.

La dieta libre de gluten es un tratamiento para una enfermedad. Si no se utiliza de manera adecuada, bajo la recomendación y la supervisión de un médico, puede traer consecuencias graves para la salud.