Cada paciente reacciona diferente a la quimioterapia y por eso sus potenciales efectos secundarios varían de un paciente a otro. | Foto: 123rf

MEDICINA

La quimio no es como la pintan

Muchos consideran que el tratamiento del cáncer es peor que la enfermedad. Sin embargo, la ciencia ha logrado avanzar para evitar que dichas terapias no tengan tantos efectos secundarios.

29 de junio de 2016

La idea que la gente tiene del cáncer es delgadez extrema, calvicie, postración y tristeza. Gracias a ese imaginario muchos sienten más miedo al tratamiento de cáncer que a la misma enfermedad. Si bien esa ha sido la imagen que han creado los medios de comunicación y las películas de Hollywood, la realidad hoy es muy diferente. Ahora el paciente con cáncer cuenta con más oportunidades y herramientas para superar o sobrellevar la enfermedad de manera menos dolorosa que hace unos 20 años.

Es cierto que los oncólogos hoy cuentan con las mismas herramientas que en el pasado: cirugía, quimioterapia y radioterapia. La decisión sobre el tratamiento a seguir está en manos de este especialista quien escoge dependiendo el estadio del cáncer, del órgano comprometido y otras consideraciones del paciente, cuál es el tratamiento más adecuado. Pero todos estos tratamientos hoy son muchos más efectivos para eliminar el tumor, prolongar la vida de los pacientes y también garantizar la mejor calidad de vida posible durante la terapia.

Los tratamientos farmacológicos son los que más temores generan. Como se sabe, estos medicamentos destruyen las células cancerosas pero también pueden afectar el tejido sano. Esto sucede eporque la quimioterapia tradicional funciona atacando las células que se multiplican rápidamente pero en la medida en que atacan las tumorales, dañan las células sanas que también se reproducen velozmente.

Es el caso de las células de la sangre y por eso el paciente puede presentar fatiga o infecciones. La quimioterapia también puede dañar las células de las membranas mucosas en el cuerpo, como la boca, la garganta y el estómago, lo que produce dolor, diarrea y otros problemas del sistema digestivo. También pueden darse complicaciones en las células que producen el pelo, y esa es la razón de la calvicie en estos pacientes.

Pero lo cierto es que “hoy en día la quimioterapia representa casi el 70% de los tratamientos. Tiene una toxicidad muy alta pero con demostrada efectividad” explica el hematólogo oncólogo del Hospital Militar, Javier Segovia..

Según el experto, el mito de que la quimioterapia es peor que la enfermedad se da porque la gente no tiene claro que el cáncer no es una sola afección, sino un conjunto de muchas enfermedades que tienen tratamiento diferente dependiendo del órgano donde se produzca. “Los tumores más comunes, como pulmón o mama, tienen tratamientos agresivos y por eso la gente cree que la medicación para todos es igual de dañina”, afirma.

Además, cada paciente reacciona diferente a la quimioterapia y por eso sus potenciales efectos secundarios varían de un paciente a otro. Aunque los oncólogos han usado el mismo tipo de medicamentos desde hace 50 años, “en los últimos diez se han desarrollado mejores herramientas para controlar las molestias y efectos secundarios de estos tratamientos”, dice Segovia.

Para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia se ha probado que “al cambiar la frecuencia de las dosis o los intervalos de tiempo, la tolerancia a los tratamientos puede ser mejor, sin dejar de ser igual de eficaces e incluso menos tóxicos. También lo hemos intentado combinado terapias, por ejemplo, la quimioterapia con las terapias objetivo”, explica Segovia.

Y si bien hace unos 20 años, la quimioterapia era la única herramienta que se tenía contra el cáncer, hoy se cuenta con otras terapias menos tóxicas y más dirigidas, también muy efectivas, y con medicamentos protectores que cuidan los tejidos sanos o ayudan a manejar de una mejor forma los efectos como las náuseas, el malestar general e incluso, la pérdida del pelo.

Para controlar los efectos de la radioterapia, por ejemplo, están los medicamentos radioprotectores que se aplican antes de las sesiones para proteger los tejidos tratados. En el caso de la pérdida del cabello, investigadores del Reino Unido, analizaron los beneficios del enfriamiento del cuero cabelludo para evitar la caída. Es importante tener claro que estas opciones son materia abierta de investigación y también cargan efectos secundarios, por lo que es importante informarse bien antes de decidir usarlos.

Los expertos señalan que para obtener alivio de los síntomas es importante comunicar al médico lo que está padeciendo en detalle. Una idea es tener un diario en el que se apunten todas las sensaciones y molestias, la duración de estas y el momento del día en que ocurren. Si tiene dolor es conveniente registrar su intensidad y cómo las actividades diarias se afectan por dichos efectos secundarios. De esa buena comunicación dependerá que la calidad de vida durante el tratamiento sea optima.