Agua de coco
El agua de coco verde es una solución isotónica natural que contiene electrolitos, vitaminas y minerales. | Foto: Getty Images

Alimentación

Remedios para la deshidratación: agua de coco verde, una alternativa natural

Favorecería la absorción del agua y, a su vez, ayuda a reponer las sustancias perdidas.

27 de enero de 2022

Generalmente, cuando una persona presenta deshidratación, una de las bebidas que suelen recomendarle es el agua de coco. En contexto, el agua de coco es el líquido transparente que se encuentra dentro de los cocos verdes. A medida que el coco madura, esa agua se sustituye por “carne” de coco. El agua de coco se denomina a veces agua de coco verde, porque los cocos biches son de ese color.

Según un estudio publicado en la Revista Mexicana de Pediatría en el año 2003, el agua de coco verde es una solución isotónica natural que contiene electrolitos, vitaminas y minerales, que podría utilizarse para el tratamiento de la diarrea aguda.

El portal Mejor Con Salud señala que una solución isotónica tiene una gran capacidad de rehidratación, ya que contiene una cantidad de sodio mínima (normalmente en forma de cloruro de sodio, glucosa o bicarbonato) y, en cambio, cuenta con minerales como el potasio. Por lo tanto, se trata de una bebida que favorecería la absorción del agua y, a su vez, ayudaría a reponer las sustancias perdidas.

Agua de coco: estos son sus beneficio milagrosos para fortalecer el sistema inmune y la digestión
El agua de coco contiene pocas calorías y es diurética, lo cual ayuda a eliminar el exceso de líquido en el cuerpo, | Foto: Getty Images

El agua de coco, al ser una bebida natural, puede consumirse por personas de todas las edades, incluso bebés, además, contiene pocas calorías y es diurética, lo cual ayuda a eliminar el exceso de líquido en el cuerpo, siendo una buena opción para ayudar a la pérdida de peso. Sin embargo, su consumo no debe excederse, ya que puede causar alteraciones en los latidos cardíacos, según la nutricionista Tatiana Zanin.

Composición del agua de coco verde

De una sola fruta fresca se pueden extraer entre 250 y 500 mililitros de agua de coco aproximadamente; y una vez extraída, se debería consumir en la brevedad posible, ya que caundo queda expuesta al aire, perdería muchas de sus propiedades nutricionales.

Según datos de la FAO, el agua de coco verde está compuesta por un 94 % de agua, un 5 % de fructosa y glucosa, alrededor de un 0.02 % de proteínas y apenas un 0.01 % de lípidos. Además, es rica en minerales como el magnesio, el calcio y el potasio.

Para la deshidratación

La combinación de su contenido de minerales y azúcar (en cantidades balanceadas) y su acidez baja hace que el agua de coco verde sea una de las bebidas más recomendables para el cuerpo. Además, se considera que contendría la misma cantidad de electrolitos que la sangre, por esta razón, resultaría excelente para la rehidratación oral.

Algunos de dichos electrolitos son:

  • Fósforo: que juega un rol importante en la salud ósea y en la transferencia de energía a las células del cuerpo (ayudando a los músculos a contraerse) y regulando la función nerviosa.
  • Calcio: una sustancia muy conocida por su importancia en la salud ósea (y que actúa de la mano junto con el fósforo).
  • Potasio: que ayudaría a mantener una buena presión arterial, minimizando los riesgos cardiovasculares.
  • Magnesio: importante para el mantenimiento de la salud de las células, una buena función muscular y, a su vez, la prevención de una sobrecarga de calcio.

Cabe resaltar que si bien no hay datos concluyentes al respecto,sin embargo, se suele utilizar el agua de coco como complemento en el tratamiento de la diarrea aguda en niños y en el tratamiento de la gastroenteritis.

Se debe tener en cuenta que el agua de coco verde comercial contiene azúcares añadidos, por lo que su consumo excesivo podría favorecer el aumento de peso y otras complicaciones. Se recomienda evitar este tipo de productos y, en su lugar, preferir su versión fresca.

Según un estudio publicado en Journal of Hepatology, el consumo de azúcar en altas cantidades puede incrementar el riesgo de desarrollar hígado graso.