AZAR

Tan de malas

Los desastres de los dos aviones de Malaysia Airlines, eventos muy improbables estadísticamente, han puesto de nuevo sobre la mesa el debate de si la suerte existe. Esto dicen los expertos.

2 de agosto de 2014

Hace unas semanas, el mundo quedó pasmado ante las tres tragedias aéreas que sucedieron en menos de ocho días. Pero lo que más llamó la atención es que entre los damnificados estuviera nuevamente un avión de Malaysia Airlines, pues cuatro meses atrás un Boeing 777 de la misma aerolínea había desaparecido cuando volaba desde Kuala Lumpur hacia Beijing. Esta coincidencia no tiene antecedentes históricos. Por eso muchos han señalado que esta aerolínea no tiene la suerte de su lado.

Atribuirle a la mala fortuna hechos extraordinarios no es extraño. En realidad, muchos consideran que además del talento, en la vida es necesario tener algo de suerte para cosechar éxitos. Pero los expertos que han estudiado el tema aún no se ponen de acuerdo en si la suerte, buena o mala, existe.

Según Ed Smith, autor del libro Luck: What it Means and Why it Matters, (Suerte: Lo que significa y por qué importa) muchos creen tener el control sobre todas las cosas. Sin embargo, hay situaciones en las que, por más planeación que haya, quedan detalles que no dependen de las personas. “Hay que ir a los orígenes mismos de la vida. Nadie elige sus genes, su cuerpo, sus padres ni la escuela a la que va a estudiar. Todo es resultado del destino o de la suerte, como quieran llamarlo”, explica.

El problema es que algunas cosas no parecen lógicas, como el caso de los Mann, una familia australiana que perdió a cuatro de sus miembros en los dos accidentes de la aerolínea malaya. Entonces la gente tiende a buscar una explicación a su infortunio aunque en realidad no la hay. “La suerte no es una fuerza externa, sino una etiqueta que le damos a los imprevistos de los cuales salimos favorecidos”, señaló a SEMANA David Spiegelhalter, experto en estadística de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.

El croata Frano Selak se hizo famoso por ser el hombre más de malas del mundo pues en los años sesenta estuvo al borde de la muerte en varias ocasiones: en un accidente de tren, en otro de avión, en un bus y finalmente en un choque de carro. Pero un tiempo después tuvo la fortuna de ganarse la lotería.

Muchos explican estos resultados por el azar. Rami Zwick, profesor de la Facultad de Negocios de la Universidad de California en Riverside, explica que la idea de la suerte persiste por ignorancia sobre cómo funciona la teoría de las probabilidades. “Si uno le pide a 100 personas que echen una moneda al aire, en promedio hay un 50 por ciento de probabilidades de que a unos les salga cara y al resto sello”, señala. Pero dentro de ese grupo habrá individuos que tendrán más sellos que cara, o viceversa. Ahora, si se establece que cara es algo positivo y sello es negativo, habrá gente que tendrá más resultados consecutivos de una u otra opción.

De esta forma, cada persona puede correr con suerte en algún momento de su vida. Si bien hay situaciones que ocurren por accidente o casualidad, es bueno reconocer cómo sacarle el máximo provecho a las más desfavorables. Varias investigaciones han demostrado que quienes creen en el destino y se consideran a sí mismos afortunados, tienden a obtener mejores resultados y a tener alta autoestima. “Todos esperamos tener buena suerte. Pero las cosas malas también suceden y hay que aceptarlas y saber lidiar con ellas”, concluye Spiegelhalter.