siquiatria

Hágalo usted mismo

Un especialista francés afirma que la mente tiene la capacidad de curar sus propios males sin necesidad de medicamentos.

12 de enero de 2003

Es posible curar los males del cerebro sin necesidad de sicoanálisis ni medicamentos. Esto lo afirma el francés David Servan-Schreiber en Curarse, un texto revolucionario en la medida en que fue escrito por un siquiatra ya que pone en tela de juicio los grandes pilares de la medicina clásica en el tratamiento de las emociones y propone otros mecanismos de autocuración inherentes al espíritu y al cerebro humano. Servan-Schreiber, especializado en ciencias cognitivas, estudió durante años la forma en que las neuronas generan pensamientos y emociones, a través del cerebro emocional. Este cerebro advierte de manera instintiva de los peligros externos y controla buena parte de las funciones fisiológicas del cuerpo, como el ritmo cardiaco, la tensión arterial, el sistema digestivo, además del bienestar sicológico. Los desórdenes emocionales son, según el experto, la consecuencia de fallas en el funcionamiento del cerebro emocional y para sanarlas hay que pasar por el cuerpo, y no por el lenguaje, como presupone el sicoanálisis, aunque el autor no excluye una combinación de métodos clásicos y alternativos en los tratamientos. Los medicamentos siquiátricos, como los antidepresivos, somníferos y ansiolíticos, detienen su efecto cuando se interrumpe su consumo, por lo cual las personas continúan dependiendo de ellos después de que el tratamiento ha llegado a su término. El primer método que propone este siquiatra consiste en una "armonización" entre el corazón y el cerebro. Se trata de una serie de ejercicios de respiración muy similares a los del yoga que permiten adquirir una coherencia del ritmo cardiaco para frenar el envejecimiento y combatir los riesgos de hipertensión, insuficiencia cardiaca o diabetes. De esta forma se oxigena y limpia el corazón. El segundo método, denominado Emdr por sus siglas en inglés, busca la integración neuroemocional por medio de movimientos oculares comparables a los que los ojos realizan durante el sueño. Esta técnica ayuda al sistema de autocuración del cerebro luego de situaciones traumáticas que no han logrado ser superadas por el paciente de manera natural. Este método tiene la ventaja de que sólo necesita de unas cuantas sesiones, dependiendo del paciente y de la gravedad del trauma, para alcanzar resultados óptimos. El tercer método, que se aplica en los países en donde hay invierno, tiene que ver con la importancia de la luz natural para la regularización del reloj biológico. Esto se logra mediante una lámpara que difunde progresivamente una luz que imita la natural para terminar el ciclo de sueño sin ayuda de un despertador, así como lo hacen los animales y las plantas. Otro de los métodos propuestos, la acupuntura, existe desde hace miles de años, pero su reconocimiento por la medicina occidental es relativamente reciente. Se ha logrado demostrar científicamente la incidencia directa de la acupuntura en el cerebro emocional, especialmente en casos de dolor físico y ansiedad. Los otros métodos que el libro propone tienen que ver con la práctica regular de un deporte, mejorar la alimentación (más pescado y menos carnes rojas) o consumir cápsulas de Omega 3 (ácidos grasos presentes en algunos pescados). Los Omega 3 alimentan el cerebro y le permiten funcionar bien. El Omega 6, presente en las carnes rojas, produce efectos inflamatorios en el cuerpo cuando se consume en exceso y origina diversas enfermedades, especialmente cardiovasculares. Los lazos afectivos que unen con los demás (incluso con los animales domésticos), el desarrollo de una comunicación emocional para expresar sentimientos con claridad y sin violencia, así como el refuerzo de los lazos sociales y sentirse parte integrante de la comunidad, son otras de las recomendaciones del libro.