La toma de la pastilla

Increíble, 30 años después de la aparición de la píldora, las colombianas aún no saben cómo se usa.

20 de agosto de 1990

Los demógrafos están desconsolados y los científicos a punto de llorar. Luego de treinta años de investigaciones, de perfeccionamientos para eliminar efectos secundarios, y de exhaustivas campañas de información, vienen a enterarse de que la ignorancia, el descuido y la mala memoria están dando al traste con uno de los mejores inventos del siglo XX: la píldora anticonceptiva. Según un estudio realizado en Colombia, la mayoría de las nuevas usuarias no sabe exactamente con qué frecuencia debe tomar la píldora. Al decir de los investigadores, todavía muchas mujeres no entienden que "cada día significa cada día y no cada día en que su marido está en la casa". El 11% de las mujeres entrevistadas, cometió el error de tomar la píldora cada dos días o sólo cuando tenía relaciones sexuales. Las consecuencias, saltaron a la vista poco después.
El informe, publicado por el Centro Internacional Para las Comunicaciones en Materia de Población, señala que "millones de mujeres del Tercer Mundo corren el riesgo de un embarazo indeseado al utilizar en forma incorrecta la píldora anticonceptiva".
Pero las colombianas no son las únicas despistadas. Los investigadores advierten que los resultados del estudio colombiano pueden aplicarse a otros países. Una encuesta similar realizada en Bangladesh indicó que las mujeres tomaban hasta tres píldoras de más o de menos en la semana típica. Por su parte un investigador de Egipto dijo que "aunque muchas mujeres saben que han de tomar la píldora diariamente no saben qué hacer si se olvidan". Pero si en el mundo subdesarrollado la toma de la pastilla aún se presta a lamentables confusiones, cuyas consecuencias aparecen nueve meses después, los países desarrollados, como los Estados Unidos, tampoco pueden cantar victoria en este sentido. Segun un estudio californiano, un 21% de las usuarias de la píldora, quedaron embarazadas cuando comenzaban el régimen de planificación familiar.
A lo largo de sus 30 años de historia, la píldora ha sido tema de buenas y malas noticias, pero ninguna tan desalentadora. Mientras científicos y demógrafos se halan los pelos, millones de mujeres del Tercer Mundo amamantan a sus pequeños frutos de una mal entendida planificación familiar. La culpa no es de la píldora, que sigue siendo el más confiable de los métodos anticonceptivos, sino del aparente desconocimiento sobre la forma como funciona. El alarmante resultado del estudio podría actuar como una variable importante en las predicciones de aumento de la población. Según estimaciones de las Naciones Unidas, de los 90 millones de mujeres que utilizan la píldora como método anticonceptivo, 50 millones pertenecen al Tercer Mundo. Concentrados en conseguir un aumento en el número de usuarios de la planificación familiar, para que la población mundial no se duplique al terminar el siglo -se prevén 14.000 millones de habitantes en el año 2000-, ahora los abanderados del control natal se encuentran con que no basta convencer a las parejas de la necesidad de seguir un método de contracepción, sino que es necesaria una mayor ilustración sobre cada técnica, para que, como en los accidentes de aviación, el "factor humano" no se con vierta en el mayor riesgo de fallas.
Desde su aparición en 1960, la píldora ha variado considerablemente en su composición, pero siempre el anticonceptivo oral ha sido considerado el método más seguro y sencillo de cuantos componen la parafernalia de la planificación familiar. El empaque lo dice todo: una pastilla diaria y un período de descanso. Su objetivo es bloquear la ovulación a través del suministro de hormonas sintéticas. Pero toda esta batalla bioquímica se pierde cuando la mujer deja de tomar la píldora durante uno o más días del ciclo.
Al relativamente alto porcentaje de mujeres que utilizan mal la píldora por ignorancia, se agrega otro factor que aumenta el número de niños que nacen con la píldora bajo el brazo: el olvido. Este es el error más frecuente. Las consecuencias dependen del tipo de píldora que se tome, del tiempo que pase entre cada toma y del momento del ciclo en que se produce el olvido. Por ejemplo, es menos peligroso olvidarse de una píldora al final del envase que al principio. Los primeros comprimidos, tras la interrupción de siete días, son muy importantes para dar el impulso que va a detener la función ovulatoria. No obstante, un embarazo se puede producir tras un olvido, en cualquier momento del ciclo, por lo que hay que efectuar la toma lo antes posible. Si se trata de una píldora estándar, hay un plazo de 24 horas para subsanar la omisión sin que disminuya la seguridad contraceptiva. Para las trifásicas, el plazo es de doce horas. Y para la minipíldora, de tres a seis horas. De todas formas, lo que los especialistas recomiendan es ingerir la píldora en el momento en que se advierte el olvido, y a continuación la que corresponde a la hora normal. Pero si se ha rebasado el tiempo límite, lo aconsejable es utilizar, además de la píldora, algún otro método contraceptivo hasta finalizar el ciclo.
Si la memoria falla, al menos hay que cuidarse de que no falle el método. Para eso, es imporante conocer qué tipo de píldora se está usando. Si es bifásica o secuencial -con dosis de estrógeno y progesterona que varían en el transcurso del ciclo- no se puede tomar en reemplazo una píldora cualquiera sino la que corresponde al mismo período del ciclo. Pero además del olvido, es importante tener en cuenta que existen otras situaciones que ponen en peligro la fiabilidad de la contracepción oral. Por ejemplo, si por alguna razón se presenta vómito en las cuatro horas siguientes a la toma de la pastilla, es evidente que la píldora perderá efectividad. Entonces lo más prudente es tomar una píldora suplementaria de otro envase. Si ha transcurrido más de ese tiempo no hay peligro, la píldora ha tenido tiempo suficiente de ser digerida y metabolizada por el organismo. Lo mismo sucede en caso de diarrea aguda, circunstancia que disminuye la absorción de los productos hormonales. Si esto ocurre, es necesario asegurarse con alguno de los métodos de barrera. Otra trampa frecuente para quienes utilizan anticonceptivos orales son los medicamentos. Por ejemplo, ciertos tranquilizantes y los antibióticos tienen como causa secundaria neutralizar los efectos de la píldora. Y eso es mejor saberlo antes, para evitar sorpresas después.
Aunque ninguno de los métodos conocidos garantiza la contracepción al ciento por ciento, la píldora es la que ofrece mayor seguridad. Sin embargo, si la mala memoria atenta contra su eficacia, lo más conveniente es que a la toma cotidiana de la píldora agregue otra pastilla: la de la memoria.