La tradición ganadera entiende que más pastos significa una mayor productividad | Foto: Leonardo

San Vicente del Caguán, Caquetá

Extensionismo rural, una estrategia para la conservación ambiental en Caquetá

Esta iniciativa de Visión Amazonía logró que diferentes productores de Caquetá firmaran pactos voluntarios para proteger 3.300 hectáreas de bosques y desarrollaron proyectos productivos sostenibles en sus predios.

5 de agosto de 2019

La expansión de territorios para la explotación de recursos y la ganadería extensiva en Caquetá es evidente. San Vicente del Caguán es uno de los municipios más grandes del país con 2,1 millones hectáreas, mayoritariamente de bosques, pero también ocupa uno de los primeros lugares de deforestación.

La colonización de territorios a punta de hacha no solo afectó la biodiversidad ambiental, sino que obligó a diferentes pueblos indígenas a aislarse e incluso a algunos como los nukak los tiene al borde del exterminio. Por eso, para muchos turistas no deja de ser llamativo que en la plaza central del municipio se destaque un monumento con un hacha incrustada en un árbol.

La continuidad de esta dinámica hizo que en los últimos años Caquetá fuera el departamento más deforestador del país. De hecho, entre 2017 y 2018, según el Instituto de Hidrología, Metereología y Estudios Ambientales (Ideam) la región perdió 46.284 hectáreas de bosque que principalmente se convirtieron en potreros para ganado.
 

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Extensas praderas dedicadas principalmente a la ganadería aparecen cada vez más en el paisaje en detrimento del bosque. © Leonardo Numpaque Moreno

 

Por esta razón Visión Amazonía, un programa del ministerio de Medio Ambiente con el apoyo de Noruega, Alemania y Reino Unido, desarrolló un proyecto de extensionismo rural. “Es un proceso de acompañamiento a los productores agropecuarios que les brinda conocimiento técnico y les enseña nuevas tecnologías con enfoques ambientales y sociales que les permite mejorar la calidad de vida de las familias, su productividad y las relaciones entre vecinos. Todo tiene un eje transversal que es la preservación del bosque”, explicó Yesid Beltrán, líder del Pilar Agroambiental de Visión Amazonía.

Este programa cuenta con 80 profesionales, de estos más de la mitad son mujeres y son los encargados de realizar el acompañamiento a los diferentes campesinos. Ellos son expertos en temas pecuarios, agrícolas y se han capacitado de manera constante en el tema de sostenibilidad ambiental para aplicar esto a sus campos de experiencia.

Para el desarrollo de esta iniciativa en 2018 Visión Amazonía invirtió 450 millones de pesos y se espera que para este año sean 1.440 millones los que sigan consolidando el trabajo de extensionismo rural.
 

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 Los extensionistas hacen un acompañamiento integral a los fincarios con el objetivo que la producción no afecte el medio amniente. ©Visión Amazonía

Transformando la ganadería

Germán Endo y Diego Parra son dos veterinarios que trabajan en el programa de extensionismo rural. Ellos realizan el acompañamiento desde hace unos meses a 120 familias de algunas veredas de San Vicente del Caguán y buscan la conservación de los bosques que aún no han sido talados. Acompañan en temas de conservación ganadera, controles de producción de leche, la instalación de sistemas silvopastoriles, potrerización para manejar de una manera más efectiva la reproducción en los animales.

Una de las familias a las que asisten es la de Oscar Salinas y su esposa Yeniffer Coy, quienes viven en la vereda La Libertad. Su predio cuenta aún con 20 hectáreas de bosque no talado, tienen una tienda con luz eléctrica gracias a unos paneles solares que ellos instalaron y es la única propiedad que cuenta con internet en la zona.

Mientras los extensionistas y Oscar reúnen a Lucerito, Paloma, Bicicleta, Arroz de leche y a todas las vacas en el corral para realizarles el diagnóstico reproductivo, Oscar explicó como muchos de los habitantes de la región abren praderas para las reses en detrimento del medio ambiente. 

“Primero se entra al bosque y con guadaña se quitan las plantas pequeñas y se deja solo lo grueso, después de socalar (quitar la vegetación pequeña) se derriba lo grueso con motosierra, y se espera hasta que llegue el verano y candela. Nosotros crecimos con el pensamiento de que quemar y extenderse significaba mejorar la economía”, explicó Oscar Salinas.

Gracias al acompañamiento de los extensionistas Oscar y su esposa no solo recibieron la asesoría técnica para mejorar la productividad de su finca. Se convencieron de conservar el bosque de su predio y gestionan un crédito con beneficios de conservación para empezar una división de potreros y así tener la posibilidad de liberar o dejar quietas otras hectáreas y que se produzca la restauración natural de lo que sería un bosque secundario.

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Óscar Salinas y Yeniffer Coy, han cambiado su mentalidad hacia la conservación y están iniciando procesos como la división de potreros en espera de mejorar la productividad de sus animales. ©Visión Amazonía

Por su parte, Yeniffer es la presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Libertad, su liderazgo y ejemplo han hecho que muchos de sus vecinos también opten por la conservación de los bosques. Hoy tienen un registro fiable de sus animales para controlar las enfermedades, ciclos reproductivos y así tener vacas más productivas y a su vez un manejo sostenible de las extensas fincas que tiene.

Todas las semanas, las personas que hacen parte del programa de extensionismo rural visitan a los diferentes productores de la región. Para ellos, el primer gran reto es convencerlos de que se puede ser más productivo con menos espacio. “Al principio fue difícil porque existe una cultura ganadera muy tradicionalista, el productor vive arraigado a manejos empíricos y los cambios son difíciles”, contó Germán Endo.

Sin embargo, la aceptación por parte de algunos ganaderos ha ido en aumento en temas de innovación, conservación y transformación ganadera. “Hemos visto que todo lo que se ha planteado ha dado resultados y cada vez más son las personas que quieren empezar a desarrollar estas iniciativas”, agregó Diego Parra.

Estos dos extensionistas a pesar del rechazo de algunos finqueros lograron que varias familias firmaran acuerdos voluntarios de conservación, que hoy en día protegen más de 3.300 hectáreas de bosque.
 

Plátano, cacao, ají, maderables, entre otros, Antonio Valencia ha sembrado con el acompañamiento de Nidia Rojas. ©Leonardo Numpaque Moreno 

Retomando labores agrícolas

El conflicto armado también fue uno de los detonantes de la tala indiscriminada de bosques para la cosecha de cultivos ilícitos. Sin embargo, luego de la firma de los acuerdos de paz, se inició un proceso de erradicación de cultivos que no ha avanzado de forma rápida ya que según algunos agricultores del sur de Caquetá, el gobierno no les ha cumplido con los proyectos productivos.

“Ante estos incumplimientos, hay mucha gente que no cree en estas iniciativas. Entonces hemos tratado de ser transparentes y decirles: que les ofrecemos la extensión rural y varias innovaciones que están a la mano del productor”, explicó Nidia Rojas, otra de las extensionistas del programa Visión Amazonía.

La labor de Nidia ha impactado a 30 familias del municipio de San José de Fragua, que antes se dedicaban exclusivamente al cultivo de coca. Según ellos, por hectárea cultivada podían ganar cuatro millones de pesos en dos meses, mientras que con otros productos los riesgo eran mayores a la hora de la cosecha y las ganancias minúsculas. Pero en la actualidad han firmado acuerdos voluntarios para la conservación de 200 hectáreas.
 

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Plátano, cacao, ají, maderables, entre otros, Antonio Valencia ha sembrado con el acompañamiento de Nidia Rojas. ©Leonardo Numpaque Moreno 

Uno de ellos es Antonio Valencia, un campesino que con ayuda de este programa actualmente en su finca siembra plátano, yuca, cacao, banano, pildoro y árboles maderables. “Con este programa he aprendido he aprendido a cuidar la tierra, no echándole químicos bravos, he aprendido a sembrar matas con más técnica”.

Nidia además de acompañarlos en el proceso de siembra y cuidado para mejorar la producción de cultivos, también tiene la misión de crear un mercado local para así garantizar que lo que se produzca en estos suelos tengan una venta asegurada y así estimular a más agricultores a unirse a esta iniciativa de producción eficiente conservando el medio ambiente.

Por último, Para fortalecer el acompañamiento integral de las actividades agropecuarias y sociales de las comunidades,  Visión Amazonía junto con los ministerios de Medio Ambiente, Agricultura, el Instituto Sinchi, Finagro, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat) y Uniamazonia apoyaron a 180 profesionales para que realizaran un diplomado en el que se desarrollaron contenidos para un propuesta para extensión rural con enfoque ambiental para la región amazónica.