La generación dorada que llevó a Colombia a tres mundiales. | Foto: Getty Images / Alexander Hassenstein

FÚTBOL

La Selección Colombia tiene cuerda para más mundiales

Pase lo que pase en Rusia, si Colombia respeta el proceso actual, tiene equipo para afrontar futuros retos.

Juan Gonzalo Zapata*
1 de enero de 2018

Muchos se lamentan por la eliminación de Italia y su ausencia  en el Mundial de Rusia pero quizás sea más dolorosa la eliminación de Holanda. La ‘Naranja Mecánica’ suele ser protagonista en las copas del mundo. Extrañaremos a este onceno  que en Brasil 2014 se desquitó de la final perdida en 2010, vapuleó a España (5-1) y llegó a la semifinal con su fútbol rápido y contundente. 

En cambio, no sorprende lo sucedido con la azzurra, pues esta es una generación opaca, sin estrellas, donde sobresalen defensas fuertes (algo va de Baresi a Chielini), y tiene muy poco en el ataque. Tampoco se ve el reemplazo de Baggio o Del Piero.

Sus muy malos mundiales de 2010 y 2014 eran el anticipo de la catástrofe. La ausencia de Italia y Holanda nos demuestra que en el fútbol muy pocos tienen el futuro garantizado, y Colombia no es la excepción.

Con el gran mundial de nuestra selección en 2014 y camino a Rusia, muchos se preguntan si la generación de James, Cuadrado y Falcao se convertirá en la segunda generación dorada. La primera, la de Valderrama y compañía, estuvo en tres mundiales y tocó el cielo con las manos en 1993. Sin embargo, el desempeño no fue el mejor. Solo una vez se clasificó a octavos, y en Francia apenas metimos un gol. Fue ahí, en 1998, cuando quedó en evidencia que ese grupo de jugadores no tuvo renovación y se llegó a una zona de turbulencia. En resumen, no se logró una transición adecuada y se
falló en los siguientes tres mundiales. ¿Culpa de los jugadores? ¿Culpa de la dirigencia y los técnicos? Culpa de todos. Los cambios de entrenador en
plena eliminatoria fueron fatales y casi siempre salieron mal.

La lista de técnicos colombianos de esos años es larga: Chiqui García, Pacho Maturana, Rueda Pinto, Lara, Bolillo Gómez y Álvarez. Maturana nos eliminó en 2002 con una derrota ante Perú y un empate con Ecuador en Bogotá. En 2006, Pacho perdió los primeros tres partidos y la llegada de Rueda fue muy buena pero no alcanzó. Más adelante, lo de Pinto fue casi terrible, el reemplazo de Lara fue muy arriesgado y también salió mal. Los jugadores buenos de esos años estaban en la defensa y por muy poco fallamos en 2002 y 2006. Faltó suerte o convicción, y mejores entrenadores: tampoco teníamos grandes delanteros y volantes. No contábamos con un Asprilla o un Rincón, o un armador con tanto peso en la red como James.

La actual generación de jugadores utilizada por Pékerman nos muestra que hay madera para hacer una renovación de largo aliento. La lista es larga: Cardona (24 años), Barrios (24), Mina (23), Davinson (21), Borja (23) y Lerma (23), junto a Fabra (26), Uribe (26) y Chará (26) son presente y futuro. Nuestra eliminatoria fue floja ya que Pékerman no pudo consolidar un equipo titular y por eso convocó a más de 50 jugadores. Nunca encontró solución para posiciones claves como los marcadores de punta y el portero. Además, la tríada James, Falcao y Cuadrado estuvo lesionada o en la banca mucho tiempo, y eso afectó al equipo, por eso la renovación es bienvenida incluso en las posiciones de los “intocables”. Ahora, con menos presión, el argentino puede armar un onceno fuerte en todas las líneas y donde muchos de los nuevos serán titulares.

Los números no son un problema, Colombia es uno de los mayores exportadores de futbolistas, ya hay cerca de 400 jugadores en el exterior; sin embargo, esto no garantiza que el seccionador tenga fuera del país sus mejores opciones. En varias de las convocatorias el argentino convocó a jugadores del torneo nacional. Este es un llamado de atención para que los equipos grandes de Colombia reciban más apoyo y se cuente con
un campeonato nacional de más nivel. Hay equipos que no logran reunir a 1.000 fanáticos en sus partidos. Los estadios vacíos son la norma. Hay excepciones, el buen manejo de Nacional viene de tiempo atrás y a esto se sumaron Santa Fe y recientemente el Junior. Si las cosas se hacen bien en la Liga Águila, tendremos de donde armar una buena selección. Claro, existe la duda de si Pékerman seguirá después del mundial, pero si se consolida un buen trabajo con las selecciones menores, y se mejora el campeonato nacional, vamos por el camino correcto. Ahora queda ponerse la camiseta y que lleguen los goles colombianos en la estepa rusa.

*Economista.