Rachel es alcohólica. Hace poco se separó de Tom, su esposo, y como si fuera poco acaba de perder su trabajo. Todos los días coge un tren, el de las 8 y 04 de la mañana, para ir al centro de la ciudad. Y desde la ventanilla siempre ve a una pareja en una terraza a la que le imagina la vida idílica que ella no tuvo. Sin embargo, un día sucede algo misterioso con la pareja, lo cual la inquieta y la hace investigar qué pasó. Solo hay un problema: ella sufre de amnesia parcial. Esa era la idea principal del manuscrito que Paula Hawkins, una periodista británica nacida en Zimbabue, le entregó de afán a su editor. Hasta ese momento ella no era muy reconocida: había publicado sin ningún éxito un par de novelas románticas bajo el seudónimo de Amy Silver. Ahora elegía el camino del thriller. Y hoy las cifras demuestran que no se equivocó. La novela que escribió en seis meses es hoy todo un suceso de ventas que tiene boquiabierto al mercado editorial desde que se publicó en enero de este año. Tanto fue el éxito de la novela que apenas tardó nueve semanas en alcanzar el millón de copias vendidas, un número al que llegó la famosa Cincuenta sombras de Grey después de 11 semanas, según datos de la BBC. Y a sus seis meses, La chica del tren ya había vendido 5 millones de ejemplares, con lo cual supera a grandes fenómenos editoriales del siglo como El código Da Vinci, que en 2003, según el USA Today, vendió 4,5 millones de copias en nueve meses de publicada. Y eso no es todo. En lo que va del año, La chica del tren no ha bajado de los primeros lugares de las listas de best sellers: acumula 29 semanas consecutivas en el top 15 de libros más vendidos de The New York Times, de las cuales en más de 15 ocupó el primer lugar. Además, en la segunda semana de julio sumó 20 semanas seguidas como el más vendido en el Reino Unido: superó el récord de 19 semanas de The Lost Symbol de Dan Brown en 2009. Según la revista Publishers Weekly, la obra de Hawkins lidera la lista parcial de los libros más vendidos de 2015, por encima de American Sniper y del nuevo libro de la saga de Grey. El libro ya llegó a más de 40 países y hace casi dos meses se tradujo al castellano. Además, La chica del tren tiene gran popularidad en internet. Por ejemplo, en la página de comercio electrónico Amazon cuenta con más de 29.000 reseñas de los internautas. Varias voces coinciden en que la gran difusión en internet y en redes sociales, como Facebook o Twitter, le ha ayudado mucho a Hawkins para que su obra se venda como pan caliente. ¿Y qué dice la crítica de este fenómeno? Varios analistas coinciden en que el ritmo es una de las claves del libro, que cumple un requisito básico del género: sus giros narrativos no dejan de sorprender al lector y lo enganchan de entrada en la trama. El mismo Stephen King, uno de los novelistas de terror y misterio más reconocidos, comentó que “se trata de una gran novela de suspenso. Me mantuvo despierto toda la noche”, algo que también ayudó a impulsarla. El escritor, periodista y crítico del diario madrileño El Mundo, José María Plaza, dijo a SEMANA que “la obra no cae en los clichés de los best sellers convencionales y tiene un estilo propio que llega fácilmente al lector. Recuerda un poco a ‘La ventana indiscreta’, de Alfred Hitchcock”. Sin embargo, la obra de Hawkins no está libre de fuertes críticas. Según le explicó a esta revista la escritora y crítica literaria estadounidense Jean Hanff Korelitz “tan solo se trata de un misterio. No es ni la primera ni la última novela del montón que se convertirá en best seller”. Otros análisis, como los de The Washington Post o The New York Times, reconocen que se trata de un libro bien escrito pero con debilidades estructurales, pues pierde fuerza al abordar los detalles más importantes de la historia. Mientras se discute si la novela tiene o no calidad, sus ventas no decaen. Y muchos aseguran que detrás de esta máquina de vender existe una gran tarea de mercadeo. Al respecto Juan Carlos Galindo, crítico del diario El País, de Madrid, le dijo a SEMANA que el libro “está promocionado de manera muy inteligente, funciona, engancha, y sobre todo, está dentro de ese subgénero tan efectivo y tan de moda como es el ‘thriller’ escrito por mujeres”. En efecto, el libro de Paula Hawkins se suma a Perdida, de Gillian Flynn, otro thriller que como varios de su género es un gran éxito editorial. Como explica Andrés Hoyos, fundador y director de la revista El Malpensante, los thrillers, o novelas de intriga, “se basan en una de las pulsiones más primitivas del hombre: la curiosidad”. Mientras tanto, para el periodista y escritor Sergio Álvarez “otro ingrediente del género es su relación cercana con el cine y la televisión porque su formato narrativo se hace fácil de entender y de seguir”. Para no ir muy lejos, los estudios de cine DreamWorks ya adquirieron los derechos para adaptar la obra a la pantalla. Los thrillers, al lado de las publicaciones para jóvenes adultos (Young Adult Books), se han convertido en los últimos años en géneros muy mercadeables. Por eso para el escritor Antonio García es importante resaltar que “las ventas no son argumento para hablar de calidad aunque sí se convierten en una justificación para dar mayor visibilidad a un libro”. Y desde ahí muchas veces surge la discusión sobre si son una literatura fácil e incluso si alcanzan o no a ser literatura. Hoyos cree que “se tiene que dejar de ser tan estreñido como para pensar que todos tienen que ser Franz Kafka o Thomas Mann. Se trata de obras que tienen gran validez”. Los cuestionamientos para este tipo de novelas no se detendrán, lo que al parecer a muchos poco les importa: la propia Paula Hawkins ya tiene en mente seguir por el mismo camino y ahora prepara un nuevo thriller sobre tres hermanas en el norte de Inglaterra. Por ahora no hay signos de que esta tendencia se agotará. Y menos cuando hay un tren que avanza veloz y a toda máquina en el mercado editorial.