Después de enfrentar una detención domiciliaria de un año, Luis Fernando Andrade finalmente pudo disfrutar su libertad. Sin embargo, la alegría se vio empañada por un desagradable incidente pocos días después de salir a la calle. El exdirector de la ANI decidió ir al club el Nogal, que siempre ha sido el suyo y donde tiene varios amigos. En la entrada lo trancaron. El personal de la recepción, después de reconocerlo, incómodamente le comunicó que era una regla del establecimiento que las personas imputadas perdían el acceso al club hasta que su situación jurídica estuviera normalizada.