Título original: Looper País: Estados Unidos Año: 2012 Director: Rian Johnson Guión: Rian Johnson Actores: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Paul Dano, Jeff Daniels. Hay dos futuros en El asesino del futuro. El primero es en 2042, donde vemos a Joe (Joseph Gordon-Levitt, con una nariz prostética) trabajando como asesino a sueldo. El segundo es en 2072, época en la que se han inventado los viajes en el tiempo y desde donde le mandan sus víctimas, encapuchadas y con las manos atadas, para que él y sus colegas las despachen rápidamente con una escopeta.Su oficio se conoce como Looper (el título en inglés, mucho más sugestivo que la traducción) y su único requerimiento es jamás dejar escapar a sus víctimas.Estos asesinos cumplen fríamente con su labor y, de vez en cuando, les mandan un encargo especial: la versión de ellos mismos del futuro. El matarse a sí mismos lo llaman "cerrar el ciclo" y conlleva un botín más cuantioso. Es extraño, pero estos tipos solo creen en el presente y cuando les llega el día de matar a su futuro yo, lo hacen sin temblores metafísicos, solo lo celebran más bullosamente. Cuando a Joe le llega la hora de matar su versión futura (Bruce Willis) todo sale mal. Sorprendido de que su víctima llegue tarde y sin capucha o ataduras, lo deja huir. Entonces el Joe del presente debe buscarlo para acabar con él, o si no sus patrones, que no tienen nada de amables aunque están liderados por el resignado y tranquilo Abe (Jeff Daniels), acabarán con los dos.¿Cómo encontrarlo? El Joe del presente sabe que el Joe del futuro quiere matar a tres niños, uno de los cuales crecerá para convertirse en un asesino despiadado y rey del bajo mundo. Así que lo espera en la granja donde uno de ellos vive con su madre (Emily Blunt).Esta, una película de acción inteligente; detrás de una fachada de persecuciones y paradojas temporales hay una meditación sobre la naturaleza del tiempo y de la identidad, en cómo lo que seremos en el futuro depende de lo que somos en el presente, en el hecho de que encontrarse con uno mismo puede ser enervante.También juega con referencias a otras películas: llamar La Belle Aurore al bar que frecuentan los asesinos es un guiño al bar de la película Casablanca donde Humphrey Bogart e Ingrid Bergman vivieron su romance parisino; darle el rol de viajero en el tiempo desesperado y con el corazón desgarrado a Bruce Willis señala a Doce monos.Pero en su elegancia no se engolosina con sus referencias. Este es el tercer largometraje del director Rian Johnson (Brick y Los hermanos Bloom fueron las anteriores) que se ha especializado en hacer películas bien pensadas y divertidas. Basta ver cualquiera de ellas para recordar que la división a la que nos hemos acostumbrado entre cine comercial y cine arte es una patraña, que el cine comercial hecho para entretener no tiene que ser descerebrado.En sus tres películas Johnson alterna magistralmente entre la melancolía y la esperanza, sopesando con cuidado ambos extremos. Quizás sea gracias a eso que logra que todas terminen como lo hacen, al mismo tiempo trágica y felizmente. No sé cómo lo logra, pero el resultado es, además de sorprendente, muy satisfactorio.