SEMANA: ¿Cómo está la situación de seguridad en la región?

CLAUDIA CALERO: Es volver a hacer un llamado que no nos vamos a cansar de hacer para que llegue la seguridad a la región, para que haya condiciones para poder vivir, para movilizarse libremente y para poder trabajar.

SEMANA: El año pasado, ¿cuál fue el balance en materia de seguridad en la región?

C.C.: Le puedo decir: cinco trabajadores asesinados, nueve heridos y cuatro secuestrados, aunque puestos en libertad posteriormente. Y un sinnúmero de ataques a infraestructura de maquinaria amarilla específicamente, robos y atentados precisamente a la comunidad, a esa fuerza laboral que se levanta todos los días a trabajar para llevar el sustento a su casa y que en muchas ocasiones no lo puede hacer porque ni siquiera pueden salir de su casa. Nosotros hoy tenemos 5.400 hectáreas invadidas, que han venido de tiempo atrás. Esas invasiones no se han vuelto a registrar, hacen afectaciones y vuelven y salen, pero no podría yo decir que haya invasiones nuevas. Eso se mantiene.

5.400 hectáreas de los ingenios han sido invadidas. | Foto: AFP or licensors

SEMANA: ¿Se mantiene?

C.C.: Se ha limitado. Y esto ha sido posible por ese diálogo entre actores sociales que se ha podido estructurar y que, precisamente, también tengo que decirlo, fue posible cuando se estableció la mesa de diálogo del norte del Cauca por parte de este Gobierno. Pero las condiciones de seguridad superan la mesa y la gobernabilidad de los actores sociales, productivos y económicos que convoca esa mesa, porque la seguridad la da el Gobierno y el Estado colombiano. Y esa es la petición al unísono de todos los actores sociales, económicos, productivos, privados, públicos: que llegue seguridad a los territorios.

SEMANA: ¿Tienen calculado el impacto de temas de seguridad en el sector durante el año pasado?

C.C.: No. Hablar de pérdidas económicas resulta antipático y muy antipático cuando tenemos cinco trabajadores muertos, nueve heridos, cuatro secuestrados y una pérdida de empleos importante por cuenta de esas invasiones y de que no hay condiciones para que la gente se desplace a los lugares de trabajo.

Maquinaria de los ingenios ha sido incinerada por grupos de sujetos fuertemente armados. | Foto: Cortesía Asocaña

SEMANA: ¿Con la llegada de los nuevos gobiernos regionales ha cambiado algo? ¿Cuál es la expectativa que ustedes tienen con la nueva gobernadora y el alcalde de Cali?

C.C.: Que coincidimos en temas que revisten la mayor importancia, como lo es la seguridad. Hemos conversado y efectivamente hemos coincidido en que, si no hay seguridad, no hay desarrollo. Este es un mensaje que les hemos querido dar. Lo que les hemos dado a la gobernadora, al alcalde y en unas reuniones que posteriormente vamos a tener con todos los alcaldes, donde nosotros tenemos área de influencia, es que debe llegar la seguridad, pero debe llegar la justicia. Porque si no hay justicia, hay impunidad y la impunidad genera más violencia.

Esto es que llegue, por supuesto, la Fiscalía, la policía judicial, las investigaciones, que se surta el debido proceso, que haya capturas. Pero frente a todos estos hechos, nosotros todavía no sabemos si hay detenidos, si hay investigaciones que vayan a presentar resultados prontamente.

Y genera mucha frustración que cuando hay muertos, no hay detenidos, o que haya muertos y la gente espera que haya medidas ejecutadas. No hay medidas ejemplarizantes para quienes cometen estos actos ilegales y violentos. Eso es lo mínimo que cualquier ciudadano colombiano espera.

SEMANA: En medio de todo este panorama, ¿cómo se movió el sector frente a no solo el tema de seguridad, sino también muchas variables macroeconómicas como inflación, tasas de interés, crecimiento?

C.C.: A nosotros, como todo sector agrícola, nos impactan en gran medida las condiciones climatológicas porque nuestra materia prima está expuesta y estamos dependiendo de las condiciones geológicas, climáticas, etc. Venimos desde 2021 hasta el primer trimestre de 2023 con los efectos inclementes de un fenómeno de La Niña, con unos campos anegados de forma importante. Y estamos haciendo todas las gestiones y las acciones pertinentes para rescatar los campos de esas incidencias del clima. Superado esto, viene el fenómeno de El Niño y tenemos que prepararnos para sus efectos, que son bastante difíciles.

Nosotros tuvimos una leve afectación en la producción el año pasado. Molimos 21 millones de toneladas de caña cuando en 2022 fueron 23 millones. En 2022 produjimos 2,1 millones de toneladas de azúcar, y en 2023, 1,9 millones. Así que, efectivamente, tuvimos una merma en la producción por cuenta de esas afectaciones.

No obstante, eso no significa que no sigamos siendo superavitarios y que podamos, sin lugar a duda, mantener el suministro de azúcar para el mercado interno. Y que, además, continuemos siendo altamente exportadores. Exportamos el año anterior alrededor de 650.000 toneladas de azúcar a más de 60 países.

El año pasado se exportaron alrededor de 650.000 toneladas de azúcar a más de 60 países, por más de 400 millones de dólares. | Foto: Getty Images/iStockphoto

SEMANA: ¿Y el precio cómo se ha comportado?

C.C.: El precio ha sido importante y esto también por la oferta en el mercado internacional. Nosotros no formamos precio. Somos el 1,4 % del mercado internacional, o sea, de la producción global. En ese sentido, dada la disminución en la oferta mundial de azúcar, los precios subieron de forma importante, y nosotros aprovechamos esas condiciones.

SEMANA: ¿Cómo están los precios?

C.C.: El año pasado pudimos tener precios del azúcar de alrededor de 26 centavos de dólar la libra, que es un precio importante. Pero este mercado es de ciclos. Si tenemos un ciclo con fase alcista, viene después otro a la baja y tenemos que hacer acciones para hacerle frente a esos dos temas. En relación con los precios, por ejemplo, al mercado doméstico, a pesar de esa fase alcista en el mercado mundial, por nuestras políticas públicas, acá se suavizan al consumidor final. Esas son las bondades de tener esos instrumentos de política pública como las franjas de precios.

SEMANA: ¿Qué tanto les pegó todo el tema de costos, inflación, dólar y tasas de interés?

C.C.: Hay algo que es importante decir y es que eso nos pega en nuestros costos de producción, que no los podemos trasladar al precio final. Así que los productores tienen que gestionar todos esos indicadores –inflación, tasas y demás– para poder ser competitivos. Frente a todas estas variables, lo que hemos venido haciendo es ser más productivos, más competitivos, para poder administrar esos indicadores.

SEMANA: Volviendo al sector, ¿qué tanto está cambiando el tema de regulación versus hábitos de consumo, el tema del azúcar, con factores como, por ejemplo, los impuestos a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados y las tendencias en el mundo?

C.C.: El azúcar es un alimento y un alimento que no tiene sustituto. ¿Por qué quiero resaltar esto? Este es un producto natural que viene de la caña de azúcar, que tiene un procesamiento y que nos complace decir que nuestras prácticas de producción y procesamiento están en el ámbito de la sostenibilidad y que por eso reiteramos que este es un alimento natural.

En ese contexto, entonces, estamos invitando y estamos haciendo los mejores esfuerzos para enseñar al consumidor que consuma un producto como este, natural, pero que lo consuma con balance, que lo acompañe de buenos hábitos y estilos de vida saludable. Y lo que nos están diciendo nuestras proyecciones y demás análisis es que en el mundo se sigue consumiendo azúcar y que existe el azúcar como un ingrediente dentro de muchos productos que no puede ser sustituido. La invitación es a que se siga consumiendo este producto natural y que se siga consumiendo con el balance necesario.

SEMANA: ¿Cómo cambia el panorama frente a las reformas propuestas por el Gobierno? En especial la laboral y la propuesta de una nueva tributaria…

C.C.: Hemos venido insistiendo en que se reconozca que el sector productivo es un aliado importante para el desarrollo del país. Que es necesario incrementar las inversiones y que esto genere más desarrollo a través de empleo y de la dinamización de economías adicionales. Y ese es el ejercicio que por ejemplo desde el sector agroindustrial de la caña estamos haciendo. Estamos poniendo los ojos en las regiones para dinamizar economías locales que puedan estar ofreciendo bienes, insumos, productos y materias primas a nuestro clúster o que, a partir de subproductos de nuestro sector, se pueda generar otra dinamización de economías que le permitan a esta región del suroccidente crecer y crecer más.

Esta es una invitación para evidenciar que el sector productivo puede ser el mejor aliado. El sector empresarial es el mejor aliado para el desarrollo del país.

SEMANA: ¿Y ustedes están de acuerdo con la tributaria que han planteado de reducir las cargas corporativas y aumentar el tema de cargas personales?

C.C.: La invitación es a que se conozcan propuestas, a que nos permitan hacer una discusión con bases técnicas bien fundamentadas que den señales claras para que esto sea definitivamente positivo para la generalidad.

SEMANA: ¿Y en el tema laboral, los han invitado a participar en la discusión de la reforma? ¿Cuál es su visión?

C.C.: Por supuesto que la laboral nos preocupa y hemos invitado al Gobierno en las mesas de discusión a que miraremos este tema con mucha atención, con mucha lupa para que las propuestas efectivamente contribuyan a todas las partes, pues esto tiene que estar en una balanza. La generación de empleo es importante y se da en la medida en que crezcan la producción y la oferta, en que se madure la demanda. Y esa es la invitación. Tenemos que dar discusiones donde todas las partes puedan contribuir efectivamente a ese desarrollo sostenible.

SEMANA: En los análisis del crecimiento de la economía, uno de los temas más golpeados ha sido la inversión. ¿Qué ha pasado?

C.C.: La inversión solo se da con señales claras y cuando se da seguridad. Y estas inversiones se dan con seguridad física y jurídica. Así que nuestro llamado nuevamente es necesario: dar señales claras de seguridad jurídica y de seguridad física.

Si no hay seguridad física, no hay desarrollo. Si no hay señales claras para que los inversionistas apuesten más, pues no va a haber ampliación de la productividad, ni de la oferta productiva en el país.

Para Calero, si no hay señales claras para que los inversionistas le apuesten más, pues no va a haber ampliación de la productividad, no va a haber ampliación de la oferta productiva en el país. | Foto: REUTERS

SEMANA: ¿Cómo ha evolucionado el negocio de energía, en el sector?

C.C.: Este sector está en la senda de la transición energética. Está trabajando en contribuir a un mejor ambiente. Y en ese caso, por ejemplo, producimos a partir del bagazo cogeneración de energía a través de una materia prima renovable. Y esa cogeneración no solamente suple nuestras necesidades energéticas, sino que ya también la estamos llevando al sistema interconectado nacional. La mitad de nuestra cogeneración la estamos ya poniendo al servicio del sistema interconectado nacional.

Y podemos ya también insistir en que el bioetanol está considerado dentro de la oferta de la transición energética. Y ese bioetanol está apostándole a la movilidad sostenible. Prueba de ello está en que hemos venido haciendo alianzas con productores de vehículos como Toyota, Volkswagen y demás, que nos permite mostrar que el bioetanol unido, por ejemplo, a una oferta híbrida de movilidad, sin duda es una apuesta más económica y accesible al ciudadano colombiano para hacer que se suba a esa movilidad sostenible en la transición energética. Pero además podríamos hablar ya de bioparques. Porque no solamente podemos producir bioetanol, energía a través de la cogeneración, sino que también podríamos estar adentrándonos a la producción de biogás de forma masiva.

Y ese biogás lo podemos producir a partir de un subproducto que sale de la producción de bioetanol, que son las vinazas, lo mandamos a unas plantas especiales y podemos producir biogás.

Y le voy a dar un dato. Podríamos tener una producción de alrededor de 80 millones de metros cúbicos de biogás. Y fue así como empezamos a invertir en tecnología, ciencia e innovación. Y recientemente estuvimos invirtiendo en 10 cuencas prioritarias que tenían un índice de vulnerabilidad hídrica más alto. En estas 10 cuencas, se establecieron sistemas de monitoreo de punta. De manera que, a cada uno de los cultivadores en su celular, a través del teléfono, de tecnología, de agricultura 4.0, de ciencia e inteligencia artificial, ve en su celular qué nivel de agua tiene o qué caudal tiene tal río que es el que le suministra a él el recurso hídrico, cuándo y cuánto podría regar.

A esto se le suman, por ejemplo, unas estrategias que establecimos de tiempos y periodos de riego, turnos de riego, donde por áreas tenemos claro cuáles son los horarios donde se puede utilizar el agua, con un propósito fundamental: que no vayamos a afectar el consumo para el uso doméstico o el humano. Esa es nuestra prioridad, que por lo menos en el área de influencia de los cultivos de caña no vaya a haber ningún reparo.

SEMANA: En este momento, ¿cómo les está pegando el clima?

C.C.: Hay una reducción en la oferta de al menos el 50 %, en algunos de los ríos principales que surten agua para riego.

SEMANA: ¿Y la afectación en la cosecha?

C.C.: Lo que hemos venido insistiendo es que usted debe aplicar el agua en el momento indicado y en la cantidad adecuada. Y es por eso por lo que esta innovación en ciencia y tecnología, que nos da la información en el momento indicado, en tiempo real, la tenemos que aprovechar. No es regar por regar. Lo que nosotros estamos mostrando a los cultivadores a través de nuestro centro de investigación es que no apliquen más de la cantidad de agua que necesita el cultivo, sino que la apliquen en el momento indicado y en la cantidad adecuada.

SEMANA: Para dimensionar, ¿el sector de caña qué representa en la economía?

C.C.: En el Valle del Cauca nosotros somos el 21 % del PIB agrícola y el 11,5 % del PIB industrial. En el Cauca somos a nivel industrial el 21 % y el 11 % del PIB agrícola. Somos un sector muy importante para esta región. Generamos 286.000 empleos directos e indirectos y un poco más de 2,5 millones de personas dependen del sector. Además, somos el 2,5 % del PIB nacional agrícola.

En el año 2018, Fedesarrollo hizo un estudio y demostró que, por cada peso que se invierte en el cultivo de caña de azúcar, hay un efecto de 9,5 pesos más en toda la cadena. Y por cada peso que se invierte en la fase industrial, en el procesamiento de azúcar, etanol, energía, se traduce en 4,5 pesos más en toda la cadena.

Estamos pagando un poco más de un billón de pesos en salarios. El 95 % de los bienes, servicios y materias primas que se consumen por parte de la agroindustria son de la oferta local, regional y nacional. Es decir que esos recursos se quedan en Colombia y se quedan en la región.

Exportamos a más de 60 países y esto genera unas divisas importantes: alrededor de 400 millones de dólares que ingresan al país. Tenemos un área de influencia en 51 municipios, en 5 departamentos. Por ejemplo, en Miranda, el 70 % de los recursos son producto de impuestos que genera el sector agroindustrial de la caña. Existen otros municipios que dependen en 60 % de los recursos que oferta el sector agroindustrial.

El índice de necesidades básicas insatisfechas, que también midió Fedesarrollo, muestra que ese índice es menor en municipios que tienen caña y que tienen ingenio. Esto me da pie para decir que este sector está preocupado por dinamizar esas economías locales. Y hemos venido trabajando con organizaciones sociales, por ejemplo, en el norte del Cauca, para mirar oportunidades de negocio.

No oportunidades de negocio para el sector, sino para esas comunidades que contribuyan a ese desarrollo de regiones. Y con ellas hemos mirado y estamos analizando temas de cacao, de café, etc. Y hemos venido también teniendo apoyo de estos sectores productivos especializados en esas líneas de negocio. De manera que todos pensemos en acciones exitosas para que estos pequeños cultivadores se vuelvan empresarios exitosos.

También constituimos un programa que hemos denominado Compromiso Rural, que tiene dos líneas: generación de empleo nuevo, de calidad y permanente en el tiempo, y la otra, apoyo a los emprendimientos para que se vuelvan empresarios.

En esta primera línea puedo decirte que hemos generado 1.845 empleos más. En el marco de la ley, sostenibles y permanentes. Formales. Y en la otra parte, muy importante también, que hemos apadrinado más de 700 emprendimientos. Estamos identificando oferta de bienes, servicios y materias primas para nosotros poder también demandar esos productos, pero de igual manera también acompañarlos para que ellos se vuelvan formales, generadores de empleo y dinamizadores de esa economía de la región. También con una oferta exportable.