Ante el reciente brote de fiebre amarilla en algunas regiones de Colombia, las autoridades de salud han emitido alertas y recomendaciones para prevenir la propagación del virus.

Las empresas, como actores fundamentales de la sociedad, tienen un papel crucial en la protección de la salud de sus trabajadores y comunidades cercanas. El Ministerio de Salud ha socializado algunos de los cuidados que deben tener las empresas para enfrentar el brote.

Las autoridades han recomendado la vacunación oportuna. | Foto: Secretaría de Salud

Implementar medidas de prevención no solo protege a los empleados, sino que también asegura la continuidad de las operaciones y evita impactos negativos en la productividad.

La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos infectados, principalmente del género Haemagogus en zonas rurales y Aedes aegypti en áreas urbanas. Aunque no se transmite de persona a persona, la movilidad de los infectados puede facilitar la expansión del virus a nuevas zonas si hay presencia del vector.

Una de las principales recomendaciones para las empresas, especialmente aquellas con operaciones en regiones selváticas o de alta transmisión, es fomentar la vacunación preventiva.

El Ministerio de Salud de Colombia exige la vacuna contra la fiebre amarilla para ingresar a ciertas zonas endémicas del país, y su aplicación es una medida efectiva con una sola dosis que brinda inmunidad de por vida.

Las empresas pueden coordinar jornadas de vacunación internas o facilitar el acceso de los trabajadores a los centros habilitados.

Además, es fundamental implementar estrategias de control del vector, enfocadas en la eliminación de criaderos de mosquitos. Las compañías deben revisar y mantener en buen estado las instalaciones, eliminando acumulaciones de agua estancada en recipientes, canales de desagüe, bebederos o maquinaria abandonada, que puedan convertirse en criaderos.

También es recomendable aplicar insecticidas en zonas de riesgo y mantener una vegetación controlada para reducir los hábitats del mosquito.

La educación y sensibilización del personal es otra herramienta clave. Las empresas deben desarrollar campañas informativas sobre los síntomas de la fiebre amarilla (fiebre alta, dolores musculares, ictericia, vómito) y los pasos a seguir ante la sospecha de contagio. Promover el uso de ropa de manga larga, repelentes y toldillos también ayuda a minimizar el riesgo de picaduras.

Cada año se reportan 200.000 casos de fiebre amarilla y 30.000 muertes a causa de esta enfermedad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. | Foto: El País

En sectores donde los empleados deben trabajar al aire libre, como en la construcción, minería, agricultura o turismo ecológico, se debe reforzar el uso de elementos de protección personal y establecer protocolos de vigilancia epidemiológica activa.

Identificar rápidamente casos sospechosos puede permitir una intervención oportuna y evitar mayores contagios.

Finalmente, las empresas deben mantenerse informadas a través de fuentes oficiales como el Instituto Nacional de Salud (INS) o la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y colaborar con las autoridades sanitarias en caso de detectar casos sospechosos o brotes locales.