Conforme pasa el tiempo y el mundo se acerca a la línea de no retorno frente a problemáticas como el calentamiento global, los gases de efecto invernadero y la contaminación en general; más empresas en el mundo se suman al llamado de los diferentes gobiernos, así como de ONG, que promueven el desarrollo sostenible como una alternativa a los desafíos climáticos que se vienen en las próximas décadas.

Hoy en día han tomado mucha fuerza términos como economía circular, producción biodegradable, bonos de carbono, industrias alternativas y biocombustibles. Todo esto no es otra cosa que el resultado de muchas compañías que hoy en día se la están jugando por devolverle al planeta un poco de todo lo que a diario les da.

La calidad del aire es uno de los ejes fundamentales de esta discusión. Solo para poner un ejemplo en el caso de Colombia, el contaminante con mayor potencial de afectación en el territorio es el Material Particulado Menor a 2,5 micras (PM2.5), el cual está constituido por partículas muy pequeñas, producidas principalmente por los vehículos pesados que utilizan diésel como combustible y que afectan seriamente las vías respiratorias.

Según el Ideam, “a nivel nacional, las zonas que mayor afectación presentan por importantes niveles de contaminación atmosférica son: el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, las localidades de Puente Aranda, Carvajal y Kennedy en Bogotá, el municipio de Ráquira en Boyacá y la zona industrial de ACOPI en el municipio de Yumbo (Valle del Cauca)”.

Precisamente para hacer frente a esta problemática, desde el año 2008 el país viene buscando alternativas de movilidad sostenible, que si bien se podría decir empezaron con la llegada del primer vehículo eléctrico al país, hoy en día toma en cuenta diversas alternativas como los biocombustibles y los vehículos híbridos, es decir, que funcionan con electricidad y con combustibles.

Ante esto y tomando como referencia las diferentes opciones que están llegando y hacen fila para ingresar al país, recientemente ha surgido el debate frente a la pregunta: ¿cuál es la mejor de todas las alternativas? Ya que si bien todas dicen ser la mejor alternativa, muchas de ellas aún requieren mucho trabajo para ser una realidad eficiente.

En entrevista con SEMANA, Pablo Di Si, CEO de Volkswagen América latina y una de las personas que más ha hablado sobre este tema en toda la región, aseguró que este es un tema que debe ir más allá de los intereses de una industria, puesto que cada país tiene una realidad diferente y un potencial distinto para enfrentar esta conversación.

Pablo Di Si - CEO de VolksWagen América Latina | Foto: Pedro Danthas MIII

“Debemos empezar porque la meta al final es reducir el CO₂, ese es el gran enemigo a vencer, acá no importa si es con eléctrico, si es con híbridos, con vehículos flex o con lo que nosotros llamamos sustainable fuels, o sea, combustibles sostenibles. Todas estas son herramientas que ayudan a un fin mayor que es proteger el medioambiente”; dijo este experto.

Según Pablo Di Si, el CO2 es el gran enemigo a vencer en este momento si se quiere llegar a una movilidad sostenible eficiente y que brinde resultados notorios en cuanto al mejoramiento de la calidad del aire y a la lucha contra las emisiones contaminantes. De esta forma, aseguró que la tecnología, sin importar cuál sea, se encamine en la mitigación de esta problemática.

“El punto acá es que cada país debe enfocar su tecnología hacia aquello en lo que es más fuerte, si es etanol, para el caso de América Latina, aprovechemoslo, si son minerales en Canadá o América del Norte, fantástico. Hoy en día hay algunas firmas que se la están jugando incluso por combustibles sintéticos que son maravillosos. Lo importante acá es no salirnos de nuestra realidad”, agregó Pablo Di Si.

El CEO de VolksWagen en América Latina, puso el ejemplo de países como Brasil, donde los empresarios se la están jugando por desarrollar una industria muy fuerte con base en el etanol, tomando como punto de partida la caña de azúcar y las grandes extensiones de cultivos que tienen hoy en día. Así mismo, destacó que es un asunto que en este país trascendió el tema de movilidad e incluso está llegando a las industrias.

“Anteriormente, se habló mucho de un modelo de medición de las emisiones de CO₂ que se basa únicamente en lo que salía por el tubo de escape del automóvil y resulta que esto ya no es así, hoy en día también se deben tener en cuenta los procesos de fabricación, ensamblaje, transporte y comercialización. Que ya no sea del motor a la rueda, sino de la industria a la rueda, que se mire todo en conjunto”, dijo Di Si en entrevista con SEMANA.

A la hora de abordar los retos para América Latina y Colombia, en la búsqueda de una movilidad sostenible, este personaje aseguró que todo debe empezar por darse cuenta del potencial que se tiene, ya que todo está dado para esta parte del mundo invierta los papeles y crezca al mismo ritmo de las grandes potencias económicas.

“Si miras el contexto de la geopolítica global en este momento, qué está faltando en este momento, alimentos y energía, y qué es lo qué más tenemos en América Latina, alimentos y energía. Es solamente crear programas de desarrollo que permitan explotar responsablemente los potenciales de todos estos países. Si quieren otro ejemplo, además del de Brasil, miren a Uruguay”, dijo Pablo Di Si.

Por último, este experto en movilidad sostenible aseguró que todo este tipo de procesos toman tiempo y van más allá de los intereses de cualquier grupo político, “muchas cosas de las que hagamos hoy, no darán resultado sino hasta dentro de 10 o 15 años, pero si no empezamos ahora, nunca se verán los resultados y jamás podremos salir del debate”.