La inflación sigue siendo el indicador que más preocupa a los colombianos, sobre todo porque no se ve que empiece a ceder rápidamente y, por el contrario, tendrá efectos como el aumento del precio de la gasolina, el impacto del invierno en los alimentos y el incremento del precio del dólar que la presionarán hacia arriba.

El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, señala que, aunque hay precios de alimentos que han cedido, como la papa, el aumento en los insumos pueden llevarlo de nuevo hacia arriba.

La energía sigue aumentando en la costa Caribe por efecto del cambio en los operadores del servicio de distribución y las inversiones que están haciendo en la región. El dólar y su incremento afectarán servicios como el gas y los importados, como los vehículos.

Oviedo considera que el efecto de desaceleración de la inflación se va a correr al menos un par de meses en el segundo semestre.

Estas son sus opiniones en diálogo con SEMANA:

SEMANA: El dato de 9,67 % de inflación anual en junio, ¿es el más alto en la historia reciente de Colombia?

JUAN DANIEL OVIEDO: Efectivamente la inflación del 9,67% a junio es la más alta que hemos observado desde junio del año 2000. Es decir, que estamos viendo unos niveles de inflación, que habíamos visto hace 22 años en la economía colombiana. En ese paso intermedio, es importante resaltar que tuvimos un pico de inflación muy importante mucho más reciente, pero que no alcanzó a ser así de intensivo, que fue el que generó el Fenómeno de la Niña y el paro de camioneros del 2016, que llevaron a la inflación a tener un máximo en ese momento del 8,97%. Así que estamos retrocediendo prácticamente 22 años en el comportamiento de la inflación anual.

SEMANA: ¿Siguen siendo los alimentos el principal dinamizador? ¿O qué otros factores están sumando al índice de precios al consumidor?

J.D.O.: Cuando vamos a ver la inflación anual, en términos de contribución, seguimos viendo que, para la tercera parte de ella, es decir, 3,98 puntos porcentuales están siendo aportados por los alimentos y las bebidas no alcohólicas. Eso significa que seguimos viendo estructuralmente una inflación generada por alimentos y, en segundo lugar, por los arrendamientos y los servicios públicos domiciliarios.

Sin embargo, en el 0,51% de inflación mensual, que vio el país entre mayo y junio del 2022, ya no son los alimentos, sino el rubro de arrendamientos y servicios públicos, el que está explicando una tercera parte del comportamiento de la inflación. Es decir, no podemos cantar victoria ante la inflación de alimentos, porque es un componente que sigue siendo determinante en el comportamiento de la inflación.

Sin embargo, la alerta para orientar la política pública, alrededor de estos temas es que los servicios públicos domiciliarios, en particular, la electricidad y el servicio de acueducto, están generando una presión inflacionaria muy importante, tanto es así, que cuando nosotros vemos el 9,67%, evidenciamos que la tercera parte está siendo explicada en primer lugar por el corrientazo, los arrendamientos, la carne de res, la electricidad y la leche.

Esto significa, que la electricidad y los arrendamientos están teniendo un peso muy importante y desafortunadamente ese impacto de la electricidad está focalizado, especialmente, en las ciudades capitales de la región Caribe del país.

SEMANA: En alimentos, además de las tensiones por la guerra entre Rusia y Ucrania, en el campo local estamos ante una jornada invernal que haría que esos precios no cedan y, por si fuera poco, el tema del dólar también presiona…

J.D.O.: Tenemos una presión combinada de costos por temporada invernal sobre los precios de los alimentos.

Por ejemplo, dificultades en las labores de ordeño, por eso hay menos producción de leche, y el precio de la leche sube; pero, así mismo, el invierno afecta el ciclo de producción de la caña de azúcar, y por lo consiguiente, la caña se demora más, es más difícil de cortar, por eso el azúcar está teniendo un efecto muy importante en el comportamiento de la inflación. Adicionalmente, el invierno llama a que los productores agropecuarios tengan que utilizar más mecanismos de control de humedad, y de fertilizantes, que los exponen también a esos mayores costos internacionales, por el componente logístico internacional, el conflicto de Rusia y Ucrania, pero también el tema del dólar.

SEMANA: Y eso se refleja en los costos al productor…

J.D.O.: Tenemos un componente de costos propio, el de los insumos agropecuarios, como abonos y fertilizantes, que se refieren al índice de precios al productor (IPP), de lo que se ofrece en términos internos. La inflación anual de los abonos y plaguicidas en el IPP, en diciembre del 2021, estaba alto, 10,6%, y a junio del 2022 estaba al 32,19%. El encarecimiento de insumos como abonos y plaguicidas está detrás de la participación del comportamiento de los precios de los productos alimenticios en el país. Y otro elemento que explica en buena parte de por qué la carne y el pollo están muy caros, es que los concentrados de alimentos para levantar estos animales registran una inflación anual del 26% a 23%, y por eso vemos las inflaciones anuales de la carne de res, del pollo, de los huevos, alrededor de esas cifras.

SEMANA: Pero el precio de la papa ha cedido…

J.D.O.: Toda esta presión mixta nos lleva a que no poder cantar victoria, simplemente, porque ha habido abundancia de papa. Cuando vemos el comportamiento de la papa en el IPC, vemos una caída muy importante de la inflación anual, pero, esa caída no es porque los costos de la papa hayan disminuido, sino porque hubo una producción muy importante de papa, que tuvo que recogerse anticipadamente por las lluvias y por eso tenemos abundancia de papa. Pero en la medida que los insumos siguen siendo costosos y el invierno no ha cedido, seguramente vamos a empezar a ver otro ciclo ascendente de la papa. Algo similar pasa con el tomate. En su caso vimos una disminución de precios en el último mes, pero su inflación anual todavía sigue alrededor del 69%.

SEMANA: ¿Qué está pasando con el corrientazo, con los restaurantes? Pues esos costos no se pueden trasladar totalmente al consumidor…

J.D.O.: Ese es un tema muy importante. Para ser pedagógicos y generalistas hablamos del corrientazo, pero todos lo vemos, incluso aquellos que tenemos la oportunidad de poder ir a un restaurante. Ya cualquier plato está a 30.000 o 40.000 pesos. Es una presión supremamente fuerte, es una inflación que nosotros no habíamos visto en la historia reciente del país. La inflación de los alimentos servidos a la mesa está llegando al 15,65% en la historia reciente, es decir, desde 2016 no habíamos visto esa inflación.

SEMANA: ¿Qué sucede?

J.D.O.: ¿Cuáles son los productos más frecuentes en temas de producción de servicios de comida a la mesa? Pensemos en el corrientazo: está el arroz, la carne o el pollo, tres productos que en este momento está en el top de explicación de la inflación. Pero a veces cuando estamos hablando de comidas rápidas como es la carne, hay que fritarla o hay que asarla, tenemos la electricidad cara, tenemos los aceites vegetales caros. El pan también está con una inflación muy importante, precisamente por el componente internacional del trigo, que en su mayoría es importado y, por consiguiente, el dólar, el componente internacional y la crisis de Rusia y Ucrania están afectando sus precios internacionales. Entonces, por más que algunos alimentos han corregido, pues los insumos básicos de la comida por fuera del hogar están todavía con una presión inflacionaria muy alta, a lo cual se suman dos elementos: uno, arrendamientos comerciales que están creciendo a un ritmo más rápido que los arrendamientos residenciales, que sí tienen un tope de indexación. Y el otro, el incremento del salario mínimo, pues encarece la mano de obra de las personas que trabajan en los restaurantes, y ellos se ven obligados a trasladar estos sobrecostos a los consumidores finales. Hay que recordar que ellos están teniendo un comportamiento compensatorio de todas las pérdidas que pudieron haber acumulado en los momentos más críticos del confinamiento, y por eso vemos esa inflación tan alta en el caso del corrientazo y demás comida servida a la mesa, y también en el caso de las comidas rápidas.

SEMANA: ¿Por qué la energía está tan cara?

J.D.O.: En el caso de la electricidad, nosotros tenemos que ver algunos elementos muy importantes. Las ciudades que están viviendo una inflación anual, que es el doble de la inflación nacional, Santa Marta, Riohacha, Barranquilla, Sincelejo, Valledupar, Montería, Cartagena, todas ellas del Caribe están por encima del promedio nacional. ¿Qué pasa ahí? El paso de Electricaribe a los nuevos operadores que están prestando el servicio en mejores condiciones de continuidad, de calidad y de eficiencia, pues lleva a que esos operadores hayan tenido que hacer inversiones para mejorar la prestación del servicio, y la ley 142 de 1994, que define los principios tarifarios de los servicios públicos domiciliarios, en un principio que es el de suficiencia financiera, es decir, los usuarios debemos pagar o contribuir a las inversiones que mejoran la calidad de prestación del servicio, y por eso vemos en las ciudades del Caribe el protagonismo de la inflación anual de electricidad que están llevando a explicar en buena parte esa inflación anual de la electricidad del 19,63%, que es más del doble de la inflación anual. Adicionalmente, algunos componentes de las fórmulas reguladas de las tarifas de electricidad están indexadas a la tasa representativa del mercado, y por esa oferta es que posiblemente en los próximos meses con estas evoluciones tan aceleradas en la tasa representativa del mercado, podamos ver efectos del dólar, por ejemplo, tanto en el servicio público de electricidad, como en el servicio de gas domiciliario.

SEMANA: ¿Qué pasa en el gas domiciliario?

J.D.O.: Cuando hacemos este mismo ejercicio para un energético como el gas domiciliario, pues vamos a ver que para ese caso del servicio de gas tenemos una inflación nacional, mucho más moderada, del 14,03%, pero vemos, por ejemplo, a Cúcuta y Bucaramanga con inflaciones muchísimo más altas. Tenemos un efecto mucho más directo del comportamiento de la tasa representativa del mercado y por esos energéticos está impulsando muy en línea, el gran problema en la inflación en los países de la Ocde, no está en primer lugar asociado con los alimentos sino por los energéticos, en la medida en que la mayoría de los países de la Ocde depende de insumos energéticos de otros países, y sobre todo del área que se encuentra en conflicto como son Rusia y Ucrania.

SEMANA: ¿El tema de la inflación ya se volvió estructural?

J.D.O.: Los elementos de alimentos están asociados a unos costos de producción que difícilmente vamos a poder resolverlos nosotros. Mire como las medidas de exenciones de aranceles a los fertilizantes no ha llevado a disminuir los precios mayoristas de los fertilizantes, ni de los concentrados. Tenemos una dificultad en donde el contexto internacional está detrás también de esta importante inflación de alimentos, pero a eso se suma un riesgo muy importante de la inflación de energéticos que cubre tanto la inflación del gas y de la energía para consumo del hogar, como los combustibles para vehículos.

SEMANA: ¿Qué pasa con los energéticos, en especial gasolina que ya el Gobierno anunció una senda de incremento?

J.D.O.: Cuando queremos analizar la inflación de energéticos, la mensual fue casi 3 veces más alta que el 0,51%, la anual es 13,66%, frente al 9,67%, está 4 puntos por encima. Entonces, pareciese que, en el segundo semestre, seguramente vamos a ver un alivio en la inflación de alimentos, vamos a empezar a alinearnos con otros países porque se van a sumar las subidas del combustible para vehículos, la continuidad del incremento de tarifas de electricidad y los efectos de tasa de cambio. Por consiguiente vamos a ver constantemente el rubro de arrendamientos y servicios públicos, contribuyendo a la inflación, por eso como lo comentábamos en diferentes escenarios, ese momento que esperaba el país, de que para julio-agosto empezáramos a ver una caída secuencial del indicador de inflaciones a nivel mundial, yo creo que se va a desplazar varios meses, hasta que no se tomen medidas particulares para poder garantizar que todas estas herramientas que están apegadas a la ley y a la regulación, puedan mitigarse en cierta forma para evitar ese impacto tan fuerte sobre el bolsillo de los hogares colombianos.

SEMANA: ¿Qué tantos meses está contemplando usted que pueda alargarse este tema de la inflación?

J.D.O.: Como una opinión de experiencial digamos, además de lo que nosotros vemos, creo que los incrementos del combustible para vehículos van a tener un efecto importante. Recordemos que, en este mes de junio, los combustibles aportaron 1 punto, es decir, de los 51 puntos básicos de la inflación mensual, aportaron 1 punto, precisamente, porque los distribuidores de combustibles como sabían que a partir de julio iban a haber ajustes en la tarifa, se pegaron al techo regulado de la gasolina corriente, el diésel y la extra. Recordemos que la extra esta por las nubes, pero el peso que tiene dentro de la canasta es menos significativo, por eso hablamos de gasolina corriente, y el Diesel, pues, se pegaron al techo, preparándose de que muchos vehículos si iban a anticipar el alza de los combustibles, tanqueando a gran capacidad sus vehículos en los últimos días de junio, y esto llevó a que tuviéramos no más punto de comportamiento de inflación. Entonces, las alzas secuenciales que se han previsto en combustibles van a tener un efecto muy importante y sobre todo también en el sur occidente del país, en donde, dependemos más de gas en pipeta, cuyos precios también van a incrementar.

Campesinos cultivadores de papa. Ventaquemada Boyacá Noviembre 4 de 2020. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: Juan Carlos Sierra

SEMANA: ¿Qué tanto nos va a pegar este incremento de dólar en materia de inflación?

J.D.O.: Ya lo hemos visto en unos canales. Varios productos que son sensibles al comportamiento del dólar en particular en vehículos. Buena parte de la oferta interna de vehículos tiene un componente importado, la inflación anual de los vehículos está en 13,83%, un nivel que nosotros no habíamos visto, sino a finales del 2015 y comienzos del año 2016. Sabiendo que vehículos está dentro del top 5 de productos que explica la inflación anual, pues el dólar en el costo de los vehículos va a afectar. Productos de limpieza y mantenimiento, hay muchas moléculas para la producción de detergentes en polvo, o muchos productos de limpieza que son importados, miremos la inflación del 24,84% de esos productos de limpieza que esta carísimo, el jabón, el papel higiénico, las toallas higiénicas, los pañales, el detergente en polvo para la ropa, y eso aquí va a manifestarse el comportamiento del dólar también en los productos de limpieza y mantenimiento. Y otro elemento en el que vamos a ver seguramente una afectación del dólar muy visible, es sobre el componente en el servicio de gas: el precio de gas a boca de pozo, y de transmisión fundamentalmente, tiene un componente de indexación muy sensible a la tasa representativa del mercado. También vamos a ver seguramente que el precio del dólar va a hacer que las frutas importadas, como manzanas y duraznos, lleguen un poco más costosos, y adicionalmente buena parte de legumbres secas, que también son importados, van a tener un costo más importante a través del dólar.

SEMANA: ¿Cuál será el impacto de una inflación alta en el crecimiento?

J.D.O.: Creo que el impacto que puede tener la inflación en el crecimiento, en donde, aquí estamos viendo un efecto de inflación de costos muy importante, sabemos que también hay una inflación de demanda que vemos a través del transporte, que vemos a través de la comida fuera del hogar, pero determinante es el componente de costos, uno de los efectos que va a tener la inflación sobre el crecimiento, pues no es un efecto directo, sino es la responsabilidad que ejerce de forma excelsa el Banco de la República, en controlar el comportamiento de la inflación, pues va a llevar a que nosotros tengamos medidas monetarias mucho más restrictivas, y un comportamiento de tasas de interés, y otras medidas complementarias que van a poder tener una afectación sobre los canales de crédito hacia el tercer o cuarto trimestre de este año, y esto puede afectar algunas decisiones de inversión. Y al mismo tiempo, pues esto rápidamente va a poder tener una barrera sobre esa necesidad de que el crecimiento de la economía se apalanque, no solo en consumo, tanto de los hogares, como consumo público, sino también, en formación bruta de capital fijo, que todavía estamos en niveles similares a los que teníamos en el año 2019.

No es muy positivo que el crecimiento de la economía solo está basado en el gasto de los hogares. Necesitamos que el crecimiento esté basado en inversión. Y mientras el crecimiento del gasto de los hogares está a dos dígitos a tasas trienales, cuando nos comparamos con el primer trimestre de 2019, el crecimiento de la formación bruta de capital fijo apenas llega a ser del 1 por ciento trienal en ese periodo.

SEMANA: El tema de vivienda está en una situación compleja…

J.D.O.: Camacol ya ha levantado la mano sobre los costos del acero y en general de la construcción y la posibilidad de tener vivienda asequible en el país. Esa mezcla entre un posible traslado de esos ajustes en la tasa o en el tipo de interés básico que define el Banco de la República sobre el canal de crédito hipotecario, por ejemplo, seguramente va a visibilizarse con este último ajuste tan abrupto, rápidamente a comienzos del cuarto trimestre y eso con el incremento de insumos, como aceros, pinturas, va a poder ver uno hacia el cuarto trimestre de este año una afectación de esas medidas monetarias sobre el canal de formación bruta de capital fijo que se va a profundizar precisamente por el encarecimiento de insumos del sector construcción.

SEMANA: Una de las mayores preocupaciones está relacionada con el impacto de la inflación en las familias más pobres y vulnerables. ¿Cuál es su lectura?

J.D.O.: Hay consecuencias muy importantes sobre la capacidad de pago de los hogares en situación de pobreza. Sobre un promedio de la inflación anual de 9,67 por ciento a junio, 11,3 por ciento es la inflación de los hogares en pobreza y de los hogares en vulnerabilidad es de 11,14 por ciento, mientras que, en los hogares de ingresos altos, a pesar de que también sienten la inflación, es de 8,26 por ciento. La pobreza extrema cayó entre 2020 y 2021 por el crecimiento, las medidas redistributivas como por ejemplo transferencias a los hogares en situación de pobreza vía Ingreso Solidario o porque las personas más pobres, que son más propensas a situación de informalidad, tuvieron la posibilidad de salir a vender algún producto a la calle o de prestar algún servicio como el mototaxismo.

Según datos del Dane, el 48,6% de la población ocupada entre enero y octubre de 2020 ganaba menos de 1 SMMLV.

En el año 2021, el efecto de los precios se comió el efecto de crecimiento para la gente que salió de la pobreza extrema. En 2022 no vamos a tener el crecimiento de 10,7 por ciento, sino que las proyecciones lo llevan a cerca del 6 por ciento. Con una inflación más acelerada en alimentos, el efecto de los precios se va a comer el efecto del crecimiento y por consiguiente la posibilidad de que reduzcamos la pobreza extrema en el año 2022 va a ser muy difícil. Por eso muchos analistas han dicho que el próximo Gobierno tiene que mirar con cuidado cómo los mecanismos de transferencias institucionales se adoptan rápidamente sino queremos ver retrocesos en materia de pobreza extrema o pobreza monetaria.