Teniendo en cuenta que tenemos más de cien precandidatos presidenciales, la generación de propuestas ha sido —hasta ahora— muy mala. En general, se han dedicado a despotricar del gobierno actual, por cierto, fácil, y de los comportamientos erráticos de Petro.

Siempre nos han dicho que el mejor presidente nunca es el mejor candidato. Adicionalmente, nadie se lee los programas de gobierno de los candidatos, más en un país como Colombia donde los índices de lectura son tan bajos.

El problema no es de izquierda o derecha, es de hacer lo correcto, lo que los colombianos creen que necesitan, que de acuerdo con los últimos sondeos es: seguridad, salud y trabajo.

El candidato ideal es el que tiene tres características, a mi modo de ver:

  1. Que sea conocido. Nadie vota por alguien que no conoce. Hacerse conocer vale tiempo y dinero. Los que ya son conocidos tienen una parte del camino recorrido.
  2. Que conecte con la gente, que sea claro y conciso. Discursos cortos con frases simples, que las entienda cualquier persona y que pueda llegar al corazón de los votantes.
  3. Que conozca Colombia. Que en su viaje por las regiones pueda cambiar de discurso de acuerdo con el lugar. No es lo mismo hablar ante unos bogotanos que en Cauca o Nariño.

Independientemente de quién gane, debe hacer unos cambios radicales en aspectos que considero trascendentales. Estos, a mi modo de ver, son los siguientes:

  1. Lucha frontal contra el narcotráfico y los grupos ilegales, entregándole todas las herramientas indispensables a la Fuerza Pública para realizarse; esto incluye armamento, bombardeo, pero sobre todo tranquilidad jurídica para poder actuar.
  2. Desactivar la violencia urbana que sigue existiendo. No más bloqueos de vías y al TransMilenio, no más quema de buses. Hacer uso de todos los mecanismos para aplacar a estos delincuentes.
  3. Reactivar la aspersión aérea de los cultivos ilícitos. Mientras haya tanta coca —que es la gasolina de los grupos ilegales—, será imposible reducir la delincuencia.
  4. Reactivar a toda marcha la exploración petrolera, haciendo uso del fracking. Necesitamos que Ecopetrol vuelva a ser ese generador de recursos para el país.
  5. Poner en cintura a la minería ilegal. Hoy en día, representa para los ilegales más ingresos que el mismo narcotráfico; fomentar la llegada de empresas que se dediquen a estos menesteres con los mejores estándares de pulcritud y desempeño.
  6. Revisar el comportamiento de la JEP. Esta justicia lleva mucho tiempo, vale mucho y da pocos resultados. Huele a impunidad.
  7. Echar para atrás todos los cambios absurdos que hicieron en el sistema de salud. Ojalá no sea demasiado tarde.

Para todo lo anterior, se necesita un candidato que tenga un respaldo mayoritario, con un Congreso con el que no tenga que transar y negociar, sino convencer sobre el camino correcto.

Sigo insistiendo en una reforma tributaria estructural y sencilla que por lo menos tenga lo siguiente:

  1. Cambiar el IVA del 19 % a determinados productos y servicios por un impuesto al consumo del 10 % para todos los productos y servicios.
  2. Hacer una sola tarifa de impuesto de renta del 32 % para empresas y personas naturales, para todos.
  3. Acabar con el impuesto al patrimonio: es confiscatorio.
  4. Aumentar la base de quienes deben presentar declaración de renta así no tengan que pagar impuestos.
  5. Acabar con los subsidios de impuestos. Todos debemos ser sujetos a pagar impuestos.

Entre más claro todo, mejor.