El crecimiento del agro colombiano y su creciente participación en los mercados internacionales son señales alentadoras de transformación rural. Sin embargo, la falta de eficiencia institucional y los prolongados tiempos en la aprobación de permisos y protocolos sanitarios continúan siendo un obstáculo estructural.

Durante el Foro Colombia Rural 2025, gremios como Analdex y Asocolflores insistieron en la necesidad de una gestión pública más ágil, moderna y coordinada con el sector productivo, que permita acelerar las exportaciones, reducir costos logísticos y garantizar que los productos del campo lleguen oportunamente a los destinos internacionales.

Exportaciones en crecimiento

La diversificación de productos y el creciente protagonismo del campo colombiano en la economía global fue uno de los temas centrales del Foro, en el que expertos analizaron las oportunidades, retos y estrategias que han permitido al sector agropecuario expandirse en los mercados internacionales.

En el conversatorio participaron Giovanni Gómez, director de Asuntos Económicos de Analdex; Julien Robert, jefe de Cooperación Económica y Desarrollo de la Embajada de Suiza en Colombia; y Carolina Pantoja, directora de Economía y Logística de Asocolflores.

Gómez destacó durante su intervención que el sector agropecuario colombiano atraviesa un momento histórico en materia de comercio exterior. Según explicó, solo en los primeros nueve meses del año, hasta septiembre, las exportaciones del agro ya igualaron el total registrado en 2024.

Giovanni Gómez, director de asuntos económicos de Analdex. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

“Cuando miramos un poco lo que está sucediendo en el agro, solamente en esos primeros nueve meses del año, a septiembre, ya alcanzamos las exportaciones de todo el 2024: 11.400 millones de dólares. Eso es una muy buena noticia de cara a productos tradicionales, como el café, que ha venido creciendo casi un 80 % y representa dos terceras partes del crecimiento del sector agropecuario. Cuando vemos qué más hay allá, uno comienza a ver nuevamente los productos tradicionales”, explicó.

El directivo agregó que, aunque los productos tradicionales siguen siendo el motor principal, el reto ahora es diversificar la oferta exportadora para consolidar la competitividad del agro colombiano en los mercados internacionales.

Comercio sostenible y cooperación internacional

Por su parte, el representante de la Cooperación Económica y Desarrollo de la Embajada de Suiza en Colombia destacó la importancia de fortalecer el comercio sostenible como motor de desarrollo en las zonas rurales del país.

Julien Robert, jefe de Cooperación Económica y Desarrollo de la Embajada de Suiza en Colombia. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Según Julien Robert, este enfoque no solo permite aumentar el valor agregado de los productos del campo, sino que también promueve prácticas responsables, impulsa la competitividad de los productores locales y contribuye a construir una economía rural más equitativa, resiliente y sostenible.

“Desde la cooperación suiza tenemos el compromiso de apoyar una Colombia más pacífica, próspera e inclusiva. Creemos que el tema agropecuario es central en este sentido, porque un comercio sostenible puede ser una vía poderosa para generar bienestar en los territorios”, afirmó.

Innovación y retos del campo colombiano

Carolina Pantoja, por su parte, destacó el valor de la producción y la logística como pilares para mantener el liderazgo del sector floricultor y su posicionamiento internacional.

“Hay tres factores que han ayudado a que la floricultura sea un referente a nivel internacional y pueda florecer. Uno, una visión estratégica: el sector floricultor trabaja bajo un modelo de competir colaborando. Competimos en los mercados internacionales, pero colaboramos en temas fitosanitarios, de logística y de buenas prácticas. El otro factor ha sido el trabajo en equipo, buscando siempre mejores prácticas y una mejora continua”, señaló.

Carolina Pantoja, directora de Economía y Logística de Asocolflores. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Gran parte del campo colombiano aún depende de métodos tradicionales de producción. La falta de acceso a tecnologías, conectividad rural e innovación limita la productividad y la capacidad de adaptación a las nuevas demandas del mercado. Además, el aumento de las sequías, las inundaciones y la degradación del suelo afecta los ciclos productivos.

La precariedad de las vías rurales sigue siendo uno de los mayores problemas para el agro. El mal estado de la infraestructura encarece el transporte, afecta la calidad de los alimentos y limita el acceso a los mercados. Invertir en infraestructura rural continúa siendo una prioridad urgente, y estos temas también marcaron la agenda del conversatorio.