En el corazón del Quindío, la solidaridad se ha convertido en cimientos de esperanza. En Circasia, voluntarios, fundaciones y la Alcaldía Municipal se unieron con Homecenter en el marco del programa “Mi Hábitat”, una iniciativa que busca transformar la vida de familias de escasos recursos a través de la construcción y mejoramiento de viviendas.
En esta nueva jornada, se levantarán 20 módulos habitacionales nuevos, se mejorarán 10 viviendas existentes y se intervendrán espacios comunales como un parque y un salón social, con el propósito de que 30 familias celebren la próxima Navidad bajo un techo propio.
El proyecto, que cuenta con el apoyo de las tiendas Homecenter de Armenia, Pereira y Manizales, también incluye la realización de 10 talleres sobre entornos saludables y vida en el hogar, que dejarán capacidades instaladas dentro de la comunidad. Detrás de cada casa hay historias de esfuerzo y gratitud. Familias que antes veían la vivienda propia como un sueño lejano, hoy trabajan hombro a hombro con los voluntarios para convertirla en una realidad. “Tener casa propia es algo muy grande, una felicidad inexplicable”, aseguró una de las beneficiarias.
Desde su creación en 2019, Mi Hábitat ha logrado construir 65 viviendas y mejorar decenas más en distintos puntos del país como Madrid (Cundinamarca), Yumbo (Valle), Puerto Colombia (Atlántico), Carolina del Príncipe (Antioquia) y Pasacaballos (Bolívar). En total, 586 voluntarios han aportado más de 4.900 horas de trabajo, logrando que 16.000 personas sean beneficiadas con una inversión que supera los 3.000 millones de pesos. Más que cifras, el proyecto representa una red de apoyo donde cada aporte, desde una donación hasta una hora de trabajo, se traduce en esperanza.
Los voluntarios coinciden en que esta experiencia va más allá de la construcción: se trata de levantar vidas, reconstruir sueños y crear comunidad. La unión entre empresas, instituciones y ciudadanos demuestra que el servicio comienza por los demás. Homecenter invita a más personas, fundaciones y compañías a sumarse con donaciones monetarias, en especie o mediante el sencillo gesto de donar sus vueltas al comprar en tienda.
Porque en Circasia no solo se están levantando paredes, se están construyendo hogares, comunidades y futuros. Un ejemplo de cómo la empatía, la colaboración y la voluntad pueden cambiar realidades y dejar una huella duradera en el país.