Cuando la empresa de productos biodegradables Bio Bolsa empezó a crecer en 2017, el aumento en la cantidad de empleados trajo consigo una situación que, al principio, fue difícil de gestionar. Patricia Chacón, socia y gerente administrativa, recuerda que en ese momento se multiplicaron las solicitudes de créditos por parte de los trabajadores. “Nuestros empleados son el activo más importante que tenemos –dice Chacón–, pero tres o cuatro días antes de que finalizara la quincena, muchos ya no tenían cómo transportarse, así que acudían a la compañía para pedir préstamos”.

Lo que empezó como un apoyo puntual se convirtió en un problema administrativo. “Inicialmente eran pequeñas solicitudes de cuatro o cinco empleados, pero con el crecimiento de la empresa llegamos a tener entre 30 y 40 solicitudes al mes”, explica Chacón. La carga de gestionar esos préstamos, sumada al impacto en el flujo de caja de la empresa, llevó a buscar una solución más sostenible.

En mayo de 2022 decidieron contratar una empresa externa que les ayudara a implementar un sistema formal para manejar las solicitudes. “Definitivamente fue lo mejor que nos pudo pasar”, asegura Chacón. Con esta alianza, los empleados pudieron acceder a créditos de forma ordenada, sin afectar las finanzas internas de Bio Bolsa, y con beneficios adicionales que impulsaron una nueva cultura dentro de la organización.

El cambio se reflejó rápido. “Logramos una acogida del 95 por ciento de los colaboradores en apenas dos o tres meses”, cuenta Chacón. Ese alto nivel de participación fue el punto de partida para promover el ahorro y fortalecer la unión entre los trabajadores. A partir de allí, la empresa se propuso objetivos como construir un fondo de empleados sólido que además de responder a emergencias, apoyara proyectos de vida.

“Nos ha ayudado a generar una cultura del ahorro y, además, tenemos proyectos a largo plazo”, comenta. Uno de esos planes es que para 2030 o 2032 todos los colaboradores puedan acceder a vivienda propia, con el respaldo del fondo. La idea, explica, es que el esfuerzo colectivo se traduzca en estabilidad y bienestar.

El fondo de empleados de Bio Bolsa ya lleva tres años de funcionamiento y desde que cuenta con este acompañamiento de bienestar financiero, ha prestado alrededor de 700.000 millones de pesos a sus afiliados. “Es un fondo para la gente, en el cual todos se benefician”, dice Chacón con orgullo. Aunque la cifra impresiona, lo más significativo es la transformación que la empresa ha vivido en su cultura interna: de ser un lugar donde se atendían urgencias financieras, pasó a ser una comunidad que fomenta el ahorro y la solidaridad.