La demanda de energía no deja de crecer. De acuerdo con el informe de la Agencia Internacional de la Energía, el consumo mundial de electricidad aumentó 4,3 por ciento en 2024, un salto importante frente al 2,5 por ciento de 2023. A factores estructurales como el crecimiento poblacional se suma ahora el auge de la inteligencia artificial y los centros de datos, altamente intensivos en consumo energético. En este escenario, es clave diversificar las fuentes y construir la mejor combinación posible, siempre buscando el menor impacto ambiental en emisiones, uso de agua y biodiversidad.

Todos estos retos son los que llega a atender Altia, una plataforma energética multifuente con vocación regional, que nace de la experiencia de más de dos décadas de Termoyopal en Casanare y hoy se proyecta como motor de desarrollo para el norte de América Latina.

Su propuesta parte de una premisa clara: la energía confiable y de calidad es sinónimo de bienestar, progreso y calidad de vida. “En las comunidades donde hay acceso a energía, las personas viven mejor, eso es innegable”, señala Nicolás Azcuénaga Ramírez, CEO de Altia.

Nicolás Azcuénaga Ramírez, CEO de Altia. | Foto: Termoyopal

La compañía articulará cuatro líneas de negocio: generación de energía, procesamiento de hidrocarburos, comercialización de energéticos y logística de hidrocarburos. Se trata de un modelo que se apalanca en la experiencia adquirida con Termoyopal y en una capacidad instalada que hoy alcanza 200 MW térmicos y 20 MW solares, con proyectos en marcha para sumar otros 100 MW en el corto plazo. La meta es acercarse rápidamente a los 1.000 MW con un portafolio diversificado.

“El legado de Termoyopal, con su rigor técnico y confiabilidad, es la semilla que nos permite pensar en grande y exportar ese conocimiento a la región. De los cuatro negocios que hará Altia, tres ya los hace Termoyopal en menor escala”, explica Azcuénaga.

Con proyección desde Perú hasta Centroamérica y el Caribe, la compañía se prepara para consolidarse como un jugador energético de alcance regional. Los desafíos son grandes: desplegar capital de forma inteligente y atraer el mejor talento capaz de ejecutar proyectos complejos con rigor y consistencia. Pero la convicción es clara: “Las cosas grandes ocurren cuando la oportunidad y el talento se encuentran”.

Para Azcuénaga, hoy es clave que la sociedad, incluyendo gobiernos, sector privado, entidades reguladoras y usuarios trabajen en conjunto para consolidar un sector energético que tenga capacidad de atender las necesidades actuales. “Que nos pongamos de acuerdo todos para ofrecer soluciones”, resaltó.

Con esta visión integral, Altia se consolida como una plataforma energética de largo plazo, llamada a liderar el fortalecimiento de una matriz diversa, confiable y competitiva para la región. Su origen en Casanare es solo el punto de partida de un proyecto que combina experiencia local, innovación y propósito humano para proyectarse al mundo.

*Contenido elaborado con el apoyo de Altia.