Por más de 10 años fui experta en escuchar a los demás. Pero me costaba escucharme a mí misma. Como muchas mujeres, aprendí a ponerme al final de la lista, a sostener todo sin pedir ayuda, a sonreír mientras algo dentro de mí pedía auxilio en silencio.
Mi historia no parte del éxito ni de un momento de iluminación repentina. Parte del cansancio. De ese momento en el que el cuerpo grita lo que el alma ha callado por años. En mi caso, el llamado vino desde la ansiedad, el insomnio y una sensación constante de estar perdiéndome a mí misma en medio de todo lo que “debía ser”.
Fue entonces cuando entendí algo que cambió mi vida: si no me hacía cargo de mi historia, alguien más la contaría por mí. Y ahí comenzó mi renacer. Empecé a escribir para no soltarme, para sostenerme en medio del caos emocional, para entender lo que sentía cuando las palabras no salían en voz alta. Y sin darme cuenta, esas páginas se fueron transformando en algo más profundo: un camino espiritual, una brújula para regresar a mí.
Me había formado como psicóloga. Ese camino que emprendí me llevó a especializarme en psicología clínica y autoeficacia personal, además de certificarme como coach ontológica. En el 2020 fundé Experiencia Vital Co, una marca con enfoque en salud mental y bienestar integral para la transformación del ser, la conexión de mente y cuerpo, donde me apasiona diseñar experiencias para la transformación personal. Así fue como uní mi formación y mi proceso personal para hacer de la escritura una herramienta de contención.
Entonces nació mi libro El camino espiritual de la escritura, un testimonio vivo de cómo escribir puede sanar, revelar y liberar. Hoy lo comparto con quienes también sienten que necesitan reconstruirse desde adentro, porque sé que todos tenemos una historia que necesita ser escrita y honrada.
La escritura, que fue mi refugio secreto, se convirtió en medicina. Página tras página, empecé a reconocer mis heridas, a darle nombre a mis emociones, a honrar mis procesos. Y lo más poderoso: comencé a acompañar a otras mujeres a hacer lo mismo. A transformar su dolor en poder. A hacer las paces con su pasado para liderar su vida desde el amor propio, no desde la carencia.
Hoy puedo decirlo con firmeza: la salud mental no es un lujo, es un derecho. Es la base para amar, crear, liderar, decidir y vivir en plenitud. No podemos seguir sobreviviendo en automático mientras nuestro mundo interior se desmorona en silencio. No podemos seguir creyendo que cuidar de nosotras es egoísmo. Cuidar nuestra salud mental es un acto de valentía y responsabilidad.
Cada taller que imparto, cada reto gratuito, cada círculo de palabra o experiencia terapéutica están diseñados para recordarles a quienes participan que no están solos, que cada historia importa, y que tenemos el derecho y el poder de escribir una vida que nos haga sentir orgullosos.
No trabajo para que las personas dependan de mí, trabajo para que se reencuentren con ellas mismas. Con su sabiduría. Con su voz. Con su propósito.
Mi propósito no es solo una marca, es una declaración de intenciones: creo en una vida más consciente, más plena, más sentida. Una vida donde sanar es un acto de amor propio, no de vergüenza. Una vida donde liderar comienza por dentro.
No soy perfecta. Aún tengo días grises, pero ya no me pierdo en ellos. Ahora escribo sobre ellos y en esa escritura vuelvo a mí.
Ojalá quien me lea se lleve una pregunta: y si hoy elijo hacerme cargo de mi historia y priorizo mi salud mental, ¿cómo cambiaría mi vida?
Soy Adriana Valencia una escritora de vida que decidió escucharse primero.