Al menos 300 personas fueron desalojadas este martes en la capital hondureña, al derrumbarse sus viviendas a causa de fuertes aguaceros que arreciaron durante las últimas semanas, informaron autoridades de socorro. Grupos de militares obligaban a vecinos de la colonia Guillén, noreste de la ciudad, a que desalojaran.
“La orden del día es asegurar la vida de las personas”, porque “es un peligro inminente el que hay aquí”, dijo a la AFP el coronel César Canales, jefe de la tropa que trataba de convencer a las familias para que desalojaran sus viviendas en la Guillén.
Advirtió que tendrían que acudir a la fuerza para poder sacar a varias familias que se negaban a irse, pese al peligro. “Ya nosotros estamos evacuando, ya cada quien agarrando por su lado. Las familias abrazándonos, despidiéndonos. Aquí ha sido una sola lloradera” por la separación, lamentó Yolanda Moncada, vecina de la Guillén.
“Tuvimos que desalojar nuestras casa, nuestros sueños, nuestros esfuerzos”, deploró otra vecina, Angelina Hernández.
El delegado de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) en esa zona de la capital, Roger Aguirre, dijo a la AFP que habían logrado evacuar unas 300 personas de cerca de medio centenar de viviendas destruidas, pero que la operación seguía en curso.
Explicó que la Guillén “es una zona crítica” porque la saturación del suelo por las lluvias provocó el derrumbe de las casas. Más de una decena de personas han muerto en Honduras en lo que va del año a causa de las lluvias que anualmente azotan entre mediados de mayo y el 30 de noviembre.
La capital, de más de un millón de habitantes, es de las zonas más vulnerables por la topografía accidentada, con elevaciones donde vive la gente pobre, propensa a deslizamientos de tierra con las lluvias.
Estados Unidos también enfrenta crisis climática y prevé inundaciones
El huracán Kay tocó tierra en México el jueves y comenzó a moverse hacia el norte. Aunque se debilitó a tormenta tropical, se esperaba que trajera fuertes lluvias a partes de California y Arizona.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMS) advirtió que podrían caer hasta 18 centímetros de lluvias en el área alrededor del incendio, generando un riesgo de inundaciones y flujos de lodo en áreas donde el suelo quemado no puede absorber un aguacero repentino.
“Podríamos pasar de un evento de extinción de incendios a una lluvia significativa, deslaves, deslizamientos de tierra”, dijo Jeff Veik, de la Unidad Riverside de los bomberos, en una reunión comunitaria. “Tenemos días desafiantes por delante”.
La tormenta tropical que avanzaba desde México, y que para el viernes por la tarde azotaba el sur de California con ráfagas de más de 160 kilómetros por hora, podría poner fin gradualmente a la ola de calor que afecta a gran parte del oeste de Estados Unidos desde hace más de una semana.
“Los mínimos de la noche seguirán rivalizando con los récords este fin de semana, ya que el aumento de la capa de nubes atrapa el aire caliente en la superficie”, dijo el SMS.
“Unos 29 millones de estadounidenses se encuentran actualmente bajo una advertencia de calor excesivo”, señaló. El oeste de Estados Unidos lleva más de dos décadas en una sequía histórica que, según los científicos, está empeorando por el cambio climático generado por las actividades humanas.
*Con información de AFP.