Joseph Ratzinger nació el sábado santo del año de 1927 y fue bautizado el mismo día. Su padre era comisario de policía, su madre trabajaba como cocinera en hoteles en Marktl am Inn, un municipio al sureste de Alemania.

En la frontera con Austria pasó su adolescencia, donde recibió su formación cristiana y cultural, un periodo difícil para cualquier persona que vivía en medio del clima hostil del régimen nazi contra la Iglesia Católica.

Fue en medio de ese ambiente de discordia que Joseph descubrió su vocación y gracias a la crianza que le habían dado sus padres basada en el testimonio de bondad y pertenencia consciente a la Iglesia Católica, fue encontrando su camino religioso.

Después de haber participado en la Segunda Guerra Mundial en los servicios antiaéreos alemanes, Ratzinger estudió filosofía y teología entre 1946 y 1951 en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising.

En el año de 1951 fue ordenado como sacerdote de la iglesia católica; queriendo ampliar sus conocimientos, se hizo doctor en la Universidad de Munich, después de haber preparado una tesis de grado sobre San Agustín, que fue calificada con un cum laude, la mayor calificación posible en un doctorado.

Joseph inició su camino como profesor de teología dogmática en el seminario de Freising y dos años después fue nombrado catedrático en la Universidad de Bonn. Estas no fueron las únicas entidades académicas donde Ratzinger brilló como teólogo, lo hizo también en la universidad de Munster.

A sus 35 años, el alemán ya era reconocido por muchos como un docente brillante y a esa edad llegó a Roma, donde intervino como consultor del arzobispo de Colonia en el Concilio Vaticano ll, y en marzo de 1977 fue designado arzobispo de Munich y Freising.

En el 2002, ya nombrado cardenal, Joseph fue nombrado como decano del colegio de cardenales y ofició por primera vez una misa de funeral por Juan Pablo ll.

El hombre que renunció al papado

Papa Benedicto XVI | Foto: AFP/ Sven Hoppe / POOL

Luego de la muerte de Juan Pablo ll en el 2005, Joseph Ratzinger fue elegido como papa, tomando el nombre de Benedicto XVI y convirtiéndose en el sumo pontífice número 265 de la historia de la Iglesia Católica.

En la historia de la institución religiosa, nunca se había elegido a un papa tan rápido y los expertos pensaban que sería un papa de transición, pese a las personas que estaban cerca de él, quienes aseguraban que gozaba de muy buena salud física y mental.

Su elección generó algunas críticas por su perfil neo-conservador, que buscaba restituir la organización y la doctrina de la Iglesia a la que se tenía antes del concilio vaticano segundo, algunos pensaban que con la llegada de Ratzinger al papado, se endurecerían algunas medidas y posturas en temas tan álgidos como la prohibición del aborto, la homosexualidad o la eutanasia.

Como era de esperarse, Benedicto XVI mantuvo una total autenticidad en aspectos doctrinales e incluso intentó hacer lo que hacía el papa Juan Pablo ll y era extender la influencia de la iglesia, no solo con sus viajes a diferentes partes del mundo, sino también expresar su solidez doctrinal con el mensaje cristiano entre las elites culturales y políticas.

En el 2013 se convirtió en el primer papa en renunciar en seis siglos y lo hizo “por falta de fuerzas”. Desde ese mismo momento se alejó del foco público en un monasterio situado en los jardines del Vaticano.

Su estado de salud ha empeorado, como lo ha mencionado el sumo pontífice en las últimas horas, pidiendo a todos los fieles de la Iglesia orar por el papa emérito.

“Oremos juntos por el Papa Emérito Benedicto XVI, que en el silencio sigue rezando por la Iglesia. Pidamos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”, dijo el papa Francisco en sus redes sociales.

El papa emérito ha sido investigado por diferentes demandas presentadas por personas que aseguran que sufrieron abusos de un sacerdote cuando eran niños, y que presuntamente Ratzinger no había hecho mucho para ayudarles. La demanda se dirige no solo contra Benedicto XVI, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, sino contra su sucesor, el cardenal Friedrich Wetter.

A raíz de esta publicación, el papa emérito volvió a pedir perdón a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia Católica, como había hecho durante su pontificado, pero rechazó con firmeza las acusaciones de encubrimiento.

“He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica. Mi dolor es aún mayor por las ofensas y los errores que se produjeron durante mis mandatos y en los lugares correspondientes”, escribió en un comunicado difundido en junio por el Vaticano.

*Con información de AFP y Europa Press.