Las autoridades del estado de Nueva Jersey anunciaron que se redoblará la seguridad en las escuelas para evitar que se repitan casos como el de Texas, donde fueron asesinados 21 menores de edad y una profesora a manos de un joven de 18 años.

El fiscal interino de esa región ordenó a toda la policía del estado a reforzar la seguridad en todas las escuelas públicas, pese a que “no existe ninguna amenaza creíble”.

De acuerdo con la orden, lo que se busca es prevenir cualquier acción similar a la registrada en una escuela primaria de Texas y que reavivó de inmediato el eterno debate sobre las armas en Estados Unidos, sin que se vislumbre el final.

“Es hora de actuar”, dijo el presidente Joe Biden. “¿Cuándo, por el amor de Dios, nos vamos a enfrentar al lobby de las armas?”, dijo en un mensaje desde la Casa Blanca.

“Estoy descorazonado y cansado”, declaró el mandatario de 79 años, quien llegó a la Casa Blanca tras una campaña en la que abogó por controlar las armas en poder de los estadounidenses.

Su vicepresidenta Kamala Harris también se declaró desolada tras la masacre en la escuela de Texas.

“Ya basta”, clamó y dirigiéndose al Congreso, que se muestra reacio o impotente a legislar sobre las armas, agregó: “Debemos tener el coraje de actuar”.

En el hemiciclo de la Cámara, el senador Chris Murphy afirmó que “en ningún otro lado está ocurriendo esto más que aquí, en Estados Unidos, y eso es una elección”.

Murphy representa a Connecticut, un estado marcado para siempre por el tiroteo de Sandy Hook del 14 de diciembre de 2012, cuando un joven de 20 años mató a 26 personas, entre ellas veinte niños de seis y siete años.

“Es nuestra elección dejar que esto ocurra”, dijo, e imploró a sus colegas del Congreso a que se llegue a un acuerdo para aprobar una ambiciosa ley nacional sobre las armas.

“Es hora de actuar”, dijo el presidente Joe Biden. “¿Cuándo, por el amor de Dios, nos vamos a enfrentar al lobby de las armas?” (Photo by OLIVIER DOULIERY / AFP) | Foto: AFP or licensors

“Epidemia”

En Estados Unidos, los tiroteos son, según especialistas, una plaga constante que los sucesivos gobiernos han sido incapaces de erradicar, dado que muchos estadounidenses siguen apegados a las armas.

El 30 % de los adultos posee al menos un arma de fuego.

Es el caso particular de Texas, escenario de una tragedia que revivió la pesadilla de los tiroteos en centros educativos: el sureño es uno de los estados donde es más fácil adquirir un arma.

En 2015, el gobernador Greg Abbott dijo sentir “vergüenza” de que Texas fuera “solo” el segundo estado en materia de compra de armas de fuego.

El presidente Biden, quien ordenó que las banderas patrias se izaran a media asta, prometió durante su campaña que actuaría en este frente.

En abril de 2021 dio a conocer un plan limitado contra la “epidemia” de la violencia armada.

Sin embargo, consciente de que no está en posición de impulsar acciones audaces debido a su estrechísima mayoría en la Cámara de Representantes, se ha conformado hasta ahora exclusivamente con pequeñas medidas.

“Politización del debate”

Aún no se ha anunciado ningún avance importante en el tema de la verificación de antecedentes penales o psicológicos de los compradores de armas, algo que diversas asociaciones llevan años reclamando.

“Durante mucho tiempo, los miembros del Congreso han hablado de estos tiroteos, mientras se oponían a todos los esfuerzos para salvar vidas”, dijo la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

El bando republicano respondió de inmediato, a través del senador de Texas, Ted Cruz, quien alertó contra una “politización del debate”.

Cruz dijo que algunos aprovecharon tragedias para alzarse contra la segunda enmienda a la Constitución, que garantiza el derecho a portar y usar armas. “Hemos visto en el pasado que esto no es eficaz para prevenir este tipo de delitos”, dijo Cruz.

Con información de AFP