Por primera vez en más de dos décadas, el Pentágono ha enviado tropas terrestres convencionales a Panamá para entrenar en la selva tropical, una maniobra que revive el histórico curso militar conocido como el “Infierno Verde”, según reportó ABC News.
El programa, que se desarrolla en la Base Aeronaval Cristóbal Colón, en el antiguo Fuerte Sherman, busca capacitar a soldados y marines estadounidenses en condiciones extremas similares a las de Vietnam. Según un funcionario de defensa citado por ABC, se trata de un entrenamiento de alcance limitado por ahora, pero con planes de expansión durante el próximo año.
El funcionario precisó que el curso “no tiene como objetivo preparar a las tropas para una misión específica, incluyendo una posible operación dentro de Venezuela”, aunque reconoció que el regreso de Estados Unidos a los entrenamientos en la región marca un cambio significativo de prioridades estratégicas.
El reinicio de los ejercicios coincide con la creciente atención del presidente Donald Trump hacia América Latina, especialmente, frente a lo que considera una amenaza del narcotráfico y la influencia de China sobre el Canal de Panamá.
Desde su retorno a la Casa Blanca, Trump ha prometido “recuperar” el canal y ha acusado reiteradamente al régimen de Nicolás Maduro de facilitar el tránsito de drogas hacia Estados Unidos. En ese contexto, el nuevo entrenamiento en la selva ha sido interpretado por analistas como una señal de reposicionamiento militar en la región.
“Si uno puede entrenar y combatir en uno de los lugares más difíciles del mundo, se crea una fuerza realmente letal y eficaz”, dijo a ABC un alto funcionario del Pentágono al explicar la lógica detrás del programa.
El entrenamiento en la jungla fue un componente esencial del Ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. Fort Sherman, en la costa caribeña panameña, se consideraba uno de los lugares más exigentes del mundo para el adiestramiento en supervivencia, con serpientes venenosas, humedad extrema y vegetación tan densa que impedía la comunicación y la evacuación médica.
Sin embargo, el centro cerró en 1999, cuando Estados Unidos entregó el control del Canal de Panamá y retiró su presencia militar como parte de los acuerdos firmados en los años setenta. Desde entonces, las Fuerzas Armadas estadounidenses habían trasladado su entrenamiento selvático a instalaciones menores en Hawái y Okinawa en Japón.
El retorno de tropas a Panamá supone el primer despliegue terrestre sostenido en territorio panameño desde la salida estadounidense, y refuerza una nueva fase de cooperación militar con el país centroamericano.
El Pentágono ha presentado el programa como parte de un “esfuerzo conjunto para fortalecer la capacidad de Panamá frente a las amenazas regionales”, especialmente el crimen organizado y el narcotráfico. Pero en Washington, la medida también se interpreta como una respuesta preventiva a la creciente influencia china en el comercio marítimo y a las tensiones con Venezuela.