El Centro Simon Wiesenthal, organización judía de derechos humanos, exhortó al Gobierno de México a condenar la celebración de una boda con símbolos nazis en el centro del país el pasado fin de semana.

“Esperamos que las autoridades mexicanas tomen las medidas correspondientes”, dijo Shimon Samuels, director de Relaciones Internacionales de la institución en un comunicado, en el que cuestionó que hasta ahora no haya “condenas ni acciones estatales ni de los organismos de Derechos Humanos” contra este “atropello”.

La asociación, con sede en Buenos Aires, se refería al matrimonio de Fernando y Josefina celebrado en el estado de Tlaxcala, el pasado viernes, fecha que coincidió con la boda del líder nazi Adolf Hitler y Eva Braun, hace 77 años. “Nuestra institución condena enérgicamente la distorsión y banalización de la memoria de seis millones de hermanos judíos en el Holocausto y el menosprecio por parte de los que niegan o tergiversan la historia”, indicó Ariel Gelblung, director para América Latina del Centro Wiesenthal.

La organización detalló que durante la ceremonia Josefina utilizó una esvástica en su vestido de novia, mientras que Fernando estaba vestido como oficial de las SS, cuerpo de élite nazi. También difundió imágenes en las que se observa a la pareja salir de una iglesia, y en un Volkswagen “escarabajo” pintado de camuflaje y con una esvástica.

En una entrevista con el diario Milenio, el novio defendió que “Hitler era vegetariano, sacó a su país de la pobreza extrema y le devolvió a su pueblo los territorios perdidos en la Primera Guerra Mundial”.

Gelblung instó además a México a “adoptar la Definición de Antisemitismo de la Alianza Internacional del Recuerdo del Holocausto (...) e incorporarla a su cuerpo legal para prevenir tal comportamiento de odio”. No obstante, la entidad recordó que “México ha votado la resolución de las Naciones Unidas que condena la distorsión del Holocausto y condenado todo tipo de racismo en diferentes ocasiones”.

Hace poco hubo otra controversia en la que se involucró el tema del nazismo y que se dio en el marco de la guerra de Ucrania. Fue cuando el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, criticó la afirmación de su homólogo ruso Serguéi Lavrov de que Hitler “tenía sangre judía” y convocó al embajador ruso para pedirle “aclaraciones”.

Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, Israel ha tratado de mantener un delicado equilibrio entre Kiev y Moscú, pero las palabras de Lavrov desataron la indignación. Rusia ha reiterado en varias ocasiones que desea “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania, una exrepública soviética gobernada por un Ejecutivo prooccidental. “Los comentarios del ministro Lavrov son escandalosos, imperdonables y un horrible error histórico”, condenó Lapid en una breve declaración, y dijo que se había convocado al embajador ruso en Israel para “aclaraciones”.

El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, también denunció las “mentiras” de Lavrov y afirmó en un comunicado que la guerra de la era actual no es comparable al Holocausto. “El uso del Holocausto del pueblo judío como una herramienta política debe cesar inmediatamente”, dijo Bennett.

*Con información de AFP.