Dos de los interrogantes que nuevamente tiene en el radar la comunidad internacional es sobre la capacidad armamentística que tiene Corea del Norte y cuál puede llegar a ser el alcance de Kim Jong-Un. Su gobierno recientemente declaró al país como un Estado con armas nucleares, lo que avivó, aún más, los ánimos.

Luego de que Japón fuera el más reciente objetivo de Corea del Norte con el lanzamiento de un misil de alcance intermedio, las alarmas se mantienen encendidas, mientras analistas evalúan los posibles escenarios para los próximos días y semanas.

El sobrevuelo que tuvo este armamento en territorio nipón fue catalogado por el primer ministro, Fumio Kishida, como “una barbarie”, mientras que se urgió a la población para que buscara un refugio a la vez que ya estaban activas las sirenas en Tokio.

SEMANA consultó con expertos sobre lo que podría ocurrir en caso de que se intensificaran (aún más) las tensiones y un misil finalmente tocara suelo nipón, pese a que el panorama de “hostigamiento” no es nuevo. ¿Cuál sería la magnitud del impacto?

“Japón es un país que está muy cerca para ser alcanzado por los cohetes norcoreanos”, pero “Corea del Norte sabe que si lanza un misil que intente impactar Corea del Sur, Japón o Estados Unidos es el fin del régimen, entonces más bien es un chantaje para intentar obtener sus beneficios”, explica el especialista en política asiática, Genaro Beristain.

Para él, si el régimen “cayera”, se derivaría una crisis en la frontera de Corea del Sur que llevaría, a su vez, a un flagelo humanitario por el número de personas que buscarían salir del país.

Pese a toda proyección, este lanzamiento despertó la preocupación de las autoridades japonesas, que convocaron con urgencia a una reunión de su Consejo de Seguridad. Se trató, además, de la primera vez que activaron su sistema de alerta civil por el avistamiento de un misil desde el año 2015.

¿Cuál es el papel que juega Rusia?

Además, el experto se refiere a lo que podría significar el acercamiento entre los gobiernos de Vladimir Putin y Kim Jong-Un, y la “disposición de 100.00 efectivos” para la lucha en Ucrania.

“Podríamos pensar que también Corea del Norte está moviendo sus piezas geopolíticas para obtener un mayor beneficio por parte de los países del este de Asia y que estos puedan entrar en pugna con Estados Unidos”, agrega Beristain.

Para el analista, no hay una certeza absoluta de lo que pueda llegar a pasar en los próximos días o semanas; sin embargo, alude a que la mesa de negociaciones (en materia de desnuclearización) continúa estancada porque Norcorea “quiere un diálogo directo con Estados Unidos”, país que “durante la administración de Obama y Bush ignoró sus requerimientos; por el contrario, emitió sanciones”.

En la ‘era de Donald Trump’ “hubo un acercamiento sustancial, pero, finalmente, no se concretaron las iniciativas que había planteado”, lo que llevó a que el diálogo volviera a estancarse.

Sigue la condena internacional

Este martes 4 de octubre, el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el lanzamiento y, según señaló el portavoz del organismo, “es claramente una escalada”. Por su parte, la Casa Blanca reiteró su condena:

“Los líderes condenaron conjuntamente la prueba de misiles en los términos más firmes, consideraron el lanzamiento como un peligro para el pueblo japonés, desestabilizador para la región y una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, se lee en el comunicado recogido por AFP.