La muerte de Yusvely Marianny Núñez Rodríguez, una joven venezolana de 20 años, ha estremecido a Puebla, en México, y desatado una oleada de tristeza e indignación en redes sociales. Su historia se conoció tras la publicación de una carta de despedida que compartió en su cuenta de Instagram el pasado 22 de octubre, minutos antes de lanzarse desde un puente peatonal sobre la Vía Atlixcáyotl.
De acuerdo con los primeros reportes policiales, Yusvely había llamado a su pareja poco antes del hecho, avisándole de sus intenciones. Aunque este intentó alertar a las autoridades, los cuerpos de emergencia no alcanzaron a llegar a tiempo.
En el mensaje que dejó, la joven escribió sobre su vida cotidiana, su sensación de fracaso y su cariño hacia su madre, pero también sobre el abuso sexual que habría sufrido en la infancia, presuntamente por parte de su hermano. En su texto, relató que cuando se atrevió a contarlo, no encontró el apoyo que necesitaba dentro de su familia.
“A veces te contaba cosas y sentía que no me prestabas mucha atención, como que hubo abuso sexual de parte de mi hermano y ni siquiera me preguntaste cómo me sentí. Solo me regañaste (…) era solo una niña”, escribió.
“Espero puedas perdonarme por hacerte enojar muchas veces… Espero puedas ser feliz con tu nueva familia”, escribió, dirigiéndose a su madre. En otra parte del mensaje mencionó haber sentido culpa y vergüenza por su entorno, describiendo su habitación como un reflejo de su mente “llena de ansiedad, miedo y desesperación”.
En redes sociales, su publicación ha sido compartida cientos de veces, acompañada de reflexiones sobre la salud mental, el abuso sexual y la falta de escucha. Varios colectivos feministas han insistido en que el caso de Yusvely no debe reducirse a una tragedia individual, sino a un llamado urgente a romper los círculos de silencio en torno al abuso y a la depresión.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años en México. En el caso de las mujeres, los intentos suelen estar relacionados con experiencias previas de violencia sexual o de género.
Mientras tanto, cientos de mensajes de apoyo han inundado las redes, algunos de jóvenes que se identificaron con su historia y otros de desconocidos que prometen mantener vivo su recuerdo. “Ojalá tu mensaje sirva para que más personas hablen, para que más madres escuchen, para que más víctimas sean creídas”, escribió una usuaria en X.