El hijo menor del presidente de Estados Unidos Donald Trump, Barron, se ha mudado a la Casa Blanca en su segundo año de universidad, de acuerdo con información obtenida en exclusiva por New York Post.
El joven, de 19 años, pasó su primer año universitario en el campus Greenwich Village, de la Universidad de Nueva York. Para esta nueva temporada, pasará sus estudios más cerca de sus padres, en Washington D. C.
El campus de esta universidad, ubicado en la capital del país, admite hasta 120 estudiantes cada año, que cursan carreras en política, políticas públicas, historia, economía y periodismo.
La vida estudiantil en aquella sede se ve “enriquecida por el acceso a la distintiva vida intelectual, política y cultural de Washington”, de acuerdo con la información de la página oficial de la Universidad de Nueva York.
Durante las vacaciones de verano, el hijo de Trump estuvo alejado de los focos de la prensa. Algunos medios del país indicaron que su ausencia se debió a que dedicó su tiempo a negocios personales y para pasar más tiempo con su familia.
“Barron ha estado trabajando activamente en sus propios intereses financieros y ha pasado tiempo con otras personas con las que mantiene relaciones en ese ámbito”, detalló una fuente cercana a la familia presidencial, al medio estadounidense People.
Barron Trump estuvo su primer año universitario viviendo en la Torre Trump de la Gran Manzana, y viajaba de vez en cuando a Palm Beach, para reunirse con su madre, Melania, en la residencia Mar-a-Lago.
Antes de la posesión de Trump, la primera dama había manifestado que se mudaría a Nueva York para estar cerca de su hijo, por lo que no aceptaría vivir largas temporadas en la Casa Blanca. Sin embargo, este segundo mandato, Melania ha estado más cerca del gobierno.
La mudanza de Barron responde al rol clave que está desempeñando la primera dama en el gobierno.
Hasta ahora, Melania encabezó la aprobación de una ley en contra de la pornografía vengativa y ha sido vital en el proceso para que su esposo, y presidente, ponga fin a la guerra entre Ucrania y Rusia.
Hace semanas, la primera dama le pidió al presidente rudo, Vladímir Putin, a que devuelva cientos de niños ucranianos que están secuestrados en su territorio. Además, le ha pedido a su marido que imponga una mano más dura en contra del Kremlin, para que este país llegue a un acuerdo con su pequeña nación vecina que ha estado invadiendo desde hace más de tres años.