Miles de migrantes en Estados Unidos enfrentan desde 2025 un panorama más severo: nuevas leyes y decretos endurecen los procesos de deportación, limitan las apelaciones y amplían la detención obligatoria, incluso por faltas menores.

Expertos advierten que las reformas impulsadas por la administración de Donald Trump podrían dejar a miles de personas sin derecho a defensa ni tiempo para regularizar su estatus.

La Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) y sus reformas

El soporte jurídico de toda política migratoria en EE. UU. es la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés), promulgada en 1952, que regula admisión, residencia y expulsión de extranjeros bajo el Título 8 del Código de EE. UU.

Con el paso de las décadas, esta ley ha sido modificada repetidamente para adaptarse a cambios políticos, de seguridad y sociales.

Para 2025, tres secciones de la INA se tornan especialmente relevantes, de acuerdo a lo que se indica en La Nación:

  • 1225 (remoción expedita): permite la deportación inmediata de personas que no logren demostrar residencia continua en EE. UU. por al menos dos años, aunque antes esta norma se aplicaba principalmente a quienes eran detenidos cerca de la frontera.
  • 1226 (detención obligatoria): regula la detención de extranjeros con antecedentes criminales durante los procesos de remoción. Con la nueva Ley Laken Riley (marzo de 2025), se endureció esta sección: se impone detención automática para quien enfrente cargos por delitos como hurto, robo o allanamiento, incluso si los cargos son menores.
  • 1229a (procedimientos de remoción): define el marco legal para las audiencias ante los jueces de inmigración, incluyendo plazos, presentación de pruebas y defensa legal.

Estos cambios apuntan a acelerar el proceso de expulsión y a reducir las oportunidades que los migrantes tienen de apelar o demorar una orden de deportación.

Por otra parte, el gobierno de Trump intentó aplicar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar deportaciones, especialmente de migrantes venezolanos vinculados a grupos criminales.

Sin embargo, un tribunal federal bloqueó su uso al considerar que solo puede aplicarse en caso de guerra o invasión formal. La decisión fue celebrada por organizaciones civiles, que advirtieron del riesgo de usar normas bélicas contra migrantes.

La nueva política migratoria refuerza la cooperación entre estados fronterizos y el Gobierno federal, incrementando los operativos y las deportaciones en todo el país. | Foto: AFP

¿Qué cambia para los migrantes en la práctica?

Estos ajustes legales tienen impactos concretos para quienes se encuentran en situación migratoria irregular en EE. UU. en 2025:

  • Menos margen para demostrar residencia continua: bajo el mecanismo de remoción expedita, un migrante que no logre probar dos años de residencia podría ser deportado sin mayor trámite.
  • Detención obligatoria más frecuente: la nueva Ley Laken Riley obliga a retener a personas con cargos incluso menores, lo que reduce la posibilidad de fianza o liberación mientras se resuelven los casos.
  • Audiencias aceleradas y menos espacio para defensa: las garantías procesales se restringen cuando los plazos se acortan y los jueces migratorios cuentan con mayor potestad para decidir rápidamente.
  • Limitaciones legales al uso de decretos extraordinarios: la decisión judicial en Nueva Orleans limita el alcance de mecanismos como la Ley de Enemigos Extranjeros, ofreciendo un freno a deportaciones masivas sin supervisión judicial.

Los abogados especializados advierten que los migrantes, especialmente quienes tienen cargos menores o antecedentes administrativos, estarán en una posición de vulnerabilidad mayor.

La coordinación entre autoridades locales y federales, el uso de tecnologías de rastreo y la creciente presión para aplicar expulsiones rápidas presagian un futuro donde los mecanismos legales tradicionales serán puestos a prueba.