TD Bank confirmó el cierre de más de 50 sucursales en varios estados del norte de Estados Unidos, una decisión que forma parte de su nueva estrategia.
Aunque la entidad asegura que los cierres responden a una evaluación rutinaria de su red, la medida afectará directamente a comunidades que aún dependen de la atención presencial.
¿Por qué se toma esta medida?
La entidad bancaria explicó que estos ajustes buscan alinear la red de oficinas con las necesidades cambiantes de los clientes, en un contexto en donde las operaciones digitales ya dominan el panorama financiero.
Es por eso que, pese a ser conocida por su presencia en la costa este de Estados Unidos, notificó que al menos seis sucursales en Massachusetts y tres en Connecticut cesarán operaciones antes del 29 de enero de 2026.
De igual manera, se prevén cierres en Vermont, según lo que han informado los medios locales.
Este es un fenómeno que se viene presentado en varias sucursales físicas de diferentes bancos en Estados Unidos. Es una decisión que ha sido impulsada por la digitalización, el aumento de costos y los cambios en los hábitos de los consumidores.
Sin embargo, la magnitud de los cierres de TD Bank ha generado alarma, especialmente en comunidades pequeñas donde el acceso a servicios financieros depende casi por completo de una sola oficina.
En varias zonas de Connecticut, por ejemplo, algunos vecinos temen que estas decisiones creen nuevos “desiertos bancarios”, donde los clientes deban desplazarse largas distancias para realizar trámites básicos.
¿Qué significa este cierre para los clientes?
Para los clientes, el anuncio supone un reto inmediato. TD Bank ha prometido ofrecer asistencia personalizada para facilitar el traslado de cuentas y servicios a otras sucursales, además de reforzar su plataforma digital.
Sin embargo, muchos usuarios, especialmente adultos mayores, continúan dependiendo de la atención cara a cara y muestran resistencia a migrar completamente a la banca en línea.
Los expertos señalan que la estrategia de TD Bank refleja una tendencia global: menos ventanillas y más aplicaciones.
La digitalización reduce costos y agiliza procesos, pero al mismo tiempo erosiona la relación personal que durante décadas sostuvo la confianza entre bancos y comunidades.
El reto, advierten, será encontrar un equilibrio que no deje atrás a los sectores menos familiarizados con la tecnología.
La decisión de TD Bank de cerrar decenas de sucursales en Massachusetts, Vermont y Connecticut no solo marca un nuevo capítulo en su reestructuración interna, sino que también reabre el debate sobre el futuro del servicio bancario tradicional.