Cada 25 de mayo en Colombia se conmemora el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual en el Marco del Conflicto Armado, fecha estipulada desde el año 2014 con el Decreto 1480, que declara que este día debe reconocerse por dicho motivo.

En aquella ocasión se menciona a la Ley 1448 de 2011 que se desarrolla en el marco de la justicia transicional, y conforme lo dicta la misma en su artículo número 3°, se consideran víctimas a “aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1° de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno”.

Asimismo, recalcan que la obligación que corresponde al Estado de ofrecer especiales garantías y medidas de protección a los grupos expuestos a mayor riesgo de las violaciones contempladas en la Ley anteriormente mencionada.

En este punto, hay que decir que todo inició a raíz del secuestro y violencia sexual del que fue víctima la periodista Jineth Bedoya, por paramilitares el 25 de mayo del año 2000. Quien puso en marcha una campaña llamada No Es Hora de Callar.

Y en conmemoración de esta fecha, Bedoya posteó en su cuenta de Twitter: “Un 25 de mayo como hoy, hace 22 años, salí de mi casa e inició una tragedia que nos cambió la vida a mi madre y a mí, pero que permitió visibilizar a millones de víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. Esa es mi gran lección: transformar el dolor”.

Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), entre 1959 y 2020 se registraron 15.760 víctimas de violencia sexual en el país, en el marco del conflicto armado, de las cuales, el 61,8 % corresponde a mujeres, que, junto al 30,8 % de niñas y adolescentes, suman el 92,6 % del total de personas vulneradas.

Según se dio a conocer mediante el comunicado, el rango de edad más frecuente para las personas que han sufrido este tipo de abusos está entre los 14 y los 17 años. Entre tanto, de las víctimas de violencia sexual con pertenencia étnica, el 87,36 % corresponde a afrodescendientes, el 12,14 % a indígenas, el 0,29 % a palenqueras y el 0,21 % a personas del pueblo gitano.

Por su parte, el CNMH asegura que “la memoria sobre la violencia sexual es un acto dignificante y resistente al silencio, una interpelación social acerca de las condiciones que han posibilitado que las violencias cotidianas y previas a la guerra persistan”.

Agregan que “la forma en que los actores armados imprimen diversos mensajes sobre los cuerpos de las mujeres mediante la violencia sexual, y la necesidad urgente de generar condiciones estructurales de transformación social que dé prioridad a la vida digna de las mujeres, como garantía de no repetición”.

Vale mencionar que la Organización de las Naciones Unidas tiene un brazo llamado ONU Mujeres, que está presente en Colombia desde 2011, en seis puntos del país como la Costa Caribe, Meta, Cauca, Antioquia, Chocó y Nariño, más su oficina principal, que está ubicada en Bogotá.

Gracias a su presencia en estos territorios y a iniciativas programáticas en otras regiones, el trabajo de la Entidad abarca cerca de 25 departamentos y más de 50 municipios. Desde el año 2020 cuenta con una suboficina en el departamento de Nariño y este 2022 abrieron un espacio en el departamento del Cauca.