Este lunes 13 de febrero el gobierno nacional dio a conocer por fin la tan temida reforma a la salud. Tras varios meses de incertidumbre, miedo y declaraciones como “las EPS no curan, las EPS facturan” por parte de la ministra de Salud, Carolina Corcho, llega el documento oficial. En las asociaciones de pacientes, lejos de dar tranquilidad, el documento ha acrecentado los miedos. SEMANA habló con tres líderes del sector. Esto piensan.

“En Colombia no existe la capacidad suficiente para dar respuesta al modelo planteado”

Gustavo Campillo

"El primer temor a la reforma de ellos es la garantía de la protección del derecho fundamental a la salud en términos de continuidad y oportunidad"- Gustavo Campillo | Foto: Cortesía de Gustavo Campillo

Gustavo campillo empezó esta travesía tras ser diagnosticado con una enfermedad de alto costo, “Después de el diagnóstico llegué a una fundación y encontré todas las debilidades del sistema de salud con respecto al acceso integral al tratamiento de muchas de estas patologías”.

Así es como aprovecha su conocimiento médico y decide involucrase en el proceso para mejorar la vida de los pacientes en Colombia.

“Nos volvimos entonces expertos en todo el tema de navegación del sistema de salud y de mecanismos legales y constitucionales para la protección de los derechos.” Esto les sirvió como base para a través de varios casos específicos entrar a los espacios de construcción y formulación de las políticas públicas en salud”.

Gustavo, gracias a su incansable labor fue elegido por sus compañeros como “vocero regional de Pacientes Colombia para la zona de Antioquia, Córdoba, Chocó y la zona cafetera.”

La reforma a la salud, sin embargo, le genera miedos. El primero de ellos es la garantía de la protección del derecho fundamental a la salud en términos de continuidad y oportunidad relacionados con toda las dificultades que la reforma y la transición en la misma pudiera generar en la población que ya viene siendo tratada especialmente patologías crónicas patologías de alto costo y patología huérfanas.

En segundo lugar, le preocupa “que esa estructura de atención primaria en salud y las redes integradas en un país tan diverso en su cultura, pero sobre todo tan complejo en su geografía vaya a generar barreras de acceso que en el momento ya tenemos resueltas con el sistema actual de salud.”

El tercer elemento tiene que ver con los recursos del sistema. Campillo, ve que hay riesgos en que la demanda de los servicios no esté regulada ordenada canalizada de manera adecuada, que es una de las funciones de la asegurador hoy en día. Entonces que a causa de este desorden no se pueda cumplir ni cubrir las necesidades de quienes lo necesiten.

“El cuarto elemento que nos preocupa es todo el tema del personal de salud. Creemos que en Colombia no existe la capacidad suficiente para dar respuesta al modelo planteado desde lo preventivo y predictivo y la atención primaria en salud y la integración de las redes al sistema según el modelo del gobierno.” O sea, que para Campillo, en este momento el país no tiene el personal de salud suficiente para cubrir las demandas de la reforma.

“Los cambios pueden significar interrupción en los tratamientos”

Claudia Amaya

Directora fundación SENOsama y vocero de pacientes Colombia desde el año 2017

Claudia Amaya fue diagnosticada con cáncer de mama hace varios años, y fue esta la razón por la cual decidió usar la camiseta de pacientes y crear su propia fundación: " creé a SENOsama con la intención de apoyar, acompañar y asesorar a personas con diagnóstico de cáncer de mama útero y ovario”

Es doctora, y lleva más de 30 años trabajando en el sector de la salud. Además de haber sido secretaria de Salud de Bucaramanga y posteriormente de Santander. Después de su diagnóstico y con la creación de su fundación logró identificar varias barreas de acceso al sistema de salud. “ Me di a la tarea de trabajar de forma articulada con otras organizaciones de pacientes a poder empezar a hacer incidencia en política pública.”

Por ello, su mayor temor es temor “perder lo que hasta ahora hemos ganado en cuanto a derechos”. Amaya reconoce que el sistema actual tiene fallas y requiere de varias mejoras, pero cambiarlo puede representar un problema pata la continuidad y financiación de los tratamientos.

“Tenemos un temor enorme frente a cambios que puedan significar interrupción en los tratamientos que ya se han iniciado para las personas que tienen una tutela, ¿qué va a pasar con esa tutela?, ¿Quién responde por esa obligación?”, se pregunta Amaya

Además, agrega que otro gran miedo es el económico, pues los tratamientos para las enfermedades son bastante costosos y las EPS les brindan tranquilidad financiera. “La mayoría de los pacientes nos sentimos protegidos de tener a alguien que responda por la atención y también no tener que vender nuestras casas para poder acceder al tratamiento”.

Presidente Gustavo Petro y la Ministra de salud Carolina Corcho | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

Al igual que Campillo, uno de los temores de la doctora Amaya es la falta de personal para el desarrollo y sobre todo el acceso a nuevas tecnologías. “Para acceder a Medicina de precisión hoy día, pues tenemos dificultades con la velocidad del Invima para aprobar registros sanitarios, un IES que no tiene las capacidades en cuanto a número de personas tiene excelentes capacidades técnicas, pero le hace falta personal y recursos para poder ir más rápido de las evaluaciones de de nuevas tecnologías”

Me da temor que perdamos derechos ya adquiridos”

Yolima Méndez: presidenta de la fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma

Lo que está en juego y en riesgo es todo, así que como ciudadana espero 100% de responsabilidad del Gobierno frente a las decisiones y acciones en salud, que solamente afectarán a más de 50 millones de colombianos. | Foto: Cortesía de: Yolima Méndez

“El cáncer no ha sido ajeno a mi familia como no lo es para buena parte de las familias. Mi abuela materna recibió un diagnóstico de Leucemia Mieloide Crónica años atrás, cuando existían pocas posibilidades de tratamiento y control para su enfermedad. Ella murió un año después” relata Yolima Méndez, presidenta de la fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma.

Años más tarde a ella le encontrarían un nódulo de aspecto maligno en el pulmón izquierdo. Afortunadamente solo se trataba de una enfermedad pre cancerosa, pero esta experiencia la acercó al mundo de la lucha por la salud.

“Como psicóloga cuando hice mi rotación por una clínica de Bogotá, conocí a muchos pacientes con cáncer a quienes les dolía no solo el cuerpo, sino también el alma. Allí entendí que el cáncer duele y que ese dolor trasciende a nuestro grupo familiar y a las personas de nuestra esfera social.”

Yolima, se refiere a la reforma con temor, pues siente que no es incluyente y que descuida la salud de la gran mayoría del pueblo colombiano. “Me da temor que se descuide el otro 70% de colombianos, que hoy día y gracias al modelo actual, tienen un acceso aceptable o bueno a los servicios de salud”

“Me da temor que perdamos derechos ya adquiridos y que en lugar de progresar o evolucionar a un mejor sistema de salud, tengamos retrocesos y pérdidas irremediables en cobertura, acceso, equidad, y protección financiera.” agrega. A esto se le suma el miedo a que se sacrifiquen los logros por los que líderes como ella, la doctora Amaya y el doctor ocampo han luchado por más de 30 años.

Además, asevera que los plazos y promesas del gobierno no son plausibles ni tienen en cuenta a pacientes con enfermedades que requieren de una atención inmediata. “el gobierno ha creado altas expectativas frente a este modelo como si esto se pudiera lograr en el corto o mediano plazo. Lograr esto requerirá de muchos muchos años de aprendizaje y ajuste y los resultados serán graduales. Mientras tanto, los pacientes con cáncer, con diabetes, con enfermedad renal, etc. necesitarán seguir siendo atendidos.”

Por último, invita al presidente a pensar con responsabilidad y a preservar el derecho a la salud del país: “Lo que está en juego y en riesgo es todo, así que como ciudadana espero 100% de responsabilidad del Gobierno frente a las decisiones y acciones en salud, que solamente afectarán a más de 50 millones de colombianos.”