Un estudiante en situación de discapacidad logró aprobar los cursos y llegar al último grado en un colegio católico de Barrancabermeja, Santander. Sin embargo, meses antes de la graduación fue notificado de una expulsión por problemas de disciplina y le advirtieron, según sus familiares, que no podía estar en la ceremonia de graduación con sus compañeros.
Desde entonces iniciaron una batalla legal que incluyó una acción de tutela para reintegrar al menor a las clases y permitirle graduarse con sus compañeros. Luego de varios comunicados y acciones legales, el menor regresó al colegio pero, según su familia, a un salón aparte, aislado del resto de sus compañeros y así estuvo por varias semanas.
“Buscamos amparar los derechos de un menor de edad en condición de discapacidad. Es un menor que tiene TDH y tiene un problema leve cognitivo y está en Barrancabermeja, en el colegio San Pedro Claver. El colegio lo expulsó mediante resolución y faltando dos meses para los grados. Estuvo en el colegio desde primaria y le violaron todos los derechos, no hubo control en los procesos disciplinarios”, señaló el abogado Alberto Elías González, representante de la familia del menor.
El colegio respondió la tutela argumentando que se respetaron los derechos fundamentales del menor y advirtieron que no fue marginado, como lo anticiparon los familiares y que las decisiones se mantuvieron en lo que permite el manual de convivencia del colegio, “siempre respetando el debido proceso y las garantías de defensa del estudiante”, indicó.
La familia del menor insistió que fue necesario impugnar la tutela mientras señalaban que el colegio no cumplió con los compromisos, particularmente cuando se trata de un menor con derechos reforzados por tratarse de estar en situación de discapacidad. Además, la decisión de no permitirle graduarse con sus compañeros, en ceremonia, se mantuvo.
La lucha de la familia y sus abogados continuó. Hasta este viernes que se conoció un documento con membrete de la Diócesis de Barrancabermeja en la que ordenan al rector del colegio que gradúe al menor y lo incluya en la ceremonia con el resto de sus compañeros, justamente lo que buscaba la tutela.
“Para atender el recurso de apelación interpuesto en subsidio, le ordenó que, dando cumplimiento a los requisitos del Manual de Convivencia (Capítulo X, Parágrafo 86), se proclame Bachiller al estudiante J.D.J.M. junto a sus compañeros en la ceremonia de graduación que para tal fin ha organizado el Seminario San Pedro Claver”, señala el documento.
La denuncia que conoció SEMANA finalmente logró que el colegio graduara al menor y lo sume a la ceremonia principal, sin embargo, llama la atención que solo hasta la orden de la Diócesis de Barrancabermeja se cumplió el sueño del estudiante y su familia, superando todas las discapacidades, incluso las que se impulsaron desde el mismo colegio.