Fuego amigo y cruzado fue lo que se desató después de una polémica rueda de prensa a la que citó la directora del Dapre y gerente del Fondo Adaptación, Angie Rodríguez, en la que levantó toda serie de cuestionamientos sobre Carlos Carrillo, actual director de la UNGRD y quien, hasta septiembre pasado, fue el encargado de ese mismo Fondo.
Las denuncias de Angie Rodríguez sobre presunta baja ejecución, decisiones administrativas cuestionadas y riesgos de corrupción en el Fondo Adaptación generaron una pelea que rápidamente salió del ámbito técnico para instalarse en el centro del poder del país.
Lo que empezó como un informe interno terminó convertido en una confrontación abierta entre el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, y el ministro del Interior, Armando Benedetti, en un episodio que expone tensiones viejas dentro del petrismo y en el que la directora del Dapre jugó un papel muy importante.
Rodríguez, quien ostenta el encargo de la gerencia del Fondo Adaptación, habló de proyectos rezagados, contratos sin avance y alertas ignoradas.
Su señalamiento más fuerte apuntó a la ejecución de obras claves como la Ruta del Arroz y La Mojana que, según dijo, estaban prácticamente paralizadas. A eso, se le unieron “falta de transparencia” contra Carrillo en el tiempo que gerenció el Fondo.
La versión fue suficiente para que el debate estallara en todas las esferas del poder. Carrillo respondió asegurando que esos mismos contratos habían sido advertidos por él ante los organismos de control y que incluso uno de los procesos más visibles, el de consultoría para Dinámicas Hídricas en La Mojana, por 56.000 millones de pesos, se declaró desierto por posibles riesgos de corrupción.
El director de la cuestionada UNGRD fue más allá y señaló que la información divulgada por Rodríguez provenía de una funcionaria cercana a la exgerente del Fondo, Katherine Rojas, a quien él acusó de reabrir la puerta a cuotas políticas en la entidad.
Dijo, además, que su informe de gestión no recibió objeciones y que, desde el primer día del empalme, ofreció aclaraciones que nunca fueron solicitadas.
Por su parte, Katherine Rojas Montenegro, cercana al clan Torres, aliados de Benedetti, llegó en septiembre de 2025 como gerente del Fondo Adaptación y desplazó al actual director de la UNGRD, Carlos Carrillo, quien estaba al frente de la entidad. Ella, quien es esposa de Tito Lorenzo Lovo Carretero, subdirector técnico del Ministerio del Interior, duró mes y medio en el cargo.
Tras la salida de Rojas Montenegro, llegó en encargo Angie Rodríguez, quien este jueves revisó con espejo retrovisor la gestión de Carlos Carrillo, preparó un polémico informe y lo puso en conocimiento de los organismos de control.
De acuerdo con las versiones, todas esas declaraciones estarían relacionadas con viejos cuestionamientos que Carrillo ya había hecho sobre el ministro Benedetti, de quien se dice, maneja el Fondo en la sombra desde septiembre pasado.
La respuesta de Benedetti rompió cualquier puente. Lo llamó “mentiroso”, negó vínculos con contratistas mencionados y lo acusó de desviar el foco de las denuncias.
Los ataques subieron de tono hasta convertirse en agresiones personales, en un intento por golpear la credibilidad de Carrillo y por dejar sin piso su insinuación de interferencias políticas en el Fondo.
SEMANA conoció que el episodio se convirtió en un dolor de cabeza dentro de la Casa de Nariño. La disputa no solo exhibe fracturas internas, sino que también obligará al presidente Gustavo Petro a tomar partido.
La disputa se da en un escenario en que los cuestionamientos ya no se limitan a trámites administrativos, sino que tocan fibras del proyecto político y de las relaciones entre sus alfiles.
Carrillo insiste en que denunció a tiempo irregularidades heredadas. Rodríguez sostiene que su gestión dejó a la entidad en riesgo. Benedetti exige que el exdirector responda sin rodeos.
Y, en medio del ruido, el Fondo Adaptación, clave en regiones golpeadas por el cambio climático, queda atrapado en una disputa que amenaza con opacar su misión principal.