El mercado de las subastas vivió un capítulo sin precedentes tras la venta de un enorme fragmento marciano y el esqueleto de un dinosaurio juvenil. Ambos objetos, considerados verdaderas joyas científicas, no solo despertaron el interés de coleccionistas y museos, sino que además alcanzaron cifras millonarias en la puja realizada en Nueva York por la casa Sotheby’s.
El meteorito, conocido como NWA 16788, es la mayor pieza de Marte jamás hallada en nuestro planeta. Su peso, de 24,67 kilogramos, y sus características únicas lo convierten en una rareza absoluta. El fragmento fue adquirido por 5,3 millones de dólares, sumando costos y comisiones, muy por encima de las previsiones iniciales.
La historia detrás del mayor fragmento marciano en la Tierra
Descubierto en noviembre de 2023 en el desierto del Sahara, en la región de Agadez (Níger), este meteorito es aproximadamente un 70 % más grande que cualquier otro trozo conocido proveniente de Marte. Su estructura presenta una mezcla poco común de minerales, como olivino, maskelinita y piroxeno, resultado de un lento enfriamiento del magma marciano.
Su superficie exhibe una corteza de fusión rojiza y marcas provocadas por la fricción atmosférica al ingresar a la Tierra, características que atestiguan su reciente llegada desde el espacio. Este fragmento representa el 6,5 % de todo el material marciano registrado en la Tierra, lo que refuerza su valor científico y económico.
Además, un 21 % de su volumen está compuesto por maskelinita, un vidrio que se forma únicamente bajo condiciones extremas de calor y presión, como las originadas por el impacto de un asteroide en la superficie marciana.
El fósil del Ceratosaurio juvenil, una pieza única que rompió marcas
La misma subasta fue testigo de otro récord: la venta de un esqueleto completo de Ceratosaurio juvenil, el único de su tipo conocido hasta ahora. Con casi dos metros de altura y tres de largo, esta pieza destaca por su buen estado de conservación y su cráneo completo, algo inusual en hallazgos paleontológicos.
El fósil fue adjudicado en 30,5 millones de dólares, ubicándose como el tercer dinosaurio más valioso jamás vendido. Según explicaron los organizadores, este depredador se distinguía por su característico cuerno nasal, sus afilados dientes y una armadura ósea que recorría su espalda y cola, atributos que lo convirtieron en uno de los carnívoros más ágiles y temidos de su época.
Ambas piezas superaron las expectativas de venta y escribieron un nuevo capítulo en la historia de las subastas científicas.