Las bajas temperaturas son uno de los puntos que los conductores deben sortear y para ello acuden a activar el sistema de calefacción de los vehículos, sin tener claro cómo es realmente efectivo.
Y es que el frío no solo afecta el confort de los ocupantes, sino que también puede influir en la atención y los reflejos del conductor, haciendo fundamental ajustar correctamente el climatizador del vehículo para mantener un habitáculo agradable y seguro durante los trayectos.
Diversas entidades especializadas en seguridad vial, entre las que se encuentra la Dirección General de Tráfico (DGT) de España, coinciden en que existe un rango concreto de temperatura que ayuda a conducir con mayor seguridad y a evitar tanto el exceso de frío como el riesgo de somnolencia.
Cuál es la temperatura indicada para el sistema de calefacción de un carro
Las recomendaciones sitúan la temperatura ideal del habitáculo entre 19°C y 22°C. Mantener el auto fuera de este rango puede generar efectos negativos tanto para el confort de los ocupantes como para la seguridad del conductor.
Así, por debajo de 19°C puede causar pérdida de sensibilidad en manos y pies, así como una disminución en el tiempo de reacción ante cualquier imprevisto en la carretera. Esto se debe al entumecimiento muscular y al frío que afecta la capacidad de maniobra.
Por el contrario, superar los 22°C incrementa el riesgo de somnolencia, cansancio y pérdida de concentración, lo que puede afectar directamente la seguridad durante la conducción. Por ello, respetar este rango de temperatura es fundamental.
Sirve para ahorrar combustible y para desempañar los vidrios del vehículo
Al arrancar el auto, la calefacción tarda en calentar hasta que el motor alcanza cierta temperatura. Ponerla al máximo desde el inicio puede forzar la mecánica y consumir más combustible. Por eso, lo recomendable es ajustar la intensidad de forma progresiva para mantener un confort adecuado sin afectar el funcionamiento del vehículo.
Además, encender la calefacción con el motor frío puede provocar que se genere más vapor en el interior del vehículo, dificultando la visibilidad. Lo más aconsejable es esperar unos minutos hasta que el motor alcance una temperatura mínima y luego ajustar la calefacción para mantener el habitáculo cálido sin empañar los cristales.
Aire frío o caliente para desempañar los vidrios
El método más eficaz para eliminar el vaho es dirigir aire caliente hacia el parabrisas. El motivo es que el aire caliente puede retener mucha más humedad que el frío. Pero la eficacia no depende solo del calor: la clave es que ese aire esté lo más seco posible.
Por eso, lo más recomendable es combinar la calefacción con el aire acondicionado, que actúa como deshumidificador. Aunque el aire acondicionado se asocie al verano, en invierno cumple otra función: elimina la humedad del ambiente y acelera el proceso de desempañado.
Este efecto se refuerza cuando se desactiva la recirculación. Mantener la recirculación conectada impide que el aire húmedo salga del habitáculo y prolonga el empañamiento. En cambio, dejar que entre aire exterior -mucho más seco en días fríos- ayuda a expulsar rápidamente el exceso de humedad y favorece que el cristal se aclare antes.