Vitales, Coloridos, caóticos en ocasiones, pero siempre emocionantes. Así son los mercados públicos de México D.F., donde cualquier amante de la comida debe empezar su recorrido gastronómico. La capital mexicana tiene una larga tradición de centros populares de comercio especializados en abarrotes, flores, artesanías, animales y hasta productos esotéricos. Casi la mitad de la población de la capital mexicana suele adentrarse en estas plazas para hacer sus compras, lo que las convierte en el escenario de una práctica vital y un pilar de identidad cultural muy fuerte. Por eso, todos comparten un aviso de varios metros de altura en primera persona: ‘Mi Mercado.’ Recorrerlos y perderse en sus fascinantes recovecos es una interesante manera de tomarle el pulso a la ciudad. Uno de los más interesantes en materia culinaria es el Mercado de San Juan. Quizá lo que no logre encontrar en los demás mercados de ingredientes frescos, lo halle en este lugar de una amplia y sofisticada oferta: hongos silvestres de todas las variedades; frutas y verduras locales, así como de lejanas procedencias; carnes tan exóticas como la de cocodrilo, león, armadillo o víbora, embutidos nacionales e importados. El Mercado de San Juan, uno de los más antiguos del D.F., está situado en pleno centro, donde se ubicaba la antigua fábrica de tabaco del Buen Tono. Los asiáticos vienen por sus coles, rábanos, brócolis y lechugas de formas tan extrañas como sus nombres: Pak Choi, Kai Choi, Choi Sam. La comida prehispánica también está presente con los gusanos de maguey y los escamoles (huevos de hormigas), los chapulines, los caracoles de tierra, entre otros. Sin duda, es un lugar único en el mundo para ser explorado, al que es mejor llegar con hambre para disfrutar de los embutidos, quesos y vinos de las distintas salsamentarías, como la Jersey o la Gastronómica de San Juan. Muy cerca a este mercado hay un pequeño puesto callejero de tacos al pastor llamado el Huequito, porque literalmente es eso, un pequeño hueco. Los chilangos suelen mantener una relación íntima con los puestos de tacos, y en general con la comida callejera, cuya presencia es continua y constante. Cada quien tiene su lugar predilecto dependiendo de la preparación del taco. Cada persona le dirá un nombre diferente, porque en cuestión de pasiones suele haber pocos consensos. Sin embargo, una de las cadenas más conocidas es el Califa. En este restaurante informal –el cual tiene varias sedes en la ciudad que suelen estar abiertas hasta altas horas de la noche– van a descubrir consistencia y calidad. Un taquito viene bien a cualquier hora. Y si somos sinceros nunca se tratará solo de uno, porque son de carácter adictivo. Siguiendo el recorrido por el centro, pero acercándonos hacia el Zócalo, está El Cardenal, uno de los restaurantes más tradicionales y reconocidos, que ya cuenta con tres sedes adicionales. Trabajan solo con productos frescos y todo está hecho en casa, desde los panes que ofrecen al principio como cortesía, hasta las ricas tortillas de maíz. La carta es un recorrido por platos clásicos de esta soberana culinaria: chilaquiles, sopa de fideo seco, enfrijoladas de pollo, chicharrón en salsa verde, entre muchas otras delicias aztecas. Otro enclave cerca a la plaza principal de la capital es el Azul Histórico. El chef Ricardo Muñoz Zurita –autor del Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana de Larousse, entre otros libros–, uno de los cocineros que más ha indagado sobre la cocina popular nacional y quien ha insistido en su preservación, es el comandante de los fogones de este restaurante, como también de los de Azul Condesa y Azul y Oro. En sus locales tiene como política promover las culinarias de todos los rincones mexicanos, a través de festivales que resaltan los platos regionales. La comida de mar mexicana tiene varios lugares afortunados. Contramar, un clásico restaurante de buenos precios que lleva más de 15 años en funcionamiento en la colonia Roma, siempre está a reventar y solo abre a la hora del almuerzo. Aquí confluyen los políticos, la alta sociedad y la gente del barrio. Las tostadas de atún son casi un patrimonio de este lugar; el pescado llamado Huachinango, servido entero, es otro plato que goza de fama. Al sur de la ciudad, en la colonia de San Ángel, donde los defeños suelen ir en familia a almorzar los sábados y domingos, hay muchas opciones, entre ellas, Puntarena, en donde los mariscos son los protagonistas. Los tacos de chicharrón de atún son imperdibles. Más allá de la comida tradicional está la contemporánea mexicana. Quizá México sea uno de los países latinoamericanos con más arraigo e identidad en su culinaria. El fine dining encuentra en los ingredientes aztecas un medio para expresar la tradición de manera creativa, con técnicas de vanguardia y presentaciones de alto nivel estético. El mayor exponente es el chef Enrique Olvera con su restaurante Pujol, que ostenta el número 17 en la lista de los 50 mejores del mundo. Sus platos son bocados masticables de historia y esencia mexicana, toda una grata e interesante experiencia. El chef Jorge Vallejo, uno de los cocineros que ha trabajado con Olvera, abrió hace un par de años Quintonil, en el que trabaja con una visión similar: dar a conocer ingredientes olvidados y promover la cocina mexicana con evolución. El chef Daniel Ovadía, con sus restaurantes Paxia, también encuentra cabida dentro de la mezcla de tradición y modernidad, en tanto que la chef Martha Ortiz Chapa, desde su restaurante Dulce Patria, imprime a sus preparaciones un toque kitsch y colorido. Otra cocinera muy respetada que lleva años en los fogones es Mónica Patiño. Delirio, situado en la colonia Roma, es uno de los delicatesen más interesantes con productos de origen mexicano: mezcales, salsas de ají, chocolates, mieles, entre muchos otros. Además, tiene La Taberna del León, un restaurante elegante, señorial y de manteles blancos pero de ambiente familiar, de especialidades mexicanas. Recomendado el pozole. Más hacia el sur, se localiza el barrio Coyoacán, el cual sigue teniendo vida de pueblo incrustado dentro de la gran urbe. Cerca de la plaza central está el mercado de Coyoacán, donde se encuentran todo tipo de cosas, desde ropa, artículos para el hogar hasta verduras y frutas. Pero el show central lo tienen Tostadas Coyoacán, un negocio familiar que ha pasado de generación en generación y que ya lleva más de 50 años sirviendo este plato. En grandes bandejas están las preparaciones ya hechas y las tres personas que atienden despliegan dotes circenses al armar estas tostadas gracias a una habilidad inusual y una rapidez que entraría en los Guinness Records. Las hay de salpicón (carne en hilo fría con tomate, aguacate, cebolla y hierbas), las de camarón y las de pata con lechuga, crema y queso por encima. Estas dos últimas son las más pedidas. La Ciudad de México tiene carácter infinito, el mismo que tienen sus puestos callejeros, expendios de tacos y restaurantes que celebran que, al final, todos fueron hechos de maíz. Direcciones Mercado de San Juan, Ernesto Pugibet 21 Col. Centro. Azul Histórico, Isabel La Católica 30 Col. Centro, Tel.: 5510 1316 Delirio Delicatessen, Monterrey 116-b, esquina Álvaro Obregón, Col. Roma, Tel.: 5584 0870 Dulce Patria, Anatole France 100 Col. Polanco Chapultepec, Tel.: 3300 3999 El Cardenal, Palma no. 23 Centro Histórico, Tel.: 5521 3080 Pujol, Francisco Petrarca 254 Polanco, Tel.: 5545 3507 Contramar, Durango 200 Roma, Tel.: 5514 3169 La Taberna De León, Altamirano 46 Col. Tizapán San Ángel, Tel.: 55 5616 3951