Una infección renal es aquella que afecta las vías urinarias. Puede comenzar en el conducto por donde sale la orina del cuerpo (uretra) o en la vejiga, así como también propagarse a uno o ambos riñones, explica el instituto de investigaciones Mayo Clinic.

Este padecimiento requiere tratamiento médico inmediato, porque de no recibirlo, los pacientes pueden exponerse a daños persistentes en los riñones. También es posible que las bacterias se extiendan por el torrente sanguíneo y provoquen una infección peligrosa

En la lista de síntomas y signos que indicarían sobre esta posible afección se encuentran los siguientes:

  • Fiebre
  • Escalofríos
  • Dolor o escozor al orinar
  • Necesidad de orinar con frecuencia
  • Necesidad intensa y persistente de orinar
  • Dolor en la espalda, el costado o la ingle
  • Náuseas y vómitos
  • Pus o sangre en la orina
  • Orina turbia o con olor desagradable
  • Dolor abdominal
Las mujeres tienen mayor riesgo de contraer infecciones renales. Getty Images. | Foto: Ben-Schonewille

Las bacterias que ingresan a las vías urinarias a través de la uretra pueden multiplicarse y trasladarse a los riñones. Esta es la causa más común de las infecciones renales, según Mayo Clinic.

También es posible que las bacterias de una infección en otra parte del cuerpo lleguen a los riñones a través del torrente sanguíneo. En pocas ocasiones, una articulación o una válvula cardíaca artificial que se infecta puede causar una infección renal.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos, si el paciente tiene una infección renal, debe tomar mucho líquido para ayudar a eliminar la bacteria de las vías urinarias.

No obstante, si padece insuficiencia renal debe limitar su ingesta y una de las recomendaciones es consultar con el médico cuánto líquido es el adecuado de acuerdo con las condiciones del paciente.

Factores de riesgo

Entre los factores que aumentan el riesgo de una infección renal, según los expertos, se incluyen los siguientes:

  • Obstrucción en las vías urinarias. Cualquier cosa que desacelere el flujo de orina o dificulte el vaciamiento completo de la vejiga aumenta el riesgo de sufrir una infección renal. Esto incluye un cálculo renal, una uretra estrechada o una glándula prostática agrandada.
  • Sistema inmune débil. Afecciones tales como la diabetes y el virus de la inmunodeficiencia humana pueden debilitar el sistema inmunitario. Determinados medicamentos también reducen la inmunidad.
  • Tener daño en los nervios alrededor de la vejiga. El daño en los nervios o en la médula espinal puede bloquear la sensación de una infección en la vejiga. Eso hace que resulte difícil saber si una infección se extiende a un riñón.
Las infecciones renales se pueden contraer de las bacterias que llegan por las vías urinarias. | Foto: Getty Images

¿Cómo saber si se tiene una infección renal?

Algunas de las formas para determinar si se tiene una infección renal, según el Fondo Americano del Riñón, son:

  • Análisis de orina para ver si la orina contiene bacterias u otras señales de infección (por ejemplo, glóbulos blancos).
  • Análisis de sangre.
  • Pruebas de imagen para ver los riñones; por ejemplo, radiografías, ultrasonidos o tomografías computadas.
  • Tacto rectal en el caso de los hombres con el fin de determinar si la glándula prostática está agrandada e interfiere en el flujo de orina.