Los riñones son determinantes para el buen funcionamiento del organismo pues, entre otras cosas, se encargan de eliminar el ácido que producen las células del cuerpo y filtrar y mantener la sangre libre de productos de desecho y toxinas.

De igual forma, ayudan a regular la cantidad de agua y de electrolitos como el sodio y el potasio en la sangre, eliminándolos a través de la orina si hay exceso. Sin ese equilibrio, es posible que los nervios, los músculos y otros tejidos no funcionen normalmente, aseguran los expertos.

“Los riñones sanos filtran alrededor de media taza de sangre por minuto, eliminando los desechos y el exceso de agua para producir orina”, precisa el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos asegura que dentro de cada riñón hay un millón de estructuras pequeñas llamadas nefrones, y que la mayoría de enfermedades renales atacan estas pequeñas partes, lo que hace que estos órganos no puedan eliminar desechos.

Una de las afecciones que más los aquejan son los cálculos renales, que se producen cuando los minerales y las sales se cristalizan y crean depósitos duros, que pueden afectar cualquier parte del tracto urinario y, en ocasiones, presentan dificultad para salir, dependiendo de su tamaño y ubicación.

Según el portal Cinfasalud, de España, son diversos los factores que generan esta afección. Por ejemplo, tener antecedentes familiares, la dieta, la cantidad de líquido que se ingiere, los trastornos metabólicos y las infecciones del tracto urinario, entre otros.

La alimentación y mantener el cuerpo muy hidratado son aspectos determinantes para cuidar la salud de estos órganos, evitando la retención de líquidos y de elementos de desecho. Esto puede complementarse con algunos remedios naturales como la cola de caballo.

Esta hierba, según la Biblioteca Nacional, ayudaría a reducir la retención de líquidos, pero no debe consumirse por mucho tiempo debido es que es posible que cause deficiencia de vitamina B1. “Los productos químicos de la cola de caballo pueden tener efectos antioxidantes y antiinflamatorios. También pueden funcionar como “pastillas de agua” (diuréticos) y aumentar la micción”, precisa la citada fuente.

Esto se debe a sus propiedades diuréticas que facilitan la eliminación de toxinas desde el riñón y el hígado. Habitualmente, se combina con otras plantas como, por ejemplo, el cardo mariano, la ortiga o el diente de león para potenciar los beneficios en este sentido.

Otras bondades

Según una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Elena Martínez, “la cola de caballo contendría diferentes minerales que podrían ser útiles para nutrir los huesos. Un estudio en animales de 2016 señaló que su uso para aliviar los síntomas de la osteoporosis podría ser tan efectivo como el de algunas medicaciones habituales”.

También ayudaría cuando las personas tienen problemas de cansancio, agotamiento, fatiga y anemia, entre otros, aunque no hay investigaciones suficientes al respecto.

De otra parte, el portal Nutrición y Farmacia, de España, asegura que cuando se usa en loción o masaje, contribuye a la regeneración del cuello cabelludo, previene la caída del cabello y combate la caspa. Además, debido a que coadyuva en la formación de colágeno, se dice que fortalece las uñas y las mantiene libres de hongos y bacterias.

De igual forma, se utiliza como astringente y cicatrizante y por ello en ocasiones se aplica de manera externa en hemorragias nasales, sobre heridas, erupciones, urticarias y pruritos.

Si bien se trata de un producto natural, siempre es importante consultar con el médico antes de realizar cualquier tratamiento medicinal y, además, su uso no debe ser de largo plazo debido a que es posible que genere algunas complicaciones de salud.