Para que se pueda considerar una demencia, deben manifestarse al menos dos problemas en las funciones neuronales: dificultad de lenguaje y pérdida de memoria.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la demencia como un síndrome, generalmente, de naturaleza crónica o progresiva, caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento), más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal.

Sin embargo, el término “demencia senil” no hace referencia a ningún tipo de diagnóstico, ya que a pesar de que la demencia se presenta con mayor frecuencia después de los 65 años, no es exclusiva de esta edad; es decir, puede presentarse en personas más jóvenes, según el portal especializado en salud Tua Saúde.

Por su parte, la amnesia es una manifestación clínica que implica la pérdida o la alteración de la memoria, y puede ocurrir debido a múltiples causas, como un traumatismo, una enfermedad neurológica o un trastorno mental, según el portal Psicología y Mente.

Juebin Huang, médico del Departamento de Neurología de la Universidad Médica de Misisipi, señala que la demencia no se debe confundir con el delirio, aunque hay un trastorno de la cognición en ambos.

El Alzheimer es una enfermedad en la que se produce una degeneración progresiva de las neuronas del cerebro. | Foto: Getty Images

Tipos de demencia

Demencias degenerativas primarias

  • Enfermedad de Alzheimer. Es una enfermedad en la que se produce una degeneración progresiva de las neuronas del cerebro y compromete sus funciones cognitivas, como pensamiento, memoria, atención, lenguaje, orientación y percepción.
  • Demencia con cuerpos de Lewy. Se caracteriza por la acumulación de una proteína en determinadas zonas del cerebro, lo cual forma placas (cuerpos de Lewy) muy parecidas a las que se ven en pacientes con enfermedad de Alzheimer.

Demencias secundarias

  • Demencia vascular. Es el segundo tipo más frecuente de demencia. Se produce por la obstrucción de los vasos sanguíneos o lesiones que causan hemorragias o infartos en el cerebro.
  • Demencia por enfermedad de Párkinson. Muchas personas con la enfermedad de Párkinson presentan síntomas de demencia cuando la enfermedad evoluciona.
  • Demencias producidas por infecciones. Tras un traumatismo craneoencefálico, por problemas autoinmunes.

Diferencias entre amnesia y demencia

Hay que tener en cuenta que la amnesia es un síntoma que puede ocurrir en muchas situaciones y por causas diferentes; la demencia, por su parte, se define como un conjunto de trastornos que pueden derivar en otras enfermedades más graves, y no únicamente como un síntoma, según el portal Psicología y Mente.

Otra de las diferencias es su variedad de síntomas cognitivos. En la amnesia, la memoria es, generalmente, la única función cognitiva que se ve alterada, mientras que en la demencia, pueden producirse alteraciones del lenguaje, la capacidad de resolver problemas o la atención.

Las personas que padecen demencia ven disminuida su habilidad para ejecutar adecuadamente las tareas de la vida cotidiana: algo que no suele ocurrir de forma tan evidente en los que presentan cuadros amnésicos.

Además, la demencia empeora con el tiempo y las capacidades cognitivas se reducen progresivamente; no obstante, la gran mayoría de amnesias son reversibles, a excepción de algunas que se presentan, precisamente, como un signo clínico de una demencia en curso.

Pruebas cognitivas y neuropsicológicas

Los médicos evaluarán la capacidad de pensamiento del paciente. Además de una serie de pruebas que miden las habilidades del pensamiento, como la orientación, la memoria, el juicio y el razonamiento, la atención y las habilidades del lenguaje, según los expertos de la Clínica Mayo.