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"No importa lo que pase, Colombia ya hizo historia." Ricardo Aristizabal

28 de junio de 2014

Letal narcótico

Muy elocuente y oportuno su análisis periodístico acerca  de la violencia desatada por triunfos o derrotas en el fútbol colombiano. (SEMANA n.° 1677).

Al respecto la presión de los medios de comunicación, en especial la TV, con complacencia del gobierno le inyectan al pueblo este letal narcótico del fútbol, hasta volverlos unos adictos peligrosos. Este atroz adoctrinamiento de los  medios (12 horas), crea fanáticos, imbéciles y dementes que cometen todo tipo de desmanes, violencia, saqueos y terminan en delitos. Acto seguido viene la represión, ley seca, restricción vehicular, cierre de establecimientos, etcétera.

Luego la misma prensa y televisión amarillista, por cuyos redactores gotea sangre, se pelean por dar la primicia de cuántos muertos, heridos, detenidos y damnificados dejó el espectáculo. Las multinacionales y empresas que pautan la publicidad, deberían tomar cartas en este problema y no solo pensar en llenar sus arcas a expensas del pueblo como asiduo y compulsivo consumidor.

En Colombia cobra fuerza aquella frase peyorativa de Juvenal  “al pueblo hay que darle pan y circo”, parodiando diría pan y fútbol, para adormecer al pueblo y que  no se dé cuenta de la verdadera realidad social que está atravesando el pueblo colombiano, tal como está ocurriendo en Brasil con las protestas sociales.

Es urgente que los medios de comunicación, cambien el formato y transmitan al pueblo colombiano el buen ejemplo de cómo celebrar un triunfo del deporte.

Danilo Yepes Recalde
Pasto

Fútbol y violencia

En referencia a ‘Muertos de felicidad’ edición n.° 1677, opino que el fútbol es la fuerza deportiva más atractiva, unificadora y seguida por los espectadores a nivel mundial. Es el deporte popular por excelencia en el globo terrestre. Congrega a hombres y mujeres, ubicándolos en la salsa futbolera; vibrante y festiva, lo cual aplica con suma alegría y entusiasmo la fiel hinchada de la Selección Colombiana, elevando las ganas de victoria de cada jugador. La estrategia de Pékerman y su equipo técnico de trabajar a puerta cerrada, sin intervención de la prensa y ciertos manejadores del balompié, la colaboración de técnicos colombianos en sus instancias, la competitividad y crecimiento futbolero y personal de la gran mayoría de los jugadores en el exterior, excelente preparación física y mental, han logrado obtener un equipo grande, con autoestima, sensibilidad familiar que une el conjunto, fútbol agradable, tenencia de balón con progresiones rápidas y efectivas en goles. Para buenos resultados en las eliminatorias y en la primera etapa del mundial Brasil 2014. Dos victorias: Colombia 3 – Grecia 0, y Colombia 2 – Costa de Marfil 1, han sido suficientes para clasificar a octavos. El apoyo del pueblo colombiano integral, efusivo y constante, junto con el gobierno y fanáticos de otros países ha sido estimulante y gratificante para los jugadores. Pero no todo es lineal, positivo, la anticultura de la violencia esfuma los triunfos de la selección. Increíble que al saborear tan exquisitas victorias, el comportamiento humano de algunos seguidores sea tan irracional; nueve muertos, 142 heridos y 3000 riñas, por haberle ganado a Grecia, es un contrasentido de origen psiquiátrico. Consideramos que la extendida anticultura de la violencia por los lares del fútbol, tiene causas sociales, políticas y económicas, las cuales han originado esta larga violencia en Colombia. Como paliativo a la tragedia humana deportiva; mucha prevención, reacción pública inteligente con políticas educadoras para el buen comportamiento y la salud. Deseamos festejos triunfales, abrazados y en besos, porque ninguna lúdica puede mancillarse con violencia.

Omar León Muriel Arango     
Medellín 

Gobernabilidad asegurada

No solo ganó la paz (SEMANA n.° 1676), sino la Unidad Nacional, después del discurso conciliatorio del presidente Santos, al agradecer su triunfo. La gobernabilidad está asegurada, con mayorías en el Congreso que apoyan el proceso de diálogo y los acuerdos con los insurgentes. El país le dio acústica a la política responsable del gobierno, atenazada en la bandera de la pacificación y sus destacados logros en el campo económico y social. En el horizonte internacional, el respaldo ha sido total. Hoy tenemos un país renacido: más abierto y contemporáneo, más justo y equilibrado. El léxico oficial es incluyente, buscando cancelar los remanentes de desquite y odio. En esta nueva etapa, los colombianos, con un gran potencial de fe, seremos testigos de cambios fundamentales, un impulso renovador, disminución de la brecha social y justificadas expectativas. 

Miguel Durán Ordóñez
Bogotá

Que se hace la olvidadiza

Con su proverbial agudeza sobre el acontecer nacional, María Jimena Duzán en su magistral artículo (SEMANA No. 1673) desnuda, con sin igual crudeza, la realidad sobre el triunfo en primera vuelta de Zuluaga, cimentado sobre todo en el cúmulo de mentiras y engaños propagandísticos creadores de confusión en la opinión pública, todo ello orquestado por Álvaro Uribe,  cerebro de todo ese tinglado de engañifas. Empero, lo que verdaderamente entristece y llama la atención, es el comprobar con estupor, cómo hay en Colombia gente que todavía le cree y gente desmemoriada, o peor aún, que se hace la olvidadiza para así no recordar ni tener en cuenta esos funestos ocho años de gobierno mafioso, corrupto y corruptor, de los falsos positivos, de las componendas con criminales para atacar y desprestigiar a la Corte Suprema de Justicia, de la entrega de nuestros recursos a las multinacionales y, en fin, un gobierno que mientras mostraba los dientes contra la guerrilla, pactaba con paramilitares sin ruborizarse. Pues bien, es más de lo mismo lo que nos ofrece el candidato del centro ‘demoníaco’ de quien ya sabemos, es alumno aventajado de dicho titiritero y si alguna duda puede haber, no es si no ver la clase de asesores ‘espirituales’ de los que se rodea y demás compañías non sanctas como Sepúlveda.

Óscar Villada Martínez.
Manizales

Primera Guerra Mundial

Con respecto a su especial acerca de la Primera Guerra Mundial  quiero anotar  que es increíble que las guerras de hace 100 años sean tan parecidas a las de hoy,  que los problemas continúen siendo los mismos a pesar del  aparente progreso que deberían dar 100 años de historia, la crueldad  humana no tiene límites y para nuestra desgracia se perfecciona. Muy buen especial, clave para las nuevas generaciones  que un medio como SEMANA se ocupe de temas históricos, sus lectores esperamos que sigan haciéndolo.

En el contexto de tan esperado proceso de paz es saludable recordar hasta dónde puede llegar el hombre si no hace algo por detener la violencia.

Matías Giraldo
Buga

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