Del ministro de Comercio Exterior

Con profunda extrañeza he leído el artículo titulado 'Decisiones de peso' (SEMANA #1.222) donde se me adjudican posiciones que no son ciertas, sin haber consultado mi opinión, y se hacen equivocadas afirmaciones sobre el curso actual de la negociación del TLC con Estados Unidos en el campo farmacéutico. Hemos mantenido una firme defensa de los intereses superiores de la salud en la negociación y seguimos dentro los márgenes que definimos por consenso en el gobierno. Compensar por demoras injustificadas, garantizar el cumplimiento en lo esencial de la legislación colombiana de protección a los datos de pruebas o asumir compromisos de transparencia, no puede ser una amenaza a la salud pública. Mucho menos, la figura de anulación o menoscabo sin infracción, calificada en el artículo como "fatal para el sector salud", que busca asegurar el respeto al principio de que los tratados se deben cumplir de buena fe, atendiendo al objeto y el fin de los mismos. Más aun, el texto que se negocia en el TLC desde el inicio de la negociación exceptúa para el caso de propiedad intelectual las medidas adoptadas para proteger la salud y la vida de las personas. La oportunidad de lograr una inserción permanente de Colombia con la primera economía del mundo en beneficio de los colombianos no merece perderse por una deliberada estrategia de desinformación con el supuesto fin de fortalecer una posición negociadora.