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HASTA PRONTO, ANGELA

18 de enero de 1999

Angela Montoya llegó a SEMANA prácticamente en el momento del nacimiento de la revista. Comenzó manejando el área de suscripciones cuando celebrábamos cada vez que su tiraje superaba los 20.000 ejemplares. Fue tal el desempeño y la eficiencia que mostró en ese cargo que las directivas de esta empresa tomaron la determinación de nombrarla gerente general sólo un año después. Cuando llegó a esa posición SEMANA no era más que una aventura quijotesca, como lo habían sido la mayoría de las revistas en la historia de Colombia hasta ese momento. Con mucha mística y pocos recursos la revista se había posicionado como un órgano de opinión respetable, pero no como una empresa comercial.
Todo eso cambió cuando llegó Angela. En los casi 12 años que estuvo bajo su administración, SEMANA dejó de ser simplemente una revista para convertirse en un sólido grupo editorial. En esos años el personal creció de 27 a 350 personas. De una sola revista se pasó a 10, incluyendo publicaciones especializadas en temas como negocios, decoración, cocina, moda y muchas otras. Y los 14.000 suscriptores que había cuando ella llegó a la empresa superan en la actualidad la cifra de 300.000 para todas las publicaciones sumadas.
Este proceso lo lideró Angela con un equipo formado por ella que hoy constituye el mayor activo de esta casa. Lamentablemente, la persona que llevó a cabo toda esta transformación ha decidido aceptar un nuevo reto. El gobierno nacional la ha designado como directora de Proexport en Miami, la oficina más importante de esa entidad en el exterior. Ante la crisis económica que está atravesando el país el gobierno considera el aumento de las exportaciones una estrategia prioritaria. Dada la capacidad que tiene Angela de multiplicar resultados en los objetivos que se propone, el nombramiento es una muy buena noticia para el país.
Sin embargo es una noticia muy triste para SEMANA. Esta empresa se hizo y creció con Angela. Su personalidad, su dinamismo y su compromiso no sólo son responsables de los resultados obtenidos, sino del ambiente de familiaridad, calor humano y entusiasmo que ella convirtió en una cultura corporativa en SEMANA.
Es difícil encontrar las palabras que expresen la deuda de gratitud que tiene esta casa editorial con Angela Montoya. Podríamos seguir hablando de ella indefinidamente, pero sólo nos resta desearle en esta nueva etapa de su vida un éxito comparable al que tuvo en esta revista. SEMANA será siempre su casa y las puertas estarán abiertas para el día de su regreso. En todo caso se puede ir con la satisfacción de saber que en todas las personas que trabajamos con ella ha dejado una huella imborrable.

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