La medicina china tuvo sus inicios alrededor del año 2.500 a.C y se ha extendido en Oriente y Occidente. La OMS y la ONU reconocieron sus beneficios en la década de los setenta. | Foto: iStock

Salud

Medicina china, el secreto para sanar

Esta parte de la base de que el paciente es un ‘todo’. Más allá de los síntomas físicos, indaga en las emociones y en el espíritu del enfermo y quiere que este entienda el porqué de su estado.

Dilia Jiménez*
23 de octubre de 2018

Asistir a consultas de medicina tradicional china se ha vuelto una práctica cada vez más común en nuestro país. Esta corriente milenaria tiene un enfoque que va más allá de la curación de enfermedades y ve en el cuerpo humano la integración de elementos físicos, mentales, emocionales y espirituales.

Así que cada vez es más frecuente escuchar cómo las afecciones pueden estar vinculadas con las emociones aduciendo, por ejemplo, que los pulmones se relacionan con la tristeza, el corazón con la alegría, el riñón con los miedos, el bazo con las preocupaciones, el hígado con la rabia y el estómago con la confusión.

Alejandra Bojacá Bazurto, fisioterapeuta especialista en terapias alternativas, resalta dos grandes ventajas de la medicina china. La primera es que considera al paciente como un “todo” y la segunda que ayuda a que las personas comprendan qué les pasa, más allá de tratar los síntomas por los cuales consultan.

Esta disciplina tuvo sus inicios alrededor del año 2.500 a.C y se ha ido extendiendo cada vez más en Oriente y Occidente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la ONU reconocieron sus beneficios en la década de los setenta dando validez a sus intervenciones basadas en el entendimiento de signos, síntomas y síndromes.

Cuando una persona acude a una consulta de medicina china es sometida a una observación y escucha profunda con el fin de determinar sus signos. Se revisa exhaustivamente su historia y se tiene en cuenta todo lo que su lenguaje verbal y no verbal puede indicar: color de la piel, aspecto de los ojos y la lengua, postura, olor, tono de voz, además de la toma del pulso, la revisión de los oídos y la palpación sobre zonas específicas.

En un caso de dolor físico, por ejemplo, esta práctica no solo quita el dolor, sino que invita a la persona a preguntarse acerca del por qué de su sintomatología, a conectarse con sus creencias espirituales y explorar posibles causas emocionales que puedan estar influyendo en que el cuerpo físico duela, explica Bojacá.

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Todo esto obedece a que la medicina china considera que los signos y síntomas aparecen cuando se altera el Qi, la fuente de energía vital que regula el universo y a todos los seres que lo habitan, rompiendo el equilibrio entre el “yin y el yang”.

Es decir, se altera el balance entre fuerzas opuestas y complementarias: positivo y negativo, femenino y masculino, día y noche, elementos duales que están dentro de todos los individuos y las cosas y que deben mantenerse en armonía. Cuando esta armonía se altera, la energía no fluye adecuadamente y esto se manifiesta en los signos y los síntomas.

La armonía reflejada en el cuerpo está también ligada a cinco elementos de la naturaleza: agua, tierra, fuego, metal y madera. La madera alimenta al fuego, el fuego funde el metal para que la tierra acoja minerales, los minerales alimentan el agua, el agua da vida a la madera, la madera se nutre de la tierra que retiene agua, el agua apaga el fuego, y así sucede lo que se conoce como ciclo de creación y en medicina china es tenido en cuenta por relacionar cada elemento con un órgano corporal.

Cuando un elemento no está en equilibrio ocasionará un síntoma, por ejemplo, una carencia de agua provocará deshidratación, demasiado fuego causará fiebre y un exceso del componente tierra puede causar desequilibrios de azúcar.

Para tratar estos síntomas la medicina china ofrece distintas opciones a través de un conjunto de prácticas ancestrales cuyo objetivo es activar el flujo de las energías, intentando solucionar desequilibrios o bloqueos que afectan la salud.

Dentro de estas prácticas, la acupuntura y la moxibustión son consideradas por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En Colombia, la medicina china está clasificada dentro de las terapias alternativas o complementarias, autorizadas y reguladas por la Ley 1164 de 2007 del talento humano en salud.

* Periodista.