Lionel Messi puede pulverizar cuanto record se le ponga en el camino, pero su obsesión, su verdadero objetivo, es levantar la Copa América Centenario el 26 de junio y acabar con la sequía de 23 años de la selección mayor de Argentina.
Messi ha ido de menos a más en el torneo. No arrancó como titular por una lesión en las costillas pero cuando tuvo que ingresar al campo de juego dejó su huella marcada. Ante Panamá marcó un triplete y contra Venezuela en cuartos de final asistió a Gonzalo Higuaín para abrir la cuenta y anotó el tercero de los cuatro de su equipo que venció 4-1 a Venezuela.
Pero "mi cabeza está en conseguir esa Copa que tanto deseamos", afirmó el astro argentino que siempre ha sobrepuesto los logros colectivos por encima de los personales en su exitosa carrera.
El mejor jugador del mundo lidera una generación de grandes futbolistas integrada por Sergio Agüero (Manchester City), Angel Di María (Paris St. Germain), Javier Mascherano (Barcelona) y Gonzalo Higuain (Nápoles), que perdió dos finales consecutivas en menos de un año, el Mundial de Brasil-2015 y la Copa América Chile-2015.
"A veces no se habla tanto de lo que ha hecho este grupo, la gente se queda con el ganar o no ganar, no es fácil meter dos finales seguidas, y ahora estar nuevamente en una semifinal de Copa América tiene mucho mérito lo que hace y ha hecho este grupo", dijo Messi.
23 años de sequía
Los exigentes simpatizantes argentinos hace 23 años que esperan levantar una copa con su selección, pues en varias veces se han quedado con las ganas.
Argentina también perdió las finales de de Copa América en Perú-2004 y en Venezuela-2007, en ambos casos ante su archirrival Brasil, que también lo venció en la Copa Confederaciones de 2005, algo difícil de digerir.
Entre 2004 y 2015, la albiceleste, que llega como favorita a casi todos los torneos, jugó en total cinco finales (tres de Copa América, una de Confederaciones y una de un Mundial) y las perdió todas. Esas derrotas están clavadas como una daga.
El equipo que dirige Gerardo Martino está muy bien enfocado en esta Copa América: ganó sus cuatro partidos con solidez, con una cosecha de 14 goles y apenas dos en contra.
Su defensa meses atrás no daba garantías y fue durante mucho el talón de Aquiles albiceleste, pero ahora parece bien plantada y segura, que ayuda a resguardar el poderío de la zona ofensiva que puede causar severos daños a cualquier rival.
"Antes de que empezara (el campeonato) ya nos planteamos un objetivo que es ser campeones. Ya ni siquiera alcanza con llegar a la final. Llegar a la final y perder ya no sirve", dijo el experimentado Javier Mascherano, compañero de Messi en el Barcelona.
Messi, el jugador que hace la diferencia, está enfocado, se le nota participativo, con ganas, como pocas veces se le vio con la casaca albiceleste. Y todo vale para levantar la Copa el 26 de junio en el estadio MetLife de East Rutherford, frente a Nueva York, hasta dejarse crecer la barba como cábala.
Por ahora le está resultando.
*Con información de AFP
