Home

Cultura

Artículo

COMO DESACRALIZAR EL ARTE

El dibujo cinético, desconcertante y polémico en los años 60, es ya hoy motivo de estudio y análisis.

16 de mayo de 1983

Diversas obras que incluyen cajas luminosas, fisicromias, vibrantes, pinturas, dibujos y obra múltiple están reunidas bajo el título "Geometría e Ilusión", albergando 6 artistas venezolanos y 6 de Argentina. La muestra señala al tiempo el interés de los años 60 por los problemas retinales, el estado del arte en estos dos paises, que en esa década tuvo una doble importancia, tanto por la destacada participación internacional de varios de sus miembros, como por los movimientos que hacia el interior de un arte nacional se desarrollaron.
En el grupo que operó en París, "Búsquedas Visuales en el Arte", muchos de sus integrantes fueron latinoamericanos y su participación fue decisiva para el desarrollo de las diversas ideas. Seguramente la cabeza visible del movimiento fue el argentino Julio Le Parc (1928), cuya obra se enunció paralelamente con teorías encaminadas a desacralizar el arte, a sacarlo del Museo y la Galeria a lugares públicos, y a suscitar en el espectador curiosidad y extrañamiento, para que su participación fuera activa, y según sus propias palabras "completara la obra de arte". Le Parc, como su compatriota el escritor Julio Cortázar, habla "del Cómplise", refiriéndose al espectador que se adentra en el mundo propuesto y lo comparte impunemente. Con base en esa investigación sistemática y reiterativa ganó el premio en la Bienal de Venecia (1966); luego, formando parte del Grupo, recibió varios de los galardones codiciados de los años 60.
Denise René fue la Galeria que aglutinó a los miembros más prestantes del cinetismo. La colectivización de las "emociones" artísticas y el gozo del objeto como tal llevaron a los artistas y a la misma galerista a seriar los trabajos. De allí salió toda esa avalancha de múltiples generando un fenómeno estético con todos sus problemas, abusos y limitaciones.
Igualmente interesados en la dinámica geométrica y todas sus variantes ópticas, los venezolanos Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz Díez, nacidos en 1923, exhiben y trabajan en la capital de Francia mostrando en todas las importantes colectivas del Grupo "Recherches d'Art Visuel".
Soto concentra por esa época su investigación anteponiendo iguales formas elementales que al interferirse en el espacio producían vibraciones. Cruz Diez, junto con Agam, se adentra en el color como elemento distractor e ilusionista; sus fisicromias son una lección clara de esos hallazgos que consolidaron su prestigio.
Los otros artistas presentes en la muestra forman parte de movimientos nacionales que se produjeron internamente, con investigaciones y logros también notables pero con fama reducida, seguramente por no haberse desarrollado en centros internacionales de primer orden. En Venezuela comienza a trabajar desde temprano Alejandro Otero (1921) y logra con sus "Coloritmos" un lenguaje que plantea varios de los postulados que, sobre la geometria vibrante, luego se van a practicar en París. El se establece en esa ciudad y comanda el grupo Los Disidentes (1950) junto con otros compatriotas. Otero es hoy el artista nacional más importante que vive en su país y en verdad uno de los pioneros. Asi mismo el escultor Víctor Valera (1927), quien estudió en los talleres de Vasarely y Leger, y Mateo Manaure (1926), también miembro de Los Disidentes. Complementando esta visión, la escultora Gego (1912), nacida en Alemania pero radicada en Caracas desde hace dos décadas, donde ha desarrollado su obra constructiva y ambiental.
En la Argentina también se dieron organizaciones diversas, no sólo para aglutinar las nuevas tendencias como el Instituto Torcuato di Tella, regido por Jorge Romero Brest, sino que en torno al espacialismo, lo cinético y en general lo óptico se organizaron movimientos; el más notable se fundó en 1959:Arte Generativo, al cual pertenecieron Eduardo Mac Entyre (1924) y Ary Brizzi (1930). Para sus integrantes, la línea era elemento que al desplazarse en el espacio generaba formas; Mac Entyre prefirió optar por la curva para construir sus pinturas, dibujos y obra múltiple, al tiempo que Brizzi eligió el segmento. Otros se lanzaron a un internacionalismo experimental como Geny Dignac (1932), quien comenzó trabajando la luz y llegó a las luces intermitentes y las cajas luminosas, hasta elegir el fuego como elemento.
Igual las pinturas y luego los objetos de Rogelio Polesello (1939), quien ha sometldo las formas y el color a infinitas variantes ilusionistas, y la obra de Gabriel Messil (1934), de los presentes en la muestra.
La mayor parte de estos trabajos pertenecen a la Colección del Museo y fueron generalmente adquiridos a raíz de los Salones Internacionales que se celebraron en los años 60 ("Panamericano", "Bolivariano", "De las Américas"), en los cuales ganaron premios Soto, Dignac y Brizzi, o en muestras individuales que desde su inauguración (1968) La Tertulia ha celebrado: Mac Entyre, Polesello, Cruz Díez y Messil.
El arte cinético desconcertante y polémico en los años 60, es ya hoy motivo de estudio y se lo observa en una perspectiva histórica, en la cual sus mejores intérpretes hicieron reflexionar en torno a las trampas de mirada que todo trabajo visual implica, llegando al tiempo a redefinir la elaboración del objeto y la misma condición del artista g en su sociedad. Al espectador hay que motivarlo, perturbarlo, sacarlo de su habitual anquilosamiento y rutina, dijeron Le Parc y su escuela, esa misma actitud hoy prevalece y se anota como una conquista del arte actual, al tiempo que se le concede a estas anotaciones la paternidad del Happening y el arte como manifestación masiva. -
Miguel González -