DE LECTURA OBLIGATORIA

El Tapón del Darien Alfredo Molano y María Constanza Ramírez. El Sello Editorial, Bogotá. 1996. $ 55.000. Hay que decirlo de entrada: éste no es un libro al estilo de los que hasta el momento había publicado Alfredo Molano. Para comenzar, la edición es de lujo: formato grande, papel grueso esmaltado, hermosas guardas y profusión de fotos en color, tomadas por Richard Emblin. En segundo lugar, el texto no tiene nada que ver con el género que con tanto acierto ha trabajado Molano, mezcla de literatura, historia, crónica periodística e investigación sociológica. Es el relato _o diario de una travesía, como apunta el subtítulo_ de un viaje a pie, en lancha y en mula, realizado con María Constanza Ramírez, el fotógrafo Emblin y el biólogo César Monje, que comienza en Medellín, y sigue en el Urabá antioqueño, el Urabá chocoano, el Parque de los Catíos, el bajo Atrato, las cuencas del Salaquí y el Juradó, el Darién panameño, el Parque Nacional Darién, el golfo de San Miguel y termina en Cartagena, luego de haber pasado por Ciudad de Panamá y Colón. O sea, todo el recorrido que tendría en esos territorios la carretera panamericana. El relato es sencillo, sin pretensiones literarias y casi sin anécdotas. Molano y compañía se centran en los procesos de la dinámica social de los distintos lugares, que siempre es igual: violencia genera colonización, colonización genera depredación y atracción, atracción genera expropiación o raponazo, raponazo genera ganadería y violencia, violencia reanuda el ciclo. Los viajeros se interesan también en la explicación de los procesos políticos, en la observación del entorno geográfico y de sus habitantes ancestrales y en la evaluación de la millonaria riqueza de flora y fauna, reserva excepcional para Colombia y para el planeta entero. Así, la narración que trata los asuntos comentados se alterna con textos de índole científica, escritos por César Monje, sobre los aspectos biológicos y la importancia biogeográfica de las regiones recorridas. Otras veces se reproducen testimonios de cronistas. Repito: todos los colombianos deberían por obligación leer este libro, el cual _hay que decirlo_ no es de lectura fácil y amena, pero informa con toda seriedad sobre un asunto de trascendental importancia para Colombia: qué está en juego cuando se habla de abrir en esa zona el traqueteado canal, que tantos han querido construir desde hace cinco siglos y que, por fortuna, sigue en el limbo.