DUELO DE TENORES

LOS CANTANTES suelen padecer de celos contra quienes consideran sus más peligrosos rivales. Una nimiedad basta para iniciar una enemistad que puede durar toda una vida. Casos se han visto, como cantantes han existido.
Hoy el mundillo operático sigue con curiosidad la polémica en que están transados los tenores Plácido Domingo y Alfredo Kraus. Se sabía que Domingo y Pavarotti se lanzaban dardos cada vez que la ocasión lo permitía. Otro tanto ocurría entre Domingo y Carreras. Sin embargo, el concierto de Tenores en las Termas de Caracalla que reunió a esta trilogía de divos limó al parecer cualquier aspereza.
El turno le tocó ahora a Alfredo Kraus. Todo comenzó cuando al festejar Domingo sus 30 años de carrera en el Covent Garden, de Londres, la sala colocó en la plaza aledaña al teatro una monumental pantalla de video para quienes no consiguieron localidad en el teatro. Diez mil personas siguieron la presentación de Tosca, de Puccini, un éxito más en la carrera del tenor, habituado ya a presentaciones multitudinarias. Al ser entrevistado por la prensa sobre la novedad del experimento. Domingo declaró que esa era otra manera de popularizar la ópera. Pero más se demoró en dar tal declaración, que en saltar Kraus, tenor español de primerísima línea, para contradecirlo y afirmar que tales declaraciones sólo estaban vulgarizando el género. La ópera según él había que regresarla a su escenario habitual: el teatro. Al escucharlo, Domingo ratificó su posición y aprovechó para contar que ya tenía más de 80 papeles en su repertorio, Kraus manifestó en respuesta que lo importante no es tener mil roles sino poderlos cantar con calidad. Esto, para justificar que él canta hoy en día apenas cuatro o cinco papeles eso sí con una calidad incuestionable. A estas alturas los fans de uno y otro artistas empezaron a polarizar posiciones al punto que la polémica está al rojo vivo. A Domingo lo situan como el tenor sin dos, para destacar que Kraus a los 61 años canta.