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El David de Miguel Ángel... Rojas

En una alusión a la escultura clásica de Buonarroti, el artista Miguel Ángel Rojas plantea en su más reciente obra la paradoja de la violencia en Colombia a través de un soldado mutilado.

Diego Garzón
3 de abril de 2005

David, el guerrero que pudo derrotar al gran Goliat con su honda y unas cuantas piedras en una desigual lucha, no sólo pasó a la historia por su hazaña sino también por la impecable escultura que Miguel Ángel Buonarrotti esculpió para que la humanidad recordara la leyenda. A esta obra de más de cuatro metros de altura que es visitada diariamente por cientos de turistas en la Galería La Academia de Florencia, Italia (hay una réplica en la Plaza de la Signoria, frente al Palacio Veccio, que muchas veces se confunde con la original), hace referencia el artista Miguel Ángel Rojas en David, su más reciente obra.

Aquí el protagonista también es un joven proveniente del campo que de un momento a otro se convierte en un guerrero, "en el protector de un pueblo". Es un soldado colombiano que perdió una pierna por pisar una mina quiebrapatas. Rojas lo convenció de posar desnudo ante la cámara fotográfica de Fernando Cruz en una posición similar a la del David de Buonarroti. En sus facciones, en su pelo, en su contextura, hay mucho de ese prototipo de belleza clásica. Pero en su rostro no hay amaneramiento y, por el contrario, en medio de la dignidad que ofrece su mirada hay dolor, tristeza, agobio, rabia. La imagen es contundente e irónica: el espectador se enfrenta sin posibilidad de escape a lo que la mayoría de las veces le es ajeno -el drama de las víctimas de la violencia-, pero también a esa clara alusión a la belleza, a lo estético, a esa vieja discusión de lo que es o puede ser hermoso en el arte. Está la dualidad de un hombre desnudo y los horribles rezagos de la guerra. La vanidad y lo incomprensible.

El cinismo está presente por la confrontación a la llamada 'obra maestra', al concepto de belleza y a la vida de dos hombres de guerra, uno famoso, histórico, con toda la gloria a cuestas, y otro anónimo como tantos más en Colombia y en el mundo que son sólo parte de una estadística.

La obra está compuesta por 12 fotografías escogidas entre 30 que se tomaron originalmente. David hace parte de la exposición Campos latinoamericanos, de la Galería Alcuadrado, que comienza este miércoles 6 de abril en un espacio en construcción, en el antiguo Hotel Hilton de Bogotá, donde también estará la artista brasileña Regina Silveira, que expone por primera vez en Colombia.

Complementan la propuesta de Rojas la instalación Quiebramales y el video Borde de pánico. La primera consiste en miles de lápices clavados en láminas que están sobre el piso. Los borradores quedan a la vista del espectador, como señalamiento de que la falta de educación es el principal 'detonante' de los problemas sociales en Colombia. El segundo, un video que cobra fuerza al lado de David: unas gotas de sangre en el pavimento son unidas por una mano que va siguiéndolas con una tiza. ¿Qué historia hubo detrás de esas gotas de sangre que encontró Rojas en las calles bogotanas? La imaginación se encargará de resolver eso, como también de reconstruir la historia de ese guerrero que ahora nos mira.